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Crisis

Las competidoras de Mobilcom estudian denunciar en Bruselas la ayuda alemana

Si se ayuda a una empresa, hay que ayudar al resto del sector. En caso contrario son subvenciones selectivas', afirmó ayer un portavoz de la empresa KPN en declaraciones al diario Financial Times Deutschland. La compañía holandesa, que a través de E-Plus posee una de las seis licencias de UMTS para operar en el mercado alemán, presentará una denuncia ante Bruselas si el Gobierno alemán sólo decide ayudar a Mobilcom.

Un portavoz de O2 (antes, Viag Interkom) también afirmó en un comunicado que la compañía estudiará emprender acciones legales 'si el dinero finalmente llega a Mobilcom'.

El Gobierno del canciller Gerhard Schröder, en plena campaña electoral, decidió el domingo inyectar una ayuda de 400 millones de euros en la empresa de telecomunicaciones alemana para salvarla de la suspensión de pagos, después de que su principal socio, France Télécom (con el 28,5%) decidiera no seguir financiando la compañía. La empresa francesa sólo se hará cargo de las deudas de 6.000 millones de euros que arrastra Mobilcom, debido sobre todo a la compra de una licencia de UMTS en Alemania, por la que tuvo que pagar 8.400 millones de euros hace dos años.

La ayuda del Gobierno, sin embargo, ha provocado la intervención de la Comisión Europea. El comisario para la Competencia, Mario Monti, dijo ayer que, al igual que en el caso de las ayudas que el Gobierno de Schröder brindó a la constructora alemana Holzmann en 1999, la Comisión 'estudiará con lupa las subvenciones a Mobilcom'.

El Gobierno alemán prevé financiar los 400 millones de euros para Mobilcom a través de la Institución Federal de Crédito alemana (que aportará 320 millones) y los bancos regionales (que pondrán los 80 millones restantes).

El ministro de Economía alemán, Werner Müller, afirmó ayer que la intervención de las autoridades europeas de Competencia no es necesaria. 'Se trata de una solución bancaria, no de una intervención estatal', afirmó Müller en Berlín. 'Pero la Comisión no entiende de negocios bancarios'.

Por su parte, el canciller, Gerhard Schröder, se entrevistó ayer con el Gobierno francés para tratar las obligaciones contractuales que, según Berlín, tiene contraídas France Télécom con la compañía alemana. En concreto, Schröder mencionó el compromiso de 10.000 millones para construir una red UMTS que la francesa contrajo al adquirir la licencia de tercera generación de telefonía móvil.

En el caso de que no se complete la red, el Gobierno alemán estudiará emprender acciones legales. También la Oficina para la Regulación de las Telecomunicaciones alemana culpó a France Télécom de su fracaso en el mercado alemán. 'Las condiciones estaban ahí cuando las empresas decidieron acudir a la subasta de UMTS. Es sólo responsabilidad suya', afirmó un portavoz.

Mobilcom, que ayer experimentó una espectacular subida del 191% en el nuevo mercado alemán (cerrando a 3,26 euros), afirmó ayer que, pese a la ayuda del Gobierno, los despidos en la plantilla de 5.500 trabajadores 'serán inevitables'. La empresa alemana tiene previsto aprobar hoy un plan de reestructuración en una reunión del consejo. Gerhard Schmid, fundador y principal accionista de la compañía, se ofreció ayer a comprar el paquete de acciones de France Télécom en el caso de que quieran venderlo.

En Francia, mientras tanto, el ex presidente de France Télécom, Michel Bon, defendió su actuación al frente de la compañía en sus primeras declaraciones públicas tras la dimisión. Bon descartó la venta de parte de Orange para financiar la deuda y aseguró que fue la decisión de Telefónica de sanear las licencias UMTS lo que les impulsó a hacer lo propio en Alemania.

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