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EE UU

La Reserva Federal mantiene los tipos y reconoce la debilidad de la economía

La Reserva Federal dijo en su comunicado que los recientes datos conocidos con respecto al empleo y la producción, 'aunque en su mayoría reflejan decisiones hechas antes de la conclusión de las hostilidades, han probado ser decepcionantes'.

En un esfuerzo por no atarse las manos y comprometer claramente una bajada de tipos en su próxima reunión, prevista para finales de junio, el comité abierto de la Reserva considera importante esperar y ver cómo el fin de la guerra, la bajada de los precios del petróleo, la mejora de la confianza de los consumidores y la recuperación en los mercados junto con el aumento de la productividad pueden aportar 'una mejora en el clima económico con el tiempo'.

Pero mientras se mantiene este compás de espera, la foto fija a fecha de hoy revela la preocupación de la autoridad monetaria que ayer unánimemente votó por el mantenimiento de los tipos. 'El equilibrio de riesgos se inclina hacia la debilidad en el futuro previsible', explicaba ayer la Reserva en su comunicado. A falta de saber cuál es el futuro previsible, esta redacción contrastaría parcialmente, no obstante, con las declaraciones de la semana pasada del propio Greenspan en la Cámara de Representantes cuando aseguró que la economía crecerá 'notablemente a mejor paso' en la segunda mitad del año.

Deflación

Para el equipo de Greenspan el momento y la intensidad de la recuperación son inciertos, según se desprende del comunicado y vuelve a poner el dedo en la llaga de los precios. 'En el mismo periodo los próximos trimestres, la posibilidad de una no bienvenida caída sustancial de la inflación excede la posibilidad de una subida de los niveles que ya son bajos'.

Cada vez más presente el fantasma de la deflación, esta amenaza aumenta las posibilidades de una bajada de tipos, que muchos analistas consideran ya un hecho en las próximas reuniones.

'El cambio de sesgo hacia la debilidad debe dejar puestos los fundamentos para una nueva bajada de tipos de 25 puntos básicos en la reunión del 25 de junio', aseguraba en su comentario previo a la decisión de la Reserva, David Rosenberg, economista jefe de Merrill Lynch.

La mayor parte de los economistas se habían ido alejando de su apuesta de una rebaja de tipos en la reunión de ayer por la renuncia de la Reserva Federal a valorar la situación económica en su última reunión. En aquel momento, el equipo de Greenspan mantenía que era imposible hacer un diagnóstico adecuado por todas las incertidumbres que la guerra con Irak y por tanto se imponía la cautela y el silencio que tanto fue criticado por los equipos de análisis privados.

Baja confianza

Pero ya en marzo se creía que la rebaja estaba cerca. Ahora y tras el sesgo de ayer, la confianza en una mejora generalizada es evidentemente baja entre estos expertos que tan de cerca siguen la economía y los pensamientos de los miembros de la Reserva.

La mayoría de los informes previos a la decisión de la autoridad monetarias daban por sentado que se producirá el recorte del precio del dinero antes de otoño. William Dudley, economista jefe de Goldman Sachs, iba más allá y señalaba ayer en su análisis que esperaba que la Reserva 'rebaje los tipos en 50 puntos básicos a mediados de año'.

Y es que de momento y aparte de las volátiles encuestas sobre confianza, los datos que se manejan sobre la economía, aún muy influidos por la reciente guerra con Irak, dan pocos motivos para una postura más positiva. El crecimiento en el segundo trimestre del año se calcula que ronde el 2% aunque ya hay algunos equipos económicos que rebajan este porcentaje. El primer trimestre del año la economía creció a un ritmo anual del 1,6% cuando los tres meses finales de 2002 registraron un crecimiento del 1,4%.

Con este avance no va a ser fácil cambiar la tendencia de destrucción de empleo, ya que los economistas están de acuerdo en que sólo con un ritmo de crecimiento del 3% se puede crear empleo. En abril la tasa de paro quedó en el 6%, una de las más altas de la Administración de George Bush, mientras que la industria continuaba una erosión que ha dejado a varios analistas considerando si no se ha entrado de lleno en una segunda recesión que oficialmente sería una profundización de la primera, puesto que no se ha dado por finalizada la que comenzó en febrero de 2001.

A pesar del pesimismo que se refleja en este análisis por parte de los encargados de la política monetaria, que han bajado tipos 12 veces en los últimos dos años, el presidente de la Reserva sigue diciendo que no es necesario el estímulo fiscal que prepara Bush a no ser que recorte los gastos. La semana pasada, en su comparecencia ante la Cámara de Representantes, Greenspan señalaba que ya 'hay muchas y significativas medidas de estímulos en marcha'. Greenspan, recientemente ratificado por el presidente Bush, reiteró estas afirmaciones, que tanto molestan en la Casa Blanca, particularmente ahora que se negocia en el Congreso el segundo recorte de impuestos de la legislatura de Bush.

Lo que Greenspan también apuntó en esta comparecencia ante la Cámara es que el crecimiento iba a ser lento y la finalización del conflicto bélico con Irak no garantizaba un inmediato rebote de la economía, algo en lo que han coincidido los economistas del país antes y durante la guerra.

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