Las pymes cruzan el Estrecho
Las empresas árabes miran a Europa para modernizarse e intentar salir al exterior. El programa MEDA de la Unión Europea aspira a convertirse en el Plan Marshall para el norte de África
Las pymes del norte de África quieren despertar. Mientras las empresas españolas y europeas cada vez pisan más suelo marroquí, argelino o egipcio, las compañías de la otra ribera del Mediterráneo, especialmente las pequeñas y medianas, buscan modernizarse, primero para abastecer a su creciente mercado local y después para intentar dar el salto, esto es, internacionalizarse y acceder al jugoso mercado europeo.
Pero a Europa también le interesa el desarrollo de los países norteafricanos y de Oriente Próximo. Los conflictos políticos del mundo árabe y, sobre todo, la constante avalancha de inmigrantes del norte de África preocupan mucho a los europeos, que prefieren vecinos estables y con una mayor riqueza que permita reducir el éxodo y posibilite rebajar el riesgo de sus inversiones. En el horizonte se sitúa un ambicioso proyecto: una zona de libre comercio entre los países de ambas orillas del Mediterráneo, un mercado con 800 millones de habitantes y 40 países, idea impulsada por la Comisión Europea, que para llevarla a cabo cuenta con un programa, MEDA, que pretende situar las economías de los países árabes en condiciones de afrontar la liberalización comercial con los Estados miembros de la UE.
Para ello, 'las pymes son una parte fundamental', dice Sylvie Pölling, directora del recientemente creado Departamento de Pymes de la Escuela Euroárabe de Negocios. 'No hay que olvidar un ejemplo histórico. El llamado milagro económico alemán tras las Segunda Guerra Mundial fue posible, precisamente, gracias al impulso de las pymes y, por supuesto, a la financiación del Plan Marshall', afirma.
'Las empresas deben mejorar su organización y convertirse en lobbies'
Con este objetivo, el programa comunitario MEDA pretende ser una especie de Plan Marshall para los países norteafricanos y de Oriente Próximo. Y la Escuela Euroárabe de Negocios, una institución financiada conjuntamente por la Unión Europea y la Liga Árabe, tiene la tarea de buscar vías de desarrollo para las pymes, caminos que pasan por la modernización de su gestión, el acceso a recursos financieros por ahora inexistentes y la creación de un entorno favorable por parte de los Gobiernos locales.
'En el futuro, las pymes marroquíes se implantarán en Europa y España, pero antes debe haber mejoras en muchos aspectos, sobre todo financiero', dice Driss Alaoui-Mdaghri, ex ministro de Finanzas marroquí y profesor del Instituto Superior de Comercio y Administración de Empresas (Iscae) de Marruecos.
Como sucede en la mayoría de países, el entramado empresarial de las naciones norteafricanas y de Oriente Próximo está dominado por las pymes, en un porcentaje que ronda el 90%. Sin embargo, las diferencias entre pymes y grandes empresas son aún mayores en esos países que en Europa. Tanto en Marruecos como en el resto de sus países vecinos operan grandes compañías multinacionales que explotan sectores básicos como la energía o las telecomunicaciones y que se asemejan en su perfil y organización a sus homólogas europeas.
Pero, detrás, existe un tejido empresarial familiar, poco organizado y dominado por sectores tradicionales. Por ejemplo, en Marruecos la agricultura aporta hasta el 20% de la producción nacional y la mitad del empleo (cinco millones de trabajadores) y casi otro 20% del PIB proviene de la artesanía, con dos millones de ocupados. 'La agroindustria es uno de los sectores con mayor potencial para el desarrollo de las pymes en estos países', confirma la directiva de la Escuela Euroárabe de Negocios. De hecho, España padece desde hace algunos años la competencia directa de productos agrícolas marroquíes como el tomate o la fresa, lo que es un síntoma de la fortaleza de su sector primario.
En cuanto a la artesanía, se está convirtiendo, también en el caso de Marruecos, en una de sus principales fuentes de exportación, especialmente el sector de curtidores de piel de Fez y Meknes o el de trabajos en metal (generalmente en cobre), además de alfombras, joyería y cerámica.
Sin embargo, las pequeñas y medianas empresas todavía están lejos de dar el salto internacional. 'No conocen el mercado europeo, no tienen información', dice Paolo Castrataro, director del Euro-Maroc Enterprise, un organismo de apoyo a las empresas marroquíes en sus relaciones con Europa. 'Los mercados locales han estado siempre muy protegidos, por lo que no están preparadas aún para competir en el exterior', explica.
Además, 'no pueden salir solas, necesitan el apoyo de sus Gobiernos respectivos y del sector financiero', añade. La falta de fuentes de financiación para abordar nuevas inversiones es uno de los principales obstáculos. 'Los proyectos de internacionalización son inversiones de riesgo y no existen fondos de capital riesgo para empresa árabes y norteafricanas', afirma Sylvie Pölling.
Los problemas surgen no sólo en financiación para el exterior, sino a la hora de pedir cualquier tipo de crédito. 'La estructura del sector financiero en estos países no está suficientemente desarrollada, está enfocada al sector doméstico; las oficinas no suelen tener ventanillas específicas para empresas', dice Francisca Ferré, técnica del Departamento de Pymes de la Escuela Euroárabe de Negocios.
Driss Alaoui-Mdaghri, profesor del Instituto Superior de Comercio y Administración de Empresas (Iscae) de Marruecos y ex ministro de Finanzas, observa varias necesidades a resolver por las pymes del Magreb. 'Deben cambiar el estilo de dirección, modernizarse, no quedarse en esquemas familiares y formar a sus recursos humanos'. Por otro lado, 'tienen que desarrollar redes locales y regionales de empresas entre el Magreb y Europa, y aprovechar la investigación de las universidades'. Y, por último, 'mejorar su organización profesional, el asociacionismo, convertirse en lobbies', afirma.
Los desafíos de la modernización
La opinión de expertos como Castrataro o Alaoui-Mdaghri salió a relucir hace unas semanas durante la conferencia Desafíos ante la modernización de las pymes, organizada por la Escuela Euroárabe de Negocios (EAMS), con sede en Granada. El seminario contó con la presencia de decenas de autoridades del mundo empresarial tanto europeas como árabes. Se trataba del acto con el que arrancaba el Departamento de Pymes de la EAMS, un proyecto impulsado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI).
'El objetivo de este departamento es buscar fórmulas para estimular el crecimiento económico de los países árabes a través de las pymes', dice Sylvie Pölling. Para ello, la Escuela de Negocios actuará en varios ámbitos. Por ejemplo, el formativo: 'Nos dirigiremos tanto a la Administración local, para que facilite la creación de pymes, como al sector financiero, de forma que conozca las necesidades de estas empresas, y a las propias pymes, para ayudarles a modernizar su gestión', explica.
Por otro lado, el Departamento de Pymes pondrá en contacto a inversores, principalmente europeos, y empresarios para facilitar el trasvase de los fondos que necesitan estas sociedades. 'Queremos hacer una red de contactos, con una base de datos en Internet que se pueda consultar desde ambas orillas del Mediterráneo', indica. 'Por ejemplo, entre Francia y Líbano existe una bolsa de información para las pymes que permite realizar intercambios de información, establecer alianzas entre empresas, entre otras opciones'. Otro aspecto a desarrollar es la información estadística y sectorial, muy escasa en la actualidad, sobre la estructura de las pymes y sus características.
En definitiva, el departamento de la Escuela Euroárabe pretende 'servir de puente e intermediación' entre las necesidades de las pymes árabes y las autoridades políticas y económicas europeas para, a través de su información y asesoramiento, 'desarrollar un entorno de negocio adecuado para potenciar la actividad empresarial'.
Nueva oportunidad para el MEDA
El principal instrumento de la Unión Europea para lograr la zona de libre cambio mediterránea en 2010 es el programa MEDA, una especie de Plan Marshall para los países de la otra orilla del Mediterráneo, destinado a compensar los esfuerzos financieros que están haciendo estas naciones en sus programas de liberalización económica.Sin embargo, el MEDA ya ha consumado su primer fracaso, puesto que en la primera fase del plan, desarrollada entre 1995 y 1999, tan sólo se ejecutó el 26% de su presupuesto, según el Parlamento Europeo, por la excesiva burocracia y el planteamiento plurianual de las operaciones, entre otras causas.El MEDA II, por su parte, con un presupuesto de casi 13.000 millones de euros para el periodo 2000-2006, pretende ser más eficaz a la hora de conceder sus ayudas. Según Sylvie Pölling, que reconoce las deficiencias del programa anterior, 'nuestra labor es contribuir a que el MEDA II sirva en mayor medida y se enfoque más hacia los intereses de las pymes'.El apoyo al desarrollo del sector privado supone uno de los ejes del programa MEDA II, que cuenta con varias líneas de ayuda a las pymes, incluso con el objetivo de incluir operaciones de capital riesgo en sus actuaciones con este tipo de empresas, una de las mayores demandas del empresariado árabe para poder iniciar proyectos en el exterior.