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El escenario bélico y sus efectos

Los expertos dudan que tras la guerra se reactive la economía con rapidez

La reactivación de la economía tras la guerra no es algo sobre lo que los analistas están dispuestos a apostar en EE UU. El consenso sobre los efectos económicos de un conflicto con Irak que ya se perfila inevitable está pendiente de muchas variables, entre ellas, su duración, y lo que más incertidumbres deja a día de hoy, la etapa posbélica.

Los analistas consultados por este periódico creen que la economía aún no está lo suficientemente fuerte como para que se dé una automática activación económica y se salga de la lenta y titubeante recuperación que lidera EE UU, una vez levantadas las incertidumbres bélicas ni incluso en el supuesto más afortunado que es el de una confrontación corta por la que todos se inclinan.

Uno de los que se sitúa en estas posiciones con más determinación es el jefe de análisis de Morgan Stanley, Stephen Roach, que sugiere que al igual que en 1990 el impacto en cualquier parte del mundo depende de 'cuán fuerte o débil es la economía que se embarca en la guerra'. 'En la mitad de 1990', explica Roach, el ritmo de crecimiento del PIB en EE UU se redujo al 1,6% interanual y se dijo que estábamos en un aterrizaje suave. Entonces Sadam invadió Kuwait, el crudo se disparó a 32 dólares por barril en tres semanas y nos metimos en recesión. La economía estaba débil y no hubo colchón'. Para Roach la situación actual es 'la misma historia'. En los tres últimos trimestres en EE UU se ha crecido a un ritmo del 2%, y en el último al 0,7%; las condiciones previas no son buenas. La resistencia es limitada, somos vulnerables'.

En una línea similar se sitúa Gerald Cohen, analista jefe de Merrill Lynch en Nueva York, que asegura que tras una corta guerra habrá 'una euforia que será positiva para la economía', pero dice no estar seguro de cuánto durará'. 'Creo que no nos llevará a alcanzar un crecimiento del 3%'.

Cohen y Roach creen que hay factores negativos que pesan en la primera economía del mundo. Según el analista de Morgan Stanley, América no ha digerido aún los efectos de la crisis generada con la explosión de la burbuja y existen otros problemas en las empresas, algo en lo que coincide Cohen al señalar que las compañías tienen aún mucho que recuperar. Roach cree que puede haber, 'tras una guerra limpia', una corta recesión, seguida por una recuperación. 'Si lleva mucho tiempo o se complica en un escenario post-Sadam la situación del petróleo, la recesión será larga y profunda'.

'Si la historia es nuestra guía, un resultado favorable en Irak animará a recobrar la confianza en el inversor, pero la recuperación económica se retrasará tanto como para minar la confianza', indica Ethan Harris, de Lehman. Ni siquiera el gasto en defensa influirá, como en la II Segunda Guerra Mundial, en un empuje a la economía. En aquellos años esa inversión tenía un efecto multiplicador y los analistas dicen que ya no existe.

Uno de los que se adhieren a las tesis más optimistas es John Silvia, jefe de análisis de Wachovia. Silvia considera que hay una excesiva cautela en el mercado por la ansiedad que ha despertado la posible guerra y es eso lo que está debilitando a la economía: el efecto preguerra y sus incertidumbres. Silvia cree que la rebaja del precio del petróleo permitirá que aumente el gasto y la inversión y vuelva la contratación. Para Silvia, los efectos serán incluso mayores en Japón, Europa y China, donde las economías son más dependientes del petróleo que la de EE UU, donde tiene más peso el sector servicios. 'Soy optimista, pero mantengo la cautela'.

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