La toma de Kirkuk por los kurdos provoca las protestas de Turquía
Los kurdos se hicieron ayer con el control de la ciudad de Kirkuk, casi sin resistencia, después de que las tropas iraquíes depusieran las armas y huyeran hacia Tikrit, la ciudad natal de Sadam Husein y donde se prevé que se han retirado los principales dirigentes del régimen.
Cientos de combatientes peshmergas de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) entraron en Kirkuk, donde se produce el 40% del petróleo de Irak. Para los kurdos iraquíes esta ciudad es su capital, también reivindicada por los turcomanos.
Esta situación encendió las alarmas en Turquía. El secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, aseguró ayer personalmente al ministro de Exteriores turco, Abdulá Gul, que 'en las próximas horas habrá más tropas de EE UU en la zona y los peshmergas serán expulsados'. Powell también se comprometió a que los kurdos no avanzarán hacia Mosul, al norte de Kirkuk.
Pero, además, Turquía ha exigido el envío de sus propios observadores militares a la zona para comprobar la salida de los milicianos kurdos, extremo al que Powell ha accedido.
Turquía ha citado como posibles razones para una intervención militar en el norte de Irak con la creación de un Estado independiente allí, ataques contra la población turcomana y contra las tropas turcas o actividades terroristas dirigidas contra Turquía. La tensión entre turcos y kurdos amenaza con empañar lo que parecen las últimas jornadas de una guerra exitosa para EE UU contra el régimen de Bagdad.
EE UU recibió ayer el primer reconocimiento oficial de victoria por parte del derrocado régimen iraquí. El hasta ahora embajador del país en Naciones Unidas, Mohamed Aldouri, admitió ayer que 'el juego ha terminado. No hay Gobierno al que representar. En estos momentos ya sólo represento a mi país'. Aldouri ultima los preparativos para su marcha del cargo.
Pese a ello, los combates en suelo iraquí persisten, en algunos casos con gran violencia. Un día después de que las tropas lideradas por Estados Unidos entraran en Bagdad, un marine estadounidense murió y más de 20 soldados resultaron heridos durante una batalla contra efectivos leales a Sadam Husein que disparaban desde la mezquita Al-Adhan en la rivera este del río Tigris en Bagdad. Los daños a la mezquita provocaron la indignación de muchos ciudadanos, que advirtieron a los soldados que no se acercaran por la zona después 'de la vergüenza que aquí se ha cometido'.
Además, un ataque suicida provocó al menos un muerto y tres heridos en una unidad de marines a primera hora de la noche, en una jornada en la que la ciudad se sumergió de nuevo en el caos.
Según portavoces de las tropas estadounidenses, el número de soldados no es aún suficiente para garantizar la seguridad en todo el núcleo urbano y acabar con las bolsas de resistencia.
Mucho bagdadíes han arremetido contra los invasores por permitir los saqueos de distintos organismos oficiales, comercios y viviendas particulares.
Sin rastro de Sadam
Lo que sigue siendo una incógnita es el paradero de Sadam Husein y de buena parte de los dirigentes de su Gobierno. El saqueo alcanzó también a las viviendas de estos últimos.
Algunos residentes aseguraron que la noche anterior habían escuchado un mensaje por radio en el que Husein daba a 'las fuerzas invasoras' un plazo de 72 horas para abandonar Irak 'si no quieren que suceda lo que nunca hubieran podido imaginar'. 'Hasta ahora hemos utilizado sólo un 1% de nuestro poder. La victoria sigue siendo nuestra', fue una de las proclamas según relató Munir, un habitante del área, a Efe.
Los británicos aseguraron ayer tener informaciones de que el alto mando iraquí está preparando una reunión en una localidad sin especificar.
Asesinado un líder chiita en una mezquita de Nayaf
Se ha abierto la veda para los ajustes de cuentas en Irak. El líder chiita Abdul Majid al Khoei fue asesinado ayer en la mezquita Gran Imán Alí, de Nayaf. Testigos presenciales relataron que Khoei y su ayudante fueron apuñalados hasta morir por una turba que asaltó la mezquita.Nada está claro sobre los autores del asesinato. Bien podrían ser fedayines, los combatientes paramilitares leales a Sadam Husein, u otros chiitas rivales de Khoei. Los chiitas representan el 60% de los habitantes de Irak, pero la rivalidad de las distintas facciones impide un liderazgo único.Khoei no era popular. Se exilió a Londres en 1992 y regresó a Nayaf hace una semana. El dirigente trabaja para EE UU intentando poner orden la ciudad, lo que despertó las suspicacias de otros líderes chiitas, candidatos también a hacerse con el control regional a la caída de Sadam.