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Adquisiciones

Acciona afirma que su entrada en FCC no persigue una fusión

Acciona se convirtió ayer en el tercer accionista de su competidor Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Y lo hizo destinando 286,25 millones de euros de las plusvalías que mantiene derivadas de la venta de su participación en la antigua Airtel, hoy Vodafone España, a la adquisición de un 8,683% de la constructora controlada por Veolia y Esther Koplowitz.

La operación abrió de inmediato en el mercado todo tipo de conjeturas y análisis sobre la posibilidad de que ambas empresas puedan afrontar en el futuro un proceso de integración. Y ello a pesar de que Acciona dejó muy claro en su comunicación a la CNMV que no tiene intención de acceder a los órganos de administración de FCC ni de participar en su gestión. 'No existe tampoco intención alguna de proponer la integración de ambos grupos en ningún plano ni la coordinación de ninguna de sus operaciones', indicó.

Sí aseguró que la toma de participación en FCC es 'una opción atractiva, en un sector que conoce bien y en una empresa caracterizada por la calidad de su gestión y de sus activos, su rentabilidad y la diversificación del negocio'.

Tras comunicarse la operación, la reacción del mercado no se hizo esperar e impulsó una revalorización de hasta el 8,5% en la cotización de las acciones de FCC.

La CNMV intervino en ese momento y decretó la suspensión de cotización, que sólo se reanudó después de que FCC difundiera un comunicado en el que confirmaba que 'consideraba la operación como puramente financiera y totalmente alejada de cualquier expectativa que no sea la de una simple inversión'.

FCC recordó que está mayoritariamente controlada por B-1998, en la que Esther Koplowitz controla un 51% y Veolia -antes Vivendi Environnement- un 49%, y precisó que la entrada de Acciona en el capital 'no afecta en modo alguno la estabilidad accionarial de FCC'.

Tras el levantamiento de la suspensión de cotización las acciones de FCC cerraron finalmente con una revalorización del 5,49%, alcanzando los 25,95 euros, mientras que Acciona subió un 6,7%, hasta 44 euros.

Acciona, que aseguró ayer que comunicó a la alta dirección de FCC la operación antes de que ésta se materializara, ha pagado al inversor belga Albert Frère, 25,25 euros por cada una de los 11,34 millones de acciones adquiridas. Este precio supone una prima del 2,6% respecto al cierre de las acciones en la sesión del pasado jueves.

Y supone que Albert Frère genera unas plusvalías de 66 millones de euros. En noviembre de 2000, su holding Compagnie Nationale à Portefeuille (CNP) aseguró que había invertido un total de 220 millones de euros en la adquisición de su participación en FCC.

De acuerdo con los registros de la CNMV Frère Bourgedis controlaba hasta ahora un 9,2% de FCC y tenía un puesto en el consejo de administración, que ocupaba el hijo del inversor belga, Gerald Frère.

A la caza de oportunidades de inversión

Acciona está en posición compradora. La venta de las acciones de Airtel le generó unas plusvalías de más de 1.600 millones de euros, al margen de 0,48% que aún mantiene en la operadora británica Vodafone, participación que encierra plusvalías adicionales por unos 830 millones.La compañía controlada por la familia Entrecanales está obligada a reinvertir si quiere beneficiarse de las deducciones fiscales que la legislación establece. No es fácil encontrar oportunidades de inversión que combinen tamaño, solidez y rentabilidad, como probó la empresa con los fiascos de Avánzit o la polaca Elektrim, que suspendieron pagos justo después de que la constructora comprometiese en ellas recursos millonarios.Acciona se hizo con Trasmediterránea, pujó por ENA, y está interesada ahora en la empresa de servicios Cespa.Su búsqueda de oportunidades rentables ha coincidido con la voluntad vendedora de Albert Frère en FCC. El millonario belga entró en la constructora en 2000, lo que se interpretó entonces como un intento de convertirse en accionista bisagra entre Esther Koplowitz y Vivendi. Sin embargo, los pactos accionariales entre ellos le impedían jugar ese papel, y se ha limitado a ser un socio financiero. Su filial CNP es un potentísimo holding belga con intereses en empresas de comunicación, constructoras, eléctricas y petroleras y está controlado por el grupo familiar Frère Bourgeois, de la familia de Albert Frère.

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