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Lealtad, 1

Otra vez los factores geopolíticos

Desde que Alan Greenspan pusiera de moda hace unos meses el término geopolítico para definir las tensiones entre Estados Unidos e Irak y la incertidumbre que ello transmite a los mercados y a la economía, son muchos los analistas y observadores que lo utilizan para advertir de cualquier situación extraña. Por ejemplo, del alza, cada vez más pronunciada del precio del barril del petróleo.

Hay analistas de prestigio que han aprovechado los festivos navideños para recalcar el error que han cometido algunos de los voceros más importantes de las finanzas al insistir en que la deflación es el enemigo declarado de la economía de Estados Unidos. Estos analistas niegan la mayor no sólo por el alza descontrolada del petróleo sino por lo que consideran falta de competitividad en los precios de los activos.

Desechada la hipótesis de la entrada en deflación y asumida la expectativa que algunos pregonan respecto a la caída en picado del petróleo cuando la guerra entre Estados Unidos e Irak sea una realidad, los expertos recomiendan seguir los precios de la Bolsa desde una posición de máxima cautela, de especial prudencia.

Expertos y analistas coinciden en la idea de que 2003 volverá a estar marcado por las valoraciones que dictan los resultados de las empresas. Es decir, por los mismos criterios que rigen desde que en marzo de 2000 comenzara a perder gas la enorme burbuja de los valores tecnológicos.

Hay coincidencia, asimismo, en que las Bolsas de Estados Unidos siguen a niveles muy sobrevalorados y que ello constituye una amenaza muy seria para el resto de los mercados del mundo. Aunque las Bolsas europeas arrojan multiplicadores más bajos, el contagio demostrado de Wall Street, y más si pintan bastos, les resta mucha capacidad de maniobra.

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