Las tropas aliadas cruzan la frontera por el sur y avanzan sin encontrar oposición
Las tropas aliadas han aprovechado la segunda noche de guerra para penetrar en Irak por la frontera del sur del país al tiempo que los bombarderos seguían cebándose con la capital y algunos enclaves estratégicos del norte. Mientras las unidades terrestres pelean en una operación que busca la toma de la ciudad portuaria de Basora, los blindados del Séptimo de Caballería avanzan sin oposición por el desierto.
El cerco de Basora se estrecha y la segunda ciudad más grande de Irak -amén de su principal enclave petrolífero- puede haber perdido su única salida hacia el Golfo Pérsico, la ciudad de Um Qsar, aunque la información es confusa. Esta mañana, tras varios desmentidos de uno y otro lado, fuentes militares británicas han reconocido que el enclave aún está en poder de los iraquíes, aunque se han producido rendiciones entre las tropas de Sadam Husein.
A su paso hacia el norte y el este, los aliados han encontrado pozos petrolíferos ardiendo ¢por causas desconocidas¢, según fuentes militares de EE UU y del Reino Unido. Según la agencia oficial kuwaití Kuna, las tropas iraquíes han prendido fuego a las instalaciones. Por otra parte, las tropas británicas afirman que han tomado la importante zona petrolífera de Faw y, según la BBC, que cita fuentes de los servicios de inteligencia, los estadounidenses han conquistado la de Kirkuk.
Segunda noche de bombardeos
Al mismo tiempo, los blindados aliados se están adentrando en Irak "prácticamente sin oposición" por varios frentes terrestres. El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, ha explicado que el VII Regimiento de Caballería, una unidad acorazada, ha penetrado en Irak por el sur como 'punta de lanza' de la 3ª División de Infantería Mecanizada. Otros regimientos de la división han cruzado o están a punto de cruzar la frontera.
Paralelamente a la ofensiva terrestre, anoche se inició la segunda oleada de bombardeos sobre Bagdad. Loa proyectiles fueron dirigidas contra instalaciones de la Guardia Republicana -la fuerza de elite del régimen- y edificios relacionados con algunos dirigentes iraquíes. Asimismo, EE UU ha insistido en sus ataques a Mosul, una ciudad situada a 400 kilómetros al norte de Bagdad y que está considerada como el último bastión del régimen de Sadam Husein antes de llegar al Kurdistán iraquí.
Fuentes del Pentágono han señalado que todavía no se ha puesto en marcha la campaña aérea a gran escala con la que Washington pretende "sobrecoger" a las fuerzas iraquíes para convencerlas de que no opongan resistencia. De hecho, el secretario Rumsfeld se ha referido a esta ofensiva masiva al pedir a los iraquíes que den un golpe de Estado que evite "la furia total de una guerra".