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José María Garrido

La CNMV no ve posible un regulador único en la UE

José María Garrido es el hombre de la CNMV en Bruselas. Secretario del consejo y director general de servicios jurídicos de la CNMV, ha participado en el grupo de expertos Winter que elaboró una propuesta para la directiva de opas y otra sobre derecho societario y buen gobierno empresarial. Madrileño, nacido en 1965, es catedrático de Derecho Mercantil en la Universidad de Castilla-La Mancha y autor de seis libros sobre la materia.

Pregunta. El Plan de Acción de Servicios Financieros quiere crear un mercado financiero único en la UE en 2005. ¿Estará lista toda la normativa para entonces?

Respuesta. El plan de acción comprende 42 normas distintas, de las que tenemos ya 30. El problema se plantea porque, en lo relativo al mercado de valores, el plazo no era hasta 2005, sino hasta 2003. Desde este punto de vista, tenemos que terminar muy pronto, y entre las medidas contempladas en el plan hay alguna importante que no está aprobada y que debería estarlo muy pronto. Por ejemplo, la directiva de opas, que es la que más retraso lleva. Hay otros aspectos del mercado de valores en los que ni siquiera hay una propuesta formal de directiva. Pensar en que van a salir en 2003 es complicadísimo. Pero, como umbral general, en 2005 sí sería posible.

P. ¿Se cumplirán los plazos a cambio de rebajar las ambiciones?

R. Yo tengo la percepción contraria. El diseño original se va ampliando a otras áreas, y vamos a ver más iniciativas, por ejemplo, en el terreno del derecho de sociedades, un campo que en principio no se esperaba que estuviese cubierto por este plan.

P. La Comisión Europea presentó un borrador de directiva de opas en octubre, después de que el texto anterior no lograse ser aprobado tras 12 años de negociación. ¿Saldrá adelante el nuevo borrador?

R. Todavía falta negociación. Esa directiva es, seguramente, la más complicada de todo el plan de acción. Requiere un proceso de negociación muy meditado, pero tengo esperanzas de que pueda salir. Desde el punto de vista de la UE es muy importante contar con esta directiva.

P. ¿Hay una lucha entre el capitalismo anglosajón, defendido por el Reino Unido, y el renano, abanderado por Alemania?

R. Hay una pelea entre múltiples modelos. Quizá sea un poco simplista limitarlo a una pelea entre el anglosajón y el renano, porque hay modelos muy distintos, por ejemplo, en los países nórdicos. En la directiva de opas cada país ha intentado preservar sus peculiaridades, pero éstas constituyen barreras para un mercado de control societario europeo.

P. ¿Cómo tendría que orquestarse la regulación en Europa, con un regulador único o coordinando los reguladores locales?

R. El regulador único tiene que tener reglas únicas. No puede haber un regulador único con 15 derechos distintos. Si llega el momento en que tenemos unas reglas únicas, se plantearía la cuestión del regulador único. Si no es así, hoy por hoy lo veo bastante complicado.

P. Por ejemplo, Jazztel es una sociedad británica que cotiza en España. Supongamos que quiere emitir acciones en Italia. ¿Quién lo regularía?

R. Lo fundamental es la coordinación entre reguladores. Los foros que existen, como el Comité Europeo de Reguladores, están avanzando mucho. Al igual que tenemos 15 derechos distintos, tenemos un solo mercado. Eso significa que puede haber 15 reguladores, pero tienen que estar perfectamente coordinados porque, de lo contrario, los problemas son para todos. No estamos aislados, y el regulador no puede estar al día de todo lo que sucede en Europa. Tiene que cooperar con los demás.

P. La regulación siempre irá por detrás de la realidad.

R. Como profesor de Derecho, creo que la realidad siempre tiene que ir por delante del derecho. Es peligrosísimo que el derecho vaya por delante. Tiene que encauzar las cosas en cierta medida, cuando la realidad se desarrolla de una manera que puede resultar problemática. Debe intervenir, pero en lo que son las prácticas financieras siempre irán por delante los desarrollos de productos o mercados, así como la actividad de las sociedades.

Pendientes de la compensación y la transparencia

Encarriladas ya la mayor parte de las normas que forman parte del plan de acción de servicios financieros, hay dos lagunas importantes: la definición del modelo de compensación y liquidación europeo y la directiva de transparencia. La UE tiene previsto presentar este mes un borrador de directiva sobre transparencia, el texto que unificará la información financiera a la que tienen derecho los inversores. No planteará problemas desde el punto de vista español, aunque la Comisión aún no se ha definido en ciertos aspectos. Más espinoso es el asunto de la compensación y liquidación de valores. 'Es obvio que hay un conflicto entre dos modelos distintos', afirma José María Garrido. Los dos modelos son, por un lado, la centralización de las operaciones en una cámara central que sea, también, banco. Esta visión es defendida por la plataforma Euroclear. Otros actores defienden un modelo en el que las cámaras de compensación y liquidación estén separadas de los depositarios y actúen sin ánimo de lucro. 'Hay varias maneras de ver este problema', señala Garrido, 'se puede analizar por la vía clásica, tomando los mercados como un instrumento para las empresas. Pero también se puede aplicar el derecho de competencia, viendo los mercados financieros como empresas que compiten entre ellas'. En función de qué planteamiento se parta pueden cambiar los resultados. Incluso, señala, se puede aplicar el análisis de competencia a los propios reguladores. 'Pero tengo muchísimas dudas en este aspecto'.

'La información al mercado es la mejor manera de enfocar el buen gobierno'

José María Garrido participó en el grupo Winter, un comité de expertos al que la Comisión Europea encargó un informe sobre la directiva de opas y otro sobre derecho societario. De los dos informes Winter lo que más ha transcendido son las recomendaciones sobre buen gobierno empresarial, unas recomendaciones que, según Garrido, están recogidas en el Informe Aldama.Enron cumplía los códigos de buen gobierno de EE UU. Por eso José María Garrido considera que los códigos tienen que ser más incisivos. 'Pero no en el sentido de imponer normas, sino de aumentar la transparencia y hacer responsables a las sociedades de la información sobre buen gobierno. Que una vez que decidan hacer las cosas de un modo que lo comuniquen de forma veraz y exacta, y que asuman la responsabilidad.' Considera que la tarea de los reguladores es afinar las normas para que cubran situaciones en las que pueden surgir problemas, pero que ni el mejor sistema del mundo puede evitar que un individuo haga las cosas mal. 'La transparencia tiene la gran ventaja de que no exige a las empresas hacer las cosas de una manera, sino transmitirlas al mercado. Pero en algunos casos hay que intervenir con más agresividad, porque hay situaciones en las que los deberes de transparencia no son suficientes'. Por otro lado, cree que la ley Sarbanes-Oxley, mediante la que EE UU ha intentado mitigar la retahíla de escándalos financieros de 2002, no es comparable a los esfuerzos europeos por regular el mercado de valores: 'El enfoque de la Sarbanes-Oxley es mucho más penal, y la Unión no tiene este tipo de compentencias. En todo caso, muchas de las actividades sancionadas en esta ley ya son delito en los países de la Unión Europea'.

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