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Bolsa

El complejo puzle energético

Los analistas ven improbables cambios en el sector tras el precedente sentado por el regulador al vetar la opa de Gas Natural sobre Iberdrola

El statu quo se impone en el mercado energético a pesar de los deseos de cambio de las empresas del sector. España ha abierto por completo sus negocios de gas y electricidad este año y la Unión Europea pretende hacer lo propio a nivel comunitario en 2007. En este contexto las compañías energéticas españolas no quieren que la liberalización del negocio les encuentre en inferioridad de condiciones con respecto a los grandes colosos europeos y han visto en las operaciones de concentración un método útil para defenderse. La constitución de compañías energéticas multiservicio -distribución y comercialización de gas y electricidad- es el objetivo, aunque todos los proyectos que se han intentado hasta el momento han fracasado por trabas políticas. La renuncia de Gas Natural a la opa sobre Iberdrola, tras el veto de la Comisión Nacional de la Energía, constituye el último intento fallido tras los protagonizados por Unión Fenosa y Cantábrico primero y por Iberdrola y Endesa, después.

'Especular en estos momentos con una reorganización del sistema energético español es un ejercicio estéril y poco realista. La postura del regulador, y por consiguiente del Gobierno, ha quedado muy clara y cierra casi todas las puertas a próximas operaciones de concentración', argumenta un analista que prefiere mantener el anonimato. 'Imposible no hay nada pero las opciones de que prospere una operación como la fusión entre Endesa y Gas Natural, tal y como se especulaba, son muy escasas. El regulador, con el precedente que ha sentado, tendría muy difícil justificar el visto bueno a cualquier nuevo intento de reorganización', explican desde otra firma de Bolsa.

La entrada de empresas extranjeras en el capital de compañías energéticas españolas es una opción todavía más improbable, sobre todo si cuentan con respaldo estatal. La Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2000 sirvió al Gobierno español para reservarse la posibilidad de limitar al 3% los derechos de voto de un inversor extranjero en el sector eléctrico español cuando en su accionariado cuente con capital público. '¿Qué empresa va a perder el tiempo en intentar entrar cuando ve la cantidad de obstáculos que se le imponen a las empresas locales?', se preguntan fuentes del mercado. La prima especulativa que los inversores internacionales aplicaban a las compañías españolas se verá reducida tras el veto del regulador a la opa de Gas Natural, según los expertos.

Entre las pocas posibilidades de cambio que contemplan los analistas en el mercado energético español está el intercambio de activos entre compañías eléctricas y de gas. 'Sería una opción para las empresas energéticas para reforzar su presencia en otros mercados sin que se les pongan tantas trabas', argumenta María Martínez, de Espírito Santo. 'El problema está en la puesta en práctica de estos intercambios, ya que las empresas van a querer desprenderse sólo de sus peores negocios', añade esta experta. Alberto Aparicio, de Safei, también cree que el intercambio de activos a pequeña escala es la única opción que le queda a corto plazo a las compañías energéticas para diversificar su negocio. 'Endesa podría estar interesada en las desinversiones a las que tenía que hacer frente Gas Natural por la opa sobre Iberdrola', explica Aparicio.

De momento, la única modificación del actual escenario energético que parece segura es la reducción de la participación de Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y Cantábrico en Red Eléctrica. La liberalización del sector eléctrico emprendida por el Gobierno prevé que estas compañías rebajen cada una su presencia en Red Eléctrica del 10% actual hasta el 3% antes de que finalice el año. 'Estas desinversiones tendrán un impacto pequeño en el sector y servirán sobre todo para mejorar las finanzas de las compañías de cara a la compraventa de activos entre ellas', explica María Martínez.

La oposición política no es el único factor que dificulta la reorganización del negocio energético. El complejo sistema de participaciones cruzadas que mantienen las compañías en el sector también supone un importante freno. La opa de Gas Natural sobre Iberdrola ha roto el entendimiento entre La Caixa y Repsol. La caja catalana, principal accionista de Gas Natural y de Repsol, apoyó la operación, mientras que la petrolera se opuso.

El futuro del sector dependerá en buena medida de cómo se resuelva este conflicto. Por el momento, Repsol YPF ha aumentado su participación en Gas Natural por encima del 25% para recomponer el reparto del poder en la compañía gasística. Banesto Bolsa extrae varias conclusiones de la operación. En primer lugar señala que a pesar de que la opa de Gas Natural está muerta, parece razonable pensar que Repsol compra acciones como medida defensiva, ya que tiene interés estratégico en la compañía y querrá estar bien posicionado ante lo que pueda ocurrir en un futuro dentro del sector. 'Que Repsol eleve su participación para reforzar su control en Gas Natural nos gusta, ya que controlar la compañía supone mejorar la integración upstream-downstream extracción y refino en la cadena del gas natural. Además los flujos de caja de la gasística reducen la exposición al ciclo económico de Repsol, lo que será valorado de forma positiva por el mercado y por las agencias de calificación', apuntan. Banesto descarta que Repsol prepare una opa: 'Aparte de que sería difícil que tuviese éxito, Repsol volvería a incurrir en un endeudamiento excesivo y enturbiaría en parte su historia empresarial, ya que entonces dejaría de ser una petrolera pura'.

Blindajes para evitar ofertas no deseadas

La importancia estratégica que tiene la generación y la distribución de electricidad para un país hace que las empresas de este sector sean las que cuenten con los más duros sistemas de blindaje contra ofertas no deseadas de todo el mercado. Algunos de estos mecanismos están contenidos en los estatutos de las propias compañías y otros son impuestos por el Gobierno.Endesa, Iberdrola, Red Eléctrica y Unión Fenosa tienen limitado al 10% el derecho de voto en las juntas, con independencia del capital que se posea.Además, los estatutos de Endesa, Unión Fenosa e Iberdrola exigen requisitos para ser miembro del consejo de administración (cierta antigüedad como accionista) y mayorías reforzadas para tomar determinados acuerdos en las juntas, como fusiones o cambios en los estatutos.Por si estos blindajes fueran pocos, el Gobierno mantiene la acción de oro en Endesa. Si alguien quiere comprar una participación igual o superior al 5% de la eléctrica necesita autorización administrativa previa. En el caso de las filiales de Endesa el límite se eleva al 10%. Además, el Ejecutivo se reserva el derecho de veto en el caso de que la eléctrica quiera vender un porcentaje significativo de alguna de sus participadas. La acción de oro tiene una vigencia de 10 años y finaliza en 2007.Repsol es otro ejemplo de que en el sector energético español, si se quiere cambiar algo, tiene que hacerse de forma consensuada entre la petrolera, sus accionistas de referencia y el Gobierno. Los estatutos de Repsol limitan los derechos de voto al 10% del capital y el Gobierno se reserva la posibilidad de vetar cualquier operación que conlleve adquirir más del 10%. La acción de oro de la petrolera expira en 2006.Gas Natural, en cambio, no cuenta con ningún tipo de blindaje.

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