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Europa

La UE advierte a Polonia que se ha agotado el margen de negociación

Los Quince desean rematar en Copenhague (12 y 13 de diciembre) las negociaciones para la mayor ampliación de la historia de la Unión y concentrarse en la delicada cuestión de fijar una fecha para que Turquía inicie un proceso de adhesión como el que ahora concluyen los 10 candidatos de Europa Central y del Este. Mientras continúan las discusiones internas sobre los plazos y condiciones que deben ofrecerse a Ankara, la negociación con los actuales candidatos se atascó ayer en el capítulo financiero.

'En todas las negociaciones hay siempre una crisis antes de llegar al final', afirmó Per Stig Moller, ministro danés de Asuntos Exteriores, tras constatar al final de la última ronda de contactos bilaterales que sólo dos de los candidatos (Chipre y Eslovaquia) aceptan sin condiciones la oferta financiera presentada por la UE. El resto oscila entre el rechazo absoluto de Polonia y Malta y la aceptación con condiciones de Eslovenia y Hungría, pasando por las dudas que mantienen Chequia y los tres países bálticos: Estonia, Letonia y Lituania.

Dinamarca, que ha convertido la ampliación en el objetivo prioritario de su presidencia semestral de la UE, considera que esta dificultad 'no es en absoluto insuperable, porque ningún candidato ha planteado sus condiciones en término de ultimátum', según indicó Stig Moller. Pero el ministro también advierte que la presidencia danesa ya no dispone de margen de maniobra, porque algunos de los actuales miembros (Alemania y Holanda) consideran que la actual oferta ya es demasiado generosa.

'Hay posibilidades de un acuerdo en Copenhague', aseguró el ministro polaco de Exteriores, Wodczimierz Cimoszewicz, pero a condición de que 'las dos partes muestren buena voluntad y flexibilidad'. El titular polaco recordó que, de no ser así, 'no estamos ante una negociación, sino ante un dictamen'. Varsovia juzga insuficiente los pagos directos a los agricultores de los países candidatos, que ascenderían hasta 2007 al 40% de los que perciben los agricultores de los actuales miembros. El Gobierno polaco, cuya coalición depende del apoyo del un poderoso partido agrícola, reclama más fondos para desarrollo rural y la posibilidad de incrementar las ayudas con su propio presupuesto nacional. La supervivencia de dicho Gobierno de coalición depende en buena medida de las condiciones que arranquen en el regateo agrícola con la UE.

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