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Bolsa

Europa, en números rojos

Las compañías del Euro Stoxx 50 perdieron 6.376 millones de euros en 2002 después de realizar saneamientos extraordinarios. Los analistas se muestran escépticos acerca de una rápida recuperación de los resultados en 2003

E

l mercado europeo se ha teñido de rojo. Las 50 grandes compañías del área euro, incluidas en el índice Euro Stoxx, registraron en 2002 unas pérdidas conjuntas de 6.376 millones de euros. Este batacazo en los resultados no tiene precedentes desde que se creara el índice en diciembre de 1991. Además supone una ruptura con la tendencia de los últimos años. En 2001 las mismas empresas que hoy componen el Euro Stoxx ganaron 56.246 millones de euros. En 2000 los beneficios alcanzaron los 157.261 millones, su nivel más alto, y en 1999 las ganancias fueron de 87.116 millones.

Los números rojos se deben en su mayoría a los saneamientos extraordinarios acometidos por las empresas para poner al día el valor contable de sus activos. Deutsche Telekom, France Télécom y Vivendi Universal han asumido los errores del pasado en forma de abultadas provisiones. Estas tres compañías acumulan unas pérdidas de 68.624 millones de euros. Sin embargo, la debilidad de sus cuentas no basta para explicar el difícil momento que atraviesan los beneficios empresariales en Europa. Sin contabilizar los resultados de estas compañías, el resto de miembros del Euro Stoxx registraron en 2002 unos beneficios de 62.248 millones, lo que supone una caída del 23,7% con respecto a 2001.

Deutsche Telekom, France Télécom y Vivendi perdieron 68.248 millones. Sin contabilizar sus resultados, los beneficios de las demás compañías cayeron un 23,7%

Otras partidas de las cuentas de resultados que constatan lo delicado del momento, más allá de las provisiones, son la cifra de negocio y el resultado de explotación. Las ventas del conjunto de compañías del Euro Stoxx cayeron un 3,32% con respecto a 2001, y se situaron en 1,9 billones de euros. Por su parte, el resultado de explotación, que refleja la evolución básica del negocio de las compañías, sólo mejoró un 2,08% en 2002, a pesar de los esfuerzos por recortar costes, y alcanzó los 120.170 millones de euros. Además de las tres compañías mencionadas anteriormente, otras cinco empresas registraron pérdidas en 2002 y tan sólo 17 incrementaron sus beneficios con respecto al ejercicio anterior. Munich Re, Ahold y Enel aún no han publicado sus cuentas anuales.

Entre tanto dato negativo existen, no obstante, algunos indicios esperanzadores. Durante el cuarto trimestre del año pasado los resultados empresariales empezaron a mostrar signos de recuperación. Las pérdidas acumuladas por las compañías del Euro Stoxx durante este periodo fueron de 665 millones de euros, mientras que de octubre a diciembre de 2001 éstas alcanzaron los 18.103 millones. A pesar de ello esta reducción de las pérdidas parte de una base de comparación pobre influida por el varapalo sufrido en 2001 por algunas compañías, especialmente las aseguradoras y los bancos, tras los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

Durante las últimas semanas varias han sido las compañías que han acaparado por unos días el dudoso honor de presentar los mayores números rojos de la historia empresarial europea. Finalmente el primer puesto lo ha ocupado Deutsche Telekom, con unas pérdidas de 24.587 millones de euros. El operador alemán ha necesitado 21.400 millones para limpiar su balance de activos deteriorados y asumir cargos extraordinarios para reestructuraciones. La compañía presidida por Kai-Uwe Ricke ha presentado no obstante algunos datos optimistas: la facturación del conjunto del ejercicio creció un 11,14% y las pérdidas del cuarto trimestre fueron de tan sólo 100 millones, frente a 2.500 millones en 2001.

A poca distancia de Deutsche Telekom se situó Vivendi Universal. Los resultados de 2002 arrojaron unas pérdidas de 23.300 millones de euros, las mayores de la historia de Francia, frente a los números rojos de 13.600 millones de 2001. La compañía francesa tuvo que afrontar dotaciones extraordinarias de 18.400 millones por la pérdida de valor de sus activos (Vivendi Universal Entertainment, Canal Plus y Universal Music, entre otros).

Este particular podio lo cierra France Télécom. El operador francés registró el año pasado unas pérdidas de 20.736 millones de euros. El grueso del déficit se explica por las provisiones extraordinarias de 18.227 millones que la compañía ha realizador para poner al día su balance. De esa cifra, 7.290 millones corresponden a su filial alemana Mobilcom y 872 millones a su filial de telefonía celular, Orange. El Estado francés, máximo accionista de France Télécom, tuvo que activar a finales del año pasado un plan de rescate para la compañía, asfixiada por un endeudamiento que supera los 68.000 millones.

Detrás de estas tres compañías, aunque a considerable distancia, la cuarta empresa que más dinero perdió en 2002 dentro del Euro Stoxx fue Telefónica: 5.576 millones de euros. El reconocimiento del deterioro de los activos (las licencias de UMTS en Europa y Lycos, sobre todo) ha sido el desencadenante de estos números rojos.

Además de las telecomunicaciones, otro de los sectores que ha notado con fuerza la caída de los resultados ha sido el bancario. 2002 fue el peor año para este sector en el último lustro. 13 de los 25 grandes bancos europeos ganaron menos que en 2001. Cuatro, incluso, perdieron dinero. Los motivos hay que buscarlos en la crisis económica, que ha ralentizado el consumo de productos financieros, y en las quiebras empresariales, que han provocado un alza en las dotaciones para insolvencias. Además la caída de los mercados ha reducido las comisiones y ha mermado el valor de las carteras.

En el lado opuesto, entre las compañías que más ganaron en 2002 se encuentran tres petroleras: Royal Dutch (5.992 millones), Total (5.941 millones) y Eni (4.582 millones), favorecidas por el repunte del precio del crudo. No obstante, sus beneficios cayeron un 18%, un 22% y un 40% respectivamente con relación a 2001. También destaca el buen comportamiento de DaimlerChrysler, que tras sanear la división estadounidense (registró unas pérdidas de 662 millones de euros en 2001) ganó 4.718 millones en 2002.

Previsiones demasiado optimistas

Después del borrón y cuenta nueva puesto en práctica por las compañías en 2002 en forma de provisiones, los inversores se hacen dos preguntas. En primer lugar, tras tres años bajistas, ¿es atractiva la valoración del mercado europeo? Y, en segundo lugar, ¿ha sido la limpieza de las compañías tan exhaustiva como para esperar una rápida recuperación de los resultados en 2003? Los analistas ven demasiadas incertidumbres como para dar una respuesta afirmativa categórica a ninguna de estas cuestiones.

'Aparte del conflicto en Irak los problemas que han arrastrado a los índices a no se han eliminado', señalan los expertos de Caja Madrid Bolsa. 'Sigue existiendo sobrecapacidad en las empresas, la inversión no se recupera con solidez y los beneficios mejoran básicamente por los planes de ajuste. Es posible que se siga pecando de optimismo con respecto a las proyecciones futuras de los resultados y todo ello no hace sino mantener el temor a que persista una cierta sobrevaloración bursátil', argumentan. En Caja Madrid Bolsa también advierten que el consumo flojea, el endeudamiento de las familias y de las empresas es muy elevado. 'Todo ello sin contar la incidencia que la brecha entre los compromisos por planes de pensiones de las compañías a favor de los empleados y el valor de las inversiones en que se encuentran materializados se ha ampliado gravemente en numerosos casos. Ello puede suponer una losa para los beneficios si la tendencia bajista de los mercados no revierte pronto', concluyen.

El consenso de los analistas de acuerdo a las cifras que recopila la agencia IBES prevé que los beneficios antes de amortizaciones del fondo de comercio de las compañías europeas crecerán cerca de un 25% en 2003. Este crecimiento se antoja excesivo para los analistas de Sabadell Banca Privada, que auguran un goteo de revisiones a la baja. 'En general, las valoraciones en Bolsa de las compañías europeas empiezan a ser atractivas, aunque no podemos afirmar que resulten especialmente baratas desde una perspectiva histórica', explican estos expertos, que añaden que una recuperación sostenida de los mercados depende de la evolución del momentum de beneficios. 'Y éste debe ajustarse todavía para reconocer plenamente un entorno difícil en el que se continuará desarrollando la actividad empresarial durante este año. Cuanto más rápido sea este reconocimiento, mayores las opciones de iniciar la esperada recuperación bursátil'.

La caída de las acciones ha provocado que la rentabilidad por dividendo de muchas compañías europeas sea excepcionalmente alta en comparación con la rentabilidad de la deuda pública a largo plazo. Los expertos de JP Morgan advierten, sin embargo, de los riesgos de basar en este factor la estrategia de inversión. 'La idea de que el mercado europeo está más barato que el estadounidense por su mayor rentabilidad por dividendo se ha hecho popular en el mercado. No obstante, los inversores deberían fijarse sobre todo en el potencial que tienen las compañías para generar beneficios en el futuro. En este sentido creemos que las previsiones del consenso de mercado con respecto a Europa son demasiado optimistas y que será en el Viejo Continente donde asistamos a las mayores revisiones de resultados'.

La prioridad es purgar los excesos del pasado

Los excesos del pasado en forma de adquisiciones millonarias lastran los resultados de las compañías europeas por una doble vía. Por un lado, fuerza a sanear los balances con las puesta al día del valor de sus activos. Y por otro, obliga a destinar gran parte de su flujo de caja a pagar los intereses que generan los préstamos que tuvieron que solicitar para afrontar tan cuantiosas compras.Aunque la presión de los analistas y de las agencias de calificación de crédito ha calado entre los gestores de las compañías, lo cierto es que el endeudamiento sigue comiéndose buena parte de los ingresos en algunas empresas.El sector más endeudado sigue siendo el de las telecomunicaciones, que carga con los enormes desembolsos efectuados por las licencias de UMTS. France Télécom, con una deuda de 68.000 millones de euros, es la empresa más apalancada. Le sigue Deutsche Telekom, con unos compromisos de 61.100 millones.Entre las compañías que más han reducido su endeudamiento en 2002 hay que destacar a Vivendi, que con la venta de activos ha conseguido rebajar su apalancamiento a 12.300 millones de euros desde 37.100 millones. A pesar de ello, la compañía francesa sigue siendo, junto con Alcatel, la única del índice cuya emisión de deuda está calificada como bono basura.'Las emisiones en grado de no inversión mantendrán su rating al menos durante este año a pesar de la mejora de sus fundamentales', aseguraba un analista a la agencia Reuters esta semana.

Ahold reaviva viejos fantasmas

El reconocimiento por parte de la cadena holandesa de supermercados Ahold de que su filial estadounidense había anotado ganancias inexistentes por al menos 500 millones de dólares durante 2001 y 2002 ha reavivado viejos fantasmas acerca de la credibilidad de las cuentas empresariales.Los escándalos de contabilidad creativa fueron el mayor lastre de los mercados estadounidenses en 2002. Las manipulaciones de compañías como Enron o Worldcom para maquillar sus cuentas hundieron sus acciones y llenaron de dudas al mercado acerca de la fiabilidad de las cuentas de las demás empresas. Aunque los escándalos en EE UU también perjudicaron a las Bolsas europeas, Ahold ha representado el primer escándalo contable a gran escala dentro del área euro.Al margen de los temores que dificultan el repunte de los mercados (desaceleración económica, guerra, etc.), los analistas creen que el caso Ahold está haciendo bastante mella en la confianza de los inversores.'El reconocimiento por parte de Ahold de que había inflado sus resultados ha hecho renacer el temor a nuevos escándalos contables, cuando éste parecía ya un caso cerrado', explican desde Urquijo.Estos expertos señalan que las repercusiones de este caso no sólo se han dejado notar en el sector de consumo no cíclico, sino que han afectado también a otros sectores como son banca y seguros (con exposición a Ahold) y telecomunicaciones y tecnología (sectores más sensibles a la posibilidad de nuevos escándalos).

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