Raffarin ofrece 10 millones de euros a los afectados por las riadas
El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, prometió ayer una ayuda inicial de 10 millones de euros a los damnificados por las inundaciones que azotan el sureste del país. La Comisión Europea ha comunicado ya que permitirá a Francia utilizar con antelación parte de las ayudas regionales que recibirá esta zona hasta el año 2006, con el fin de destinar el dinero a las labores de reconstrucción.
Raffarin voló ayer en helicóptero hasta la localidad de Sommieres, al oeste de Nimes que, como muchas otras ciudades de la zona, es inaccesible por carretera debido a las inundaciones.
La cifra de muertos como consecuencia de las lluvias asciende a 26 desde el pasado domingo. Al menos 12 personas siguen desaparecidas, según las cifras facilitadas por las prefecturas de los departamentos afectados.
Solidaridad
El primer ministro francés acudió a la zona acompañado del ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, para comprobar en persona el alcance de los daños. Jean-Pierre Raffarin expresó la ¢solidaridad nacional de todos nuestros compatriotas¢ con los damnificados, que han visto cómo las aguas destruyen sus hogares y las cosechas de una de las regiones del país que más dependen de la agricultura.
Las áreas más afectadas son las de Gard, Vaucluse y Herault, que viven sobre todo de la viticultura. Además se verán afectados los cultivos de maíz y girasol de una región que ya sufrió importantes daños con las inundaciones de los años 1992 y 1988.
Las lluvias torrenciales, que en algunas localidades han alcanzado los 650 litros por metro cuadrado, han dejado sin suministro eléctrico a 45.000 hogares de la región de Gard. Unas 150.000 viviendas de la zona se han quedado sin línea telefónica y decenas de miles sin agua potable.
Las lluvias amainaron algo ayer por la mañana y el tren de alta velocidad que conecta París con Marsella retomó su actividad con normalidad, tras sufrir retrasos de varias horas el pasado lunes.
El enlace ferroviario de alta velocidad entre Montpellier y Nimes permanecía, sin embargo, cancelado; al igual que los trenes que conectan Montpellier y Marsella.
Las inundaciones en Francia se suman a las registradas a principios del verano en Alemania, Rusia, Austria y la República Checa, con un saldo de al menos 98 muertos y la destrucción de cientos de miles de hogares.