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Acceso

Ono cierra sus cibercafés madrileños y frena la expansión en la capital

Ono ha cerrado esta semana sus dos cibercafés de Madrid. El motivo, según la operadora de cable, es que la capital de España ya no forma parte de sus negocios estratégicos porque no pueden captar nuevos clientes al no contar con licencia alguna.

En la mañana del pasado lunes, y casi por sorpresa, Ono procedió al cierre de sus dos cibercafés en Madrid, uno situado en el número 121 de la calle Fuencarral y otro en el 59 de la transitada Gran Vía. Ambos en el centro de la capital de España.

A primera hora de ese día, varios operarios procedieron a quitar las letras de los enormes cristales del escaparate, arrancándolas con una espátula, y comenzaron a retirar un mobiliario consistente, sobre todo, en numerosas mesas y casi dos centenares de ordenadores con pantalla plana. En su interior sólo permanecían algunos clientes despistados que, en medio de esa vorágine, aprovechaban para navegar por Internet gracias a los accesos de banda ancha de Ono. Incluso alguno pudo hacerlo gratis.

Eran los últimos momentos de uno de los cibercafés más solicitados de Madrid y que contaba con numerosos clientes gracias a su privilegiada situación geográfica que invitaba a pasar no sólo a residentes, sino también a turistas. De hecho, el cibercafé de Ono.com en la Gran Vía era uno de los más grandes de la ciudad al contar con un total de 185 plazas. 'Es sorprendente que haya cerrado porque siempre estaba lleno de gente', decía un portero de una de las casas cercanas.

Pero, ¿por qué este dramático final? La explicación parece sencilla. La dirección de la empresa puso un pequeño cartel (tamaño folio) en el escaparate anunciando que 'por cese de actividad se cierran los locales Ono.com de Madrid a partir del día 1 de septiembre'. Debajo había un teléfono de atención al cliente en el que se explicaba que el cierre se debía a 'decisiones empresariales'. Eso sí, en ese mismo letrero, la firma comunicaba a sus clientes que 'permanecerán abiertos los centros de Valencia'.

La compañía explica que el cierre se ha debido a que la Comunidad de Madrid ha dejado de formar parte del negocio estratégico del grupo porque, al no disponer de una licencia de cable, no es posible captar nuevos clientes.

'Vamos a centrarnos ahora en nuestras áreas de influencia', explicaron fuentes de Ono, que añaden que la expansión en Madrid es una opción desechada.

Divulgar la marca

Muy lejos parece quedar ya el 28 de noviembre de 2000 cuando los directivos de Ono, encabezados por Eugenio Galdón y Richard Alden, anunciaron la creación de Ono.com en la inauguración del cibercafé de Fuencarral. Un local al que posteriormente siguieron el de Gran Vía, inaugurado en agosto de 2001, y los centros de Valencia y Albacete. Entonces, Ono aspiraba a robar cuota de mercado en el segmento de banda ancha a Madritel (ahora Auna) y Telefónica, y necesitaban dar a conocer la marca.

Ahora bien, algunos observadores creen que Ono ha cerrado los cibercafés para reducir gastos e insisten en el alto precio del alquiler del local de Gran Vía. La empresa no ha querido comentar el coste de dicha renta, si bien fuentes del sector inmobiliario estiman que Ono podría estar pagando, sólo por ese local, entre 11.000 y 12.000 euros mensuales.

No parece mucho dinero para una empresa que tuvo unos ingresos de 86 millones de euros en el segundo trimestre. Sin embargo, la situación actual no es fácil. Ono remitió un comunicado a la autoridades bursátiles en julio señalando que no podía dar una previsión de resultados para este ejercicio a causa de diversas incertidumbres como el entorno competitivo o la evolución de los tipos de cambio. Además, la firma sufrió unas pérdidas de 33 millones. Parece que la decisión de cerrar sus cibercafés madrileños es un intento más de reducir gastos para acercarse a los beneficios.

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