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Elecciones alemanas

Schröder advierte que no todo está decidido pese a las encuestas

Nada está decidido hasta las seis de la tarde del próximo domingo, pero estamos en el camino de los ganadores', exclamó ayer Gerhard Schröder en Berlín, ante un auditorio de más de 20.000 personas.

El canciller celebró ayer en la Puerta de Brandenburgo el primer y único mitin junto a su ministro de Exteriores, Joschka Fischer (perteneciente al partido de los Verdes), el político más querido por los alemanes. Varios grupos de rock actuaron en el mismo escenario para atraer a un público joven, que llenó mayoritariamente la avenida Unter den Linden.

El discurso de ambos, plagado de proclamas antibelicistas y llamadas a la solidaridad con los países más pobres, encandiló a una ciudad, Berlín, que se enorgullece de ser la puerta de acogida de los inmigrantes de dentro y fuera de Alemania.

Sin una referencia expresa a Irak, el canciller volvió a dejar clara en una charla de 20 minutos su postura frente a un conflicto armado: 'El Medio Oriente necesita mucha paz, pero no una nueva guerra'. Joschka Fischer, mucho más triunfalista, recordó cómo era ese mismo escenario hace sólo 14 años: 'Entonces estábamos separados y hoy, por primera vez en nuestra historia, no tenemos problemas de fronteras con nadie'.

Entre breves referencias al paro ('estamos en el proceso de luchar contra el desempleo de la forma más eficaz') y a la política de inmigración europea, Schröder mencionó una sola vez a su principal contrincante, el conservador Edmund Stoiber: 'A todos esos les digo que no necesitamos negativas, sino propuestas'. 'Que vuelva a Baviera y pase cuatro años más en la oposición', gritó Fischer entre aplausos.

Las razones para el extremado optimismo que mostraron los dos políticos está en las encuestas: cuatro sondeos publicados ayer por los principales institutos de investigación del país daban a la coalición entre socialdemócratas (SPD) y verdes que gobierna Berlín la mayoría parlamentaria.

Según el Grupo de Investigación de Elecciones, la coalición entre SPD y verdes obtendría el 47% de los votos, frente al 44,5% que lograría una eventual unión entre laconservadora CDU y los liberales del FDP.

Pero tanto triunfalismo tuvo su freno en la reunión que mantuvo el ministro alemán de Economía, Werner Müller, con la dirección del operador telefónico MobilCom durante toda la tarde de ayer. El Gobierno alemán busca soluciones para salvar la empresa de una quiebra inminente que amanaza con dejar en la calle a 5.500 trabajadores en plena campaña electoral. En cualquier caso, el gobierno en funciones no quiere comprometerse a intervenir en el tambaleante sector de la telefonía móvil.

En un receso durante la reunión el ministro Müller no quiso despejar si finalmente el gobierno alemán aportará ayuda financiera para salvar a MobilCom de la quiebra tras la negativa de su accionista principal, France Télécom, de aportar más fondos.

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