Futuros sobre renta fija
Con estos instrumentos se logra la misma exposición que con la de un bono y, además, permiten efectuar operaciones tanto de cobertura como de inversión para proteger las carteras de renta fija ante movimientos de los tipos de interés
Hasta la fecha todas las estrategias con derivados que hemos efectuado han sido con derivados sobre renta variable, bien acciones bien índices. Sin embargo, muchos lectores ya sabrán de la existencia de los derivados sobre renta fija, en especial, derivados sobre bonos. MEFF Renta Fija está localizada en Barcelona y en su origen había tanto contratos sobre tipos de interés a corto plazo como contratos sobre bonos a largo plazo. En la actualidad, existe el futuro sobre el bono con vencimiento a 10 años y, gracias a la creación del Euro Globex entre varias Bolsas de derivados (Matif, Monep, MEFF), tenemos acceso a los contratos de otras Bolsas, como futuros y opciones sobre el euribor, futuros sobre bonos alemanes, etc.
Utilicemos en la estrategia de hoy el futuro sobre el bono del Tesoro español a 10 años. La exposición que se logra con estos futuros es la misma que con la de un bono del mismo vencimiento. La ventaja que tiene es que sólo hay que depositar las garantías. De igual manera que en los futuros sobre renta variable, MEFF procede diariamente a liquidar las pérdidas y las ganancias. El mayor problema para el inversor pequeño es el tamaño del contrato, porque en estos futuros el nominal es de 100.000 euros. Existen también otras diferencias respecto de los derivados sobre renta variable: el vencimiento es el tercer miércoles de cada mes (no el tercer viernes) y además la liquidación va por entrega obligatoria, es decir, hay que intercambiar el subyacente.
El activo subyacente de un futuro sobre el bono es un tanto especial, ya que de hecho no existe, sino que se trata de un bono llamado nocional con vencimiento a 10 años. De esta manera el día del vencimiento, la parte que ha vendido el futuro, podrá entregar cualquier bono del Gobierno que venza en ese plazo y que cumpla una serie de requisitos: bonos del Tesoro español con un vencimiento original de 10 años, además de un volumen y tamaño cotizado mínimos. Existe una lista de bonos entregables que cumplen estas características con cupones y precios diferentes. El día del vencimiento el vendedor procederá a la entrega del bono que más le convenga. Para igualar los procedimientos de entrega en el vencimiento del contrato de futuros, el precio de liquidación del futuro se multiplica por un factor de corrección que es diferente para cada bono entregable. Lógicamente, la parte que ha vendido el futuro entregará el bono que le resulte más barato y elegirá aquel cuya diferencia entre el precio de liquidación del futuro corregido por el factor de ajuste y el precio del bono entregable sea mayor.
Mantener el valor de la cartera
El procedimiento de la entrega del bono subyacente puede resultar confuso y no se debe perder de vista que la inversión que estamos realizando es la misma que si comprásemos un bono a 10 años (si mantenemos futuros comprados). Una característica muy atractiva de los futuros sobre bonos es la posibilidad de estar vendido o vender un futuro sobre el bono a 10 años. En este caso, la relación rentabilidad-precio funciona a la inversa, ganamos dinero si los tipos de interés suben o, lo que es lo mismo, si el precio de los bonos cae. Mantener posición vendida en estos futuros puede ayudar a preservar el valor de su cartera de renta fija, tras el excelente comportamiento que han tenido los valores de renta fija este año. El tipo de interés a 10 años se encuentra en niveles históricos muy bajos y el mayor riesgo en estos momentos es al alza, perjudicando negativamente al precio de los bonos.
En conclusión, con los futuros sobre renta fija tenemos la misma exposición que con la de un bono (del mismo vencimiento), pero además hay que sumar las características de un contrato de futuros: rapidez, existencia de un mercado organizado, apalancamiento y la posibilidad de efectuar operaciones tanto de cobertura como de inversión para proteger las carteras de renta fija de movimientos desfavorables en los tipos de interés.