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Conflicto Irak

Bush logra el respaldo de la Cámara baja para lanzar un ataque contra Irak

El pacto alcanzado por los líderes políticos autoriza a Bush a emplear la fuerza 'que determine necesaria y apropiada' en aras de la defensa de la seguridad nacional. Sin embargo, Bush no ha conseguido que la Cámara baja respalde un ataque unilateral justificado exclusivamente por la política represiva de Bagdad o sus posibles amenazas a los países vecinos. Además, el pacto también obligará al presidente a informar cada dos meses al Congreso (las dos Cámaras) de las operaciones militares y de los planes sobre Irak, haya o no guerra.

Pero el pacto no servirá de nada sin el respaldo del Senado. En esa Cámara, los demócratas estudian presentar una resolución más restrictiva sobre el uso de la fuerza. A pesar de los esfuerzos conciliadores de Bush, los demócratas siguen acusando al presidente de 'utilizar electoralmente' el conflicto con Irak. La mirada está puesta en el 5 de noviembre, cuando se celebrarán las elecciones para la renovación parcial del Congreso. Los comicios podrían cambiar la mayoría de las Cámaras, con la baja controlada por los republicanos y el Senado por los demócratas.

En cualquier caso, Washington está decidido a derrocar al líder iraquí, Sadam Husein. Bush reiteró ayer que Irak 'no tiene otra opción' que cumplir las resoluciones de la ONU, para lo que tiene un 'tiempo limitado'. Precisamente, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas estudia el borrador de resolución que EE UU quiere imponer como condición para permitir el regreso de los inspectores de armas a Irak.

El documento exige que Bagdad entregue en un máximo de 30 días información 'completa, exacta y actualizada' de sus arsenales. Bagdad debería además otorgar 'acceso ilimitado' a los inspectores de armas, incluso a los palacios personales de Husein. EE UU quiere que los inspectores puedan entrevistar a cualquier científico u oficial y proporcionar transporte a los entrevistados y a sus familias para tener las conversaciones fuera del país.

La respuesta no ha tardado. El viceprimer ministro iraquí, Tareq Aziz, calificó de 'intolerable' la propuesta. Aziz concluyó ayer una visita a Turquía para intentar convencer a Ankara de que no apoye a EE UU. De todos modos, Aziz garantizó que, si estalla la guerra, Irak 'no atacará' a los países vecinos.

Beneficio económico

EE UU valora además los beneficios económicos. Grant Aldonas, representante del Departamento de Comercio, declaró ayer que la guerra 'sería positiva porque supondría el fin de una de las fuentes de terror que atenazan a la economía mundial'. Aldonas recordó que la caída de Husein abriría 'la espita del petróleo iraquí'. Frente a esas promesas, el ex vicepresidente Al Gore reclamó a Bush que ponga tanto empeño en la recuperación económica como el que pone en la ofensiva contra Irak.

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