_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La OPEP cierra los ojos

La última reunión de los países exportadores de petróleo ha dejado una sensación de preocupante irresponsabilidad en el aire. Mientras distintos organismos internacionales elaboran planes de contingencia para evitar una crisis sistémica en caso de una más que probable guerra contra Irak, la OPEP ha eludido adoptar algún tipo de medida preventiva para garantizar la oferta petrolera si el conflicto provoca una interrupción brusca del suministro. Los mensajes tranquilizadores de la organización no ofrecen ninguna garantía concreta, pues ignoran los problemas que ya atraviesa el mercado petrolero y los altos riesgos que se derivan de una imprevisión energética para la economía mundial. Y eso alcanza tanto a los países productores como a los países consumidores de petróleo.

Los planes de contingencia son ahora más necesarios que nunca y así lo reconocen algunos miembros de la propia OPEP. Los efectos de la huelga petrolera en Venezuela aún se dejan sentir con fuerza en el mercado. El despido de aproximadamente la mitad de la plantilla de la petrolera estatal, Pdvsa, y los daños sufridos por las instalaciones de extracción y refino durante la huelga hacen imposible el restablecimiento, a corto plazo, de los niveles de producción previos al paro. La situación del mercado estadounidense, con los inventarios de las refinerías por debajo del nivel mínimo recomendable y la fuerte demanda energética derivada de un frío invierno, ejercen una gran presión sobre el mercado. Ello ha disparado el diferencial entre el barril de brent, el de referencia en Europa, y el West Texas Intermediate, indicador para EE UU, de los 1,5 dólares habituales a una banda entre 4 y 5 dólares en la actualidad.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE), que representa a los países consumidores, alertaba ayer de que la OPEP carece de capacidad suficiente para suplir una interrupción de las exportaciones iraquíes, pese a las declaraciones en sentido contrario de los miembros del cartel. Pero lo cierto es que el presidente de la organización, el nigeriano Rilwanu Lukman, admitía ayer que el cartel no podría hacer frente a una interrupción simultánea de suministro de petróleo de Irak y del vecino Kuwait. Un escenario que no es descartable del todo, dado el precedente de la guerra del Golfo. Lukman reconocía, así, que la situación del mercado petrolífero es crítica. La crisis política que desencadenó la huelga en Venezuela está lejos de haber quedado cerrada. La OPEP ha alertado del potencial de conflicto en uno de sus miembros, Nigeria, que ya sufrió una huelga petrolera, aunque con escasa repercusión en el mercado.

Un shock en el sector petrolero tiene graves consecuencias para la economía mundial. La amenaza que sólo la perspectiva de una guerra representa para el crecimiento global evidencia la debilidad de la actual recuperación. Y en caso de una interrupción del suministro petrolero, la recesión sería inevitable y sus consecuencias, incalculables. Un coste demasiado alto que exige responsabilidad y previsión. Y no sólo palabras.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_