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Indutria petrolera

Washington apuesta por la privatización del crudo iraquí

La industria petrolera iraquí necesita una reestructuración radical, que pasa por su privatización, si se quieren maximizar los beneficios que el negocio del crudo puede traer al pueblo iraquí. El Departamento de Estado de EE UU considera que el monopolio estatal del petróleo 'no sirve a los intereses' del país, según un informe obtenido por la revista especializada Middle East Economic Survey.

El documento estima que la privatización del sector daría un mejor servicio al país que una gran empresa centralizada. Washington argumenta que la participación de empresas privadas es 'la tendencia establecida' en otros países productores de Oriente Próximo. El estudio considera 'sintomático' de las compañías públicas obtener bajos rendimientos por la explotación del petróleo.

'El monopolio reduce los beneficios para la sociedad, al restringir la producción, lo que al mismo tiempo limita la inversión de capital que el sector necesita con urgencia', sentencia el documento.

Críticas a la OPEP

El informe del Departamento de Estado adelanta las líneas de la política de EE UU respecto al papel de Irak dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El cartel está formado por 11 países, entre ellos Irak, y controla el 40% del petróleo mundial. Washington no quiere que la organización extienda a Irak su política de límites de producción. Durante una década, el país ha estado excluido de las decisiones de la OPEP, ya que el petróleo de Irak estaba administrado por la ONU. El cartel recurre periódicamente a restricciones en su oferta para evitar que la cotización del crudo se desplome.

EE UU tiene una gran dependencia del exterior. Importa el 55% del petróleo que consume. Los países de la OPEP aportan el 21,3% de las necesidades del petróleo del país. En los últimos años, el cartel petrolero ha aumentado su producción siempre que la situación lo ha requerido. Pero esta política no ha servido para despejar la desconfianza de Washington.

'Debería ser el mercado el que se regule por sí mismo y decida los niveles de producción y petróleo', declaró la semana pasada en Madrid el secretario de Energía de EE UU, Spencer Abraham. El responsable admitió, no obstante, que 'es positivo' mantener una relación fluida entre productores y consumidores.

Las recomendaciones de EE UU para Irak contradicen los principios de la OPEP, fundada en Bagdad. 'El principal objetivo de la OPEP es la coordinación y unificación de las políticas petroleras de los países miembros, así como la determinación de las mejores medidas para la salvaguardia de sus intereses individuales y colectivos', señala la organización.

Infraestructura desfasada

El estado de la infraestructura petrolífera iraquí es lamentable. El material está anticuado y se requieren inversiones multimillonarias para mantener la producción. El Departamento de Estado culpa directamente a la política energética del ex dictador Sadam Husein.

Frente a lo que es el común parecer de toda la industria, el estudio niega sin sonrojo que las sanciones impuestas por EE UU al término de la primera Guerra del Golfo (1991) tengan algo que ver. 'Hemos de negar cualquier sugerencia de que el bajo nivel de producción de Irak se deba principalmente a la guerra y las sanciones'. Los expertos aseguran que las sanciones han impedido que Irak pudiera importar los materiales necesarios para su modernización.

Las 'pesadas' sanciones de la ONU

El Gobierno estadounidense estudia levantar unilateralmente las sanciones que pesan sobre Irak, según informó ayer The Wall Street Journal. Las sanciones fueron impuestas por la ONU tras la primera Guerra del Golfo (1991), bajo la fuerte presión de EE UU, que quería asfixiar al régimen de Sadam Husein.Pero ahora las sanciones resultan un carga engorrosa para los planes de reconstrucción de la Casa Blanca y para las compañías estadounidenses que esperan hacer negocios suntuosos en Irak. Las sanciones impiden la importación de una gran cantidad de productos necesarios para la reconstrucción del devastado país árabe.'Si el embargo de la ONU continúa durante demasiado tiempo, tendremos que encontrar una solución fuera de ese sistema', reconoció un funcionario de la Administración estadounidense.Mientras la Casa Blanca reclama por activa y por pasiva el levantamiento del embargo, Francia y Alemania exigen que las sanciones se mantengan hasta que se encuentren las armas de destrucción masiva, que fueron el argumento de EE UU para lanzar la ofensiva contra Irak. más información en la Página 52

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