La empresa familiar innova y sale más al exterior que el resto de las compañías
Realizan más esfuerzo en I+D y se aventuran con mayor frecuencia en los mercados extranjeros. La Fundación BBVA presentó ayer un informe que echa por tierra algunas de las creencias más comunes sobre las empresas familiares. El estudio, realizado por dos expertos en Economía, compara por tramos de tamaño las características de este tipo de negocio respecto al resto del tejido empresarial en los últimos 20 años. Los resultados han sido sorprendentes.
A Cárnicas Serrano, impulsora del pavo con bogavante o el jamón con Omega 3, seguramente no le sorprenderán los resultados del informe presentado ayer por la Fundación BBVA. Tampoco a Jomipsa, por ejemplo, una pequeña empresa inventora de un pan que se mantiene blando durante dos años. O a Helados Alacant, que ha sabido sortear las restricciones arancelarias de EE UU exportando helados hechos sin leche. Todas ellas son negocios familiares españoles. Todas ellas son empresas que investigan, que innovan y que exportan.
El estudio La empresa familiar en España, que presentaron ayer el catedrático Vicente Salas Fumás y la doctora Carmen Galve Górriz, contiene dos grandes novedades. La primera es que las empresas familiares españolas tienen unos recursos tecnológicos mayores o iguales que las no familiares y los usan con más eficiencia, sobre todo aquellas que tienen más de 50 trabajadores en plantilla. Así, entre las empresas medianas (de más de 100 trabajadores), el porcentaje de compañías familiares que realizan I+D es mayor que en las no familiares y la diferencia se hace mayor a medida que aumenta el tamaño de las empresas.
La segunda conclusión del informe es que los negocios familiares se aventuran en mayor porcentaje hacia mercados extranjeros que el resto de las compañías, pese a que en intensidad de exportación las empresas no familiares continúen llevándose la palma.
Todos los tamaños
'La proporción de empresas familiares que exportan es mayor que la de las no familiares en todas las clases de tamaño', señalan los autores. En el caso de empresas de más de 500 trabajadores, por ejemplo, el porcentaje de familiares que exportan alcanza el 100%, mientras que en las no familiares se sitúa en el 94,6%.
'Lo que está claro es que hay que desterrar la idea de que los negocios familiares trabaja en sectores con tecnología primaria o tradicional', señaló Salas Fumás durante la presentación, haciendo alusión a la rápida evolución que ha experimentado este sector desde la década de los ochenta.
Otro de los tópicos que han derribado Salas y Galve es la relación entre rentabilidad y tamaño. Las empresas no familiares tienen como promedio más cuota de mercado que las familiares en todos los tamaños, pero estas últimas mantienen unos márgenes de beneficio sobre ventas muy similares a los de aquéllas.
Junto al carácter innovador de estas conclusiones, la investigación profundiza en otras ya conocidas, como el importante peso que tiene este tipo de empresa en el tejido económico español.
De acuerdo con los datos analizados en la investigación, las empresas familiares concentran actualmente dos tercios de la actividad económica española y ocupan a seis de cada diez trabajadores. Sin embargo, no todo han sido pasos adelante. El informe hace hincapié en el fuerte descenso, del 30%, que se ha producido en los últimos años en el número de empresarios sin asalariados como consecuencia del abandono de las explotaciones agrícolas. El sector, tradicionalmente cuna de empresas familiares, ha perdido 750.000 emprendedores en dos décadas.
FINANCIACIâN: Crecer pasa por incorporar a socios minoritarios extranjeros
Uno de los dilemas tradicionales de la empresa familiar se debate entre seguir siendo familiar a costa de su dimensión o aumentar de tamaño a costa de dejar de ser familiar. El estudio ayer presentado no busca dar soluciones de gestión a las empresas, pero para los autores esta disyuntiva podría resolverse con alianzas estratégicas. Para acceder a recursos sin renunciar al control familiar de la sociedad, Salas considera que se debe dar entrada a socios extranjeros minoritarios. Esto puede ser una vía para vertebrar la salida al exterior, al tiempo que para financiar la empresa sin perder el control. Así, uno de los retos debe ser impulsar las alianzas estratégicas, posiblemente globales, hasta ahora escasas.
CAPITAL INTELECTUAL: Las personas con formación evitan ser emprendedores
Fuera del entorno de la empresa familiar, los autores del estudio han detectado que el nivel de educación de los emprendedores, aunque ha evolucionado en los últimos años, lo ha hecho más lentamente que el resto de la población. En 1980, el 38% de los directivos tenían una formación por encima de los estudios medios. Entre los empresarios con asalariados, este porcentaje era de 7,5%, algo similar al resto de la población activa. Ya en 2000, los empresarios con algo más que estudios medios superaron el 10%. Pero también aumentaron, y en mayor proporción, los directivos y resto de población. Aunque es de esperar un cambio de tendencia, Salas cree que 'la actividad empresarial no parece atractiva para personas con formación'.
BOLSA: El reto de transformar la eficiencia en rentabilidad
Durante la década de los noventa, hay más empresas familiares que abandonan el parqué de las que entran. Una tendencia que no parece variar. Para los autores del estudio, las empresas familiares tienen grandes dificultades para sobrevivir como tales en el entorno bursátil. Sin embargo, 'son más eficientes o productivas que las no familiares, pero no saben traducir esto en rentabilidad', afirma Vicente Salas. Para los autores, las empresas familiares que salen a Bolsa tienen el reto de aprender a transformar estas ventajas en rentabilidad porque estar en el parqué facilita su sucesión, reduce sus niveles de endeudamiento y le hace ser más intensiva en trabajo. Por contra, su menor tamaño les impide explotar las economías de escala.