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Guerra en Irak

El Banco Mundial espera el mandato de Naciones Unidas para actuar

La Administración estadounidense multiplica sus apariciones en televisión en estos días de victoria oficiosa. Ayer le tocó el turno al secretario del Tesoro, que dijo a la cadena Fox que las naciones ricas deben perdonar parte de la deuda de Irak para centrar la atención en la reconstrucción de este país y en una economía devastada por la guerra y la mala gestión.

Snow cree que el perdón de una deuda externa que se calcula en torno a los 400.000 millones de dólares debe estar en la agenda de la reunión del G-7. 'Los iraquíes no deben tener en sus espaldas las deudas en las que incurrió un dictador que ya no está', dijo.

La cuestión promete severas discusiones en el seno del selecto club en el que EE UU, Reino Unido, Japón e Italia han estado a favor de la contienda militar, mientras que Francia, Canadá y Alemania se han opuesto. Snow ha señalado que quiere ayuda para la reconstrucción por parte de la comunidad internacional y particularmente por parte del G-7 y las instituciones internacionales.

Por lo que se refiere a estas últimas, tanto Wolfensohn como Köhler apuntaron ayer en rueda de prensa que están preparados para hacer frente a sus obligaciones de reconstrucción, pero el presidente del Banco Mundial recordó que para que el organismo pueda conceder créditos deben darse dos circunstancias. La primera, solventar un impago de 82 millones de dólares que debe Irak a esta institución, una carga menor, según Wolfensohn, y fácil de hacer frente con los ingresos del petróleo. En cuanto a la deuda externa, el presidente del Banco Mundial dijo que esperaba que se resolviera con acuerdos bilaterales. Wolfensohn recordó que Irak no forma parte de la iniciativa para reducción de deuda de los países altamente endeudados (HIPC) y sin posibilidades de que lo sea.

La segunda premisa es que el banco sólo puede tratar con Gobiernos legítimos 'y ésa es una decisión que debe tomar la ONU'. 'Es una cuestión práctica, tenemos que conceder préstamos a alguien que esté dispuesto a devolverlos. Este caso es especialmente complicado, porque además estamos afectados por la resolución 661, que es la decisión de la ONU sobre las sanciones a Irak', explicó.

No es una decisión fácil en vista de las diferencias en el seno del Consejo de Seguridad sobre la guerra y el papel de la ONU en este escenario posbélico. Wolfensohn reconoció que 'puede haber diferencias en nuestro consejo'. EE UU quiere liderar estos esfuerzos y ya tiene preparado un Gobierno de transición, mientras que la Europa opuesta a la Administración de George Bush, quiere que la ONU no se limite a un papel coordinador. Wolfensohn admitió la delicada situación diplomática y se comprometió a consultar con el directorio del banco. De momento, dijo, 'nadie nos ha hecho una petición de ayuda para Irak', aunque reconoció que ya ha habido contactos con el Tesoro de EE UU.

En cualquier caso, nadie responde a la pregunta de los costes de estas operaciones. Wolfensohn señalaba que con independencia de la autorización de la ONU, el banco puede empezar a enviar equipos a la zona a valorar la situación. El director general del FMI urgió a 'la comunidad internacional para que alcance un nivel de cohesión sobre un marco para la rehabilitación de Irak'.

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