Críticas a la decisión de Coca-Cola de acabar con los avances sobre resultados
Coca-Cola declaró la semana pasada que dejará de realizar previsiones de resultados trimestrales y anuales. La empresa asegura que la práctica obstaculiza su objetivo de crecer a largo plazo. Hay quienes consideran que la compañía, en realidad, no quiere enfrentarse a posibles castigos bursátiles por sus malas previsiones como ya le ha ocurrido en el pasado. Coca-Cola, con todo, reafirmó sus pronósticos para este año y para 2003 en un comunicado. La decisión de la empresa es una de las pocas excepciones en el mercado. Gillette también se ha decantado por no publicar previsiones. El inversor multimillonario Warren Buffet, enemigo de estas prácticas, es consejero y accionista de ambas compañías.
Algunos analistas temen que esta medida derive en ganancias menos predecibles, especialmente si se extiende a otros sectores o compañías con negocios menos estables. 'Es importante saber por dónde va el negocio. Dejar de tener esta información restará transparencia y valor añadido al analista. La Bolsa es un mercado de expectativas', señala Joan Bonet, de Credit Suisse.
Las previsiones sobre resultados, sin embargo, también tienen aspectos negativos. Muchos participantes del mercado recuerdan que los escándalos contables que han azotado las Bolsas desde que se destapó el caso Enron a finales de 2001 son resultado, en cierto modo, de la presión que ejerce el mercado sobre las compañías para que éstas mantengan sus previsiones de beneficios. En ocasiones son las propias empresas las que se ahogan con estimaciones demasiado optimistas.
Así, las advertencias sobre resultados han acentuado la volatilidad de las Bolsas en los últimos años y continúan marcando la tendencia actual. Las constantes rectificaciones por parte de empresas de relevancia, como Hewlett-Packard, Intel o Ericsson, restan credibilidad a las predicciones, pero éstas se han convertido en una norma de obligado cumplimiento, especialmente en Wall Street.
Premio a las buenas
También es cierto, según señala Bonet, que las empresas que son fieles a sus predicciones terminan cotizando con primas, mientras que las que defraudan trimestre tras trimestre, como Ericsson o Hewlett-Packard, se ven más penalizadas. 'Nokia, por ejemplo, se ha convertido en la referencia del sector por su estabilidad a la hora de cumplir predicciones', añade.
Diciembre, sin ir más lejos, ha estado marcado por una oleada de alertas sobre beneficios, entre las que se encontraron empresas emblemáticas como Hewlett-Packard, AOL, Walt Disney, Nokia, Siemens y McDonald's, entre otras.
Wall Street se ha resentido y pierde cerca del 5% en el mes. Las revisiones a la baja por parte de las firmas de análisis también han abundado y todo ello ha vuelto a situar los resultados empresariales en primera línea.
La decisión de la Reserva Federal de mantener los tipos de interés al 1,25% a comienzos de mes también ayudó a catapultar los resultados empresariales a primer plano al eliminar incertidumbres.
Las alertas sobre resultados han provocado, además, que los analistas bajen las estimaciones de beneficios para el cuarto trimestre del año. Los expertos estiman que las empresas del S&P 500 ganarán un 14,7%, frente al 17% al que apuntaban hace unas semanas, según datos de Thomson Financial.