La inversión en China se acelera
China es el gran gigante asiático callado. No sólo por su elevada población -que representa el 25% de la población mundial-, sino por el desarrollo económico que está registrando en los últimos años. El potencial que presenta el mercado chino no ha pasado inadvertido ni a inversores ni a instituciones internacionales pese a que su producto interior bruto (PIB) tan sólo alcanza el 4% mundial. Los expertos de Sabadell Banca Privada reconocen que el camino que todavía tiene que recorrer este país es muy largo, pero subrayan que su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2001, ha acelerado el ascenso de este país como potencia manufacturera a nivel mundial.
Según datos de estos expertos, el PIB de China ha crecido a un promedio del 7,5% entre 1997 y 2002, lo que significa que durante el pasado año la producción de este país fue un 44% superior a la de 1997. 'Esto no habría sido posible sin la apertura del país al comercio exterior, como refleja un crecimiento anual medio de las exportaciones del 12,7%, y sin el mantenimiento de unas altísimas tasas de inversión', señalan en Sabadell Banca Privada en un reciente informe sobre la economía del segundo país asiático.
Junto al comercio exterior, la inversión directa ha sido, y es, el otro catalizador que ha permitido impulsar el desarrollo de este país. 'China se ha situado en el primer lugar del ranking de países que reciben inversión extranjera directa (IED). En 2002, ésta superó los 50.000 millones de dólares, representando un 4,2% del PIB. Pero las cifras se han disparado durante el presente año, puesto que, según el Ministerio de Comercio Chino, la IED ha aumentado un 51% en lo que va de 2003 respecto al año anterior', sostiene el estudio. No sólo eso. Según un informe de PricewaterhouseCoopers, China ha adelantado a Corea del Sur como el mercado preferido para invertir en Asia, siendo el sector manufacturero el más favorecido por estas inversiones.
Lo cierto es que frente a lo que sucedía años atrás cuando los tigres asiáticos dirigían sus productos directamente hacia los países desarrollados, en los últimos años, esta tendencia se ha invertido y, actualmente, dichos países dirigen sus bienes hacia China, donde se produce el ensamblaje de productos para su posterior reexportación hacia los países desarrollados. 'La fuerte competencia internacional y los cada vez menores costes de transporte son algunas de las razones que están forzando a las compañías multinacionales a ubicarse en la región de menores costes de producción', sostienen en la entidad.
Con estas perspectivas de crecimiento, no es de extrañar que muchos inversores se están planteando aprovechar las oportunidades de inversión que presenta el país. Según Sabadell Banca Privada, el hecho de que el mercado de capitales y el sistema financiero estén no sólo pendientes de reformas, sino que se caractericen por la falta de transparencia y la complejidad de su marco regulatorio, ha provocado que las alternativas de inversión se centren en los red chips (compañías chinas que cotizan en el extranjero) y en la inversión directa en acciones de empresas de otros países expuestas a la economía china.
Estas últimas suponen, a juicio de estos expertos, 'una opción interesante y menos arriesgada para el inversor internacional', sobre todo teniendo en cuenta que los red chips, pese al potencial de crecimiento que presentan, no han tenido una favorable evolución en los últimos años.