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Acuerdo

Las firmas de Wall Street aún aconsejan más compras que ventas y favorecen a sus clientes

Comentaba hace unos días un directivo de un gran banco estadounidense que el análisis independiente es, hoy por hoy, una bicoca. 'Si el análisis es independiente, ¿quién lo paga?', se preguntaba. 'Los inversores quieren informes imparciales, pero nadie está dispuesto a correr con los costes'. El análisis bursátil lo elaboran, aún, los mismos bancos de inversión que viven de las comisiones de las empresas que recomiendan.

La parcialidad de los análisis ha obligado a las diez grandes firmas de Wall Street a pagar una multa récord (1.270 millones de euros) para evitar un juicio por engaño al inversor que, vistas las pruebas, tenían pocos visos de ganar. Pese a ello, el sistema no se ha limpiado del todo. Todas y cada una de estas firmas (Citigroup, Credit Suisse First Boston, Merrill Lynch, Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan, UBS Warburg, Lehman Brothers, Bear Stearns y Piper Jaffray) emiten más recomendaciones de compra que de venta, tal y como indica el gráfico adjunto. Algunas entidades, como Goldman, equilibran las calificaciones (24% compra y 22% venta). Pero UBS aconseja comprar en el 47% de sus informes y vender sólo en el 6%.

Hace dos o tres años, esta disparidad entre recomendaciones de compra y de venta era norma de la casa en todas las firmas de análisis. Los porcentajes de recomendaciones negativas oscilaban entre el 5% y el 10%. Los escándalos de conflictos de intereses y la dinámica bajista del mercado -los expertos tienden a pensar que los movimientos recientes del mercado se perpetuarán- han elevado el porcentaje de calificaciones negativas.

Favoritismo

Los analistas de todas las firmas excepto Lehman son más positivos con las empresas que son clientes de su banco que con el resto. El porcentaje de compañías para las que trabajan los bancos es más alto en las compañías que reciben mejores calificaciones. Así, el 47% de las acciones que Credit Suisse aconseja comprar son clientes del banco, pero el porcentaje baja al 35% en las recomendaciones de venta.

La posibilidad de tener acceso a este tipo de datos es, en todo caso, consecuencia de los escándalos de 2001. El regulador de los mercados de Estados Unidos, la SEC, obligó a las firmas de valores a detallar públicamente sus relaciones con las compañías analizadas. En Europa estos datos no son públicos. Ahora bien, BNP Paribas, por ejemplo, obliga a que haya siempre el mismo número de recomendaciones positivas que negativas. BBVA aconseja más vender (43,2% de las recomendaciones) que comprar (39,3%), aunque ello es consecuencia, según el banco, 'del momento de mercado'.

'No se puede pensar que el analista es un ser puro e independiente', comenta un banquero, 'depende de las compañías, de la información que le suministran, y cuando la recomendación es negativa éstas llaman al propio analista o al director de banca de negocios. Aunque no haya ninguna presión interna dentro del banco, el analista sabe con qué empresas trabaja la entidad. La influencia siempre existirá. Hasta qué punto distorsione el análisis depende de la ética de cada uno'. La CNMV no se pronuncia sobre los conflictos de intereses, tratados en la Ley Financiera pero sobre los que la Comisión aún no tiene competencias por la falta de desarrollo reglamentario. Su presidente, Blas Calzada, ha destacado la necesidad no ya de un control sobre la labor de los analistas, sino de una mayor capacitación profesional. Asimismo, ha denunciado la confusión que provocan en el inversor los precios objetivo.

Los bancos de Wall Street han prometido reformarse. Sus vergüenzas y sus prácticas más inconfesables han sido sometidas al escarnio público. Analistas como Henry Blodget o Jack Grubman han sido públicamente vilipendiados. Los cambios de política a los que obliga el acuerdo judicial y la necesidad de la industria de recuperar credibilidad han aumentado la transparencia y modificado algunas prácticas. Pero, como reconocen los propios banqueros, queda camino por andar.

¿Puede ser gratuito un análisis independiente?

Todo el mundo se ha acostumbrado a que el análisis de Bolsa sea gratuito, de modo que nadie está dispuesto a pagar por ello. Pero, como nadie da duros a cuatro pesetas, si los análisis no dan dinero nunca pueden ser del todo independientes, pues alguien tendrá que pagar a los analistas. Un experto que haga informes de pago tiene menos incentivos a ser parcial, pues las informaciones sesgadas degrada su producto y le restan clientes. Mordería la mano de quien le da de comer. Justo lo contrario de lo que ocurre actualmente, puesto que quienes pagan a los analistas son, en última instancia, las empresas analizadas. El incentivo del analista, en esta situación, es emitir informes engañosamente positivos.

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