Bombardeo masivo de EE UU contra los vestigios del régimen de Bagdad
La guerra en Irak toca a su fin. Las fuerzas estadounidenses y británicas preparan con calma el asalto final a la capital. En la madrugada, los bombarderos B-1 atacaron de forma implacable un complejo de edificios en el ya castigado barrio de Mansur. Los aviones arrojaron cuatro bombas de cerca de 2.000 libras (más de 900 kilos) cada una. Los servicios de inteligencia detectaron la posible presencia en la zona de Sadam Husein y de sus hijos. El resultado de la ofensiva fue de, al menos, nueve civiles muertos y 13 heridos. Dos edificios fueron destruidos y otras cuatro construcciones severamente dañadas, pero el destino del dictador iraquí sigue siendo una incógnita.
Horas más tarde, los servicios de seguridad británicos manifestaron que las posibilidades de que Sadam hubiera fallecido en el ataque eran escasas.
Las operaciones de castigo prosiguieron a lo largo de todo el día. Las bombas guiadas de las fuerzas aéreas de EE UU impactaron también sobre el cuartel general del Baas, el partido de Sadam, los Ministerios de Información y Planificación y los centros de mando de la Guardia Republicana Especial y la Guardia Republicana.
Los marines estadounidenses también actuaron en las calles de Bagdad. Los tanques Abram volvieron a cruzar ayer el río Tigris para evaluar la eventual capacidad de resistencia iraquí contra la invasión estadounidense.
Cae la televisión estatal
Los equipos de transmisión de televisión iraquí también fueron objetivo militar. La cadena del régimen dejó de emitir, convirtiéndose en un símbolo de la debacle de la era Sadam. 'Queremos destruir la capacidad de Husein para diseminar mentiras', esgrimió el mayor Michael Birmingham, de la Tercera División de Infantería, para justificar el ataque.
Los corresponsales extranjeros recibieron el castigo de las fuerzas aliadas. Las instalaciones de la televisión Al Yasira fue atacada y un periodista resultó muerto. Otros tres informadores fallecieron, entre ellos el cámara de Tele 5 José Couso, víctimas del ataque de un tanque estadounidenses contra el hotel Palestina, donde está alojada la prensa internacional. Los militares americanos argumentaron haber oído disparos procedentes del edificio.
El ministro de Información iraquí, Mohamed Saeed al Sahaf, aún se atrevía ayer a desafiar a EE UU. El dirigente aseguró que las tropas 'atacarán y destruirán' a los invasores. 'Van a rendirse o se quemarán con sus tanques', prometió Al Sahaf, una advertencia que recuerda a la del viernes pasado, cuando aseguró que una horda de mártires suicidas aniquilaría esa misma noche a las tropas americanas establecidas en el aeropuerto civil de Bagdad.
Capturado Rashid
Los soldados estadounidenses lograron ayer apoderarse del aeropuerto militar de Rashid, a cinco kilómetros al este del centro de Bagdad. Las instalaciones habían sido previamente abandonadas por las fuerzas leales a Sadam. Aunque los marines encontraron una cierta resistencia en la carretera hacia el aeropuerto, el capitán Matt Watt reconoció que 'la amenaza enemiga es prácticamente mínima'. Otro de los portavoces militares de EE UU en la zona expresó su impresión de que la moral de los soldados iraquíes se ha hundido: 'Han comprendido que están luchando por una causa perdida'.
En otros lances del conflicto, un avión A-10 fue derribado por las fuerzas iraquíes, aunque su piloto escapó y fue rescatado. En el frente norte, los guerrilleros kurdos prosiguieron su lento avance hacia las ciudades de Kirkuk y Mosul, controladas por el régimen de Sadam.
Desde que empezó la guerra, Irak asegura que han muerto 1.250 civiles y 5.100 han resultado heridos. EE UU reconoce 90 bajas y 14 desaparecidos. Reino Unido ha perdido a 30 efectivos. Además, 11 periodistas han muerto en el conflicto.
Sin noticias de las armas de destrucción masiva
Las temidas armas de destrucción masiva en posesión de Irak, argumento de Washington para lanzar la guerra, aún no han hecho aparición y, con el régimen de Sadam Husein en las últimas, tienen pocos visos de ser desplegadas. Los únicos vestigios son unas sustancias encontradas en dos lugares al sur de Bagdad y cerca de Kerbala.'Las versiones iniciales son de que sí podrían ser sustancias para fabricar armas prohibidas', avanzó ayer en Doha (Qatar) el general de brigada y subdirector de operaciones militares, Vicent Brooks, aunque reconoció que aún es pronto para hacer valoraciones definitivas.Otro general estadounidense admitió la posibilidad de que las sustancias encontradas en las inmediaciones de Bagdad no sean más que pesticidas. El Pentágono espera ahora que los productos de Kerbala den la 'prueba irrefutable' contra Sadam.