Los contratos fijos caen el doble que los temporales
La contratación siguió descendiendo en agosto y los contratos indefinidos se llevaron la peor parte, ya que su caída fue más del doble que la registrada por los contratos temporales. En el mes pasado se registraron 1.019.106 contratos, lo que supuso un descenso del 4% respecto al mismo mes del año anterior.
De éstos, 78.792 eran contratos indefinidos, lo que supone que éstos representan el 7,7% del total de la contratación frente al 8,1% que representaban en agosto de 2001. Los contratos indefinidos comenzaron a ganar algo de peso tras la reforma laboral de marzo del pasado año pero a medida que ha ido avanzando 2002 los contratos fijos han vuelto a disminuir.
De hecho, en agosto pasado se registraron 7.075 contratos fijos menos que en el mismo mes de hace un año, lo que supone una caída del 8,2%. Este descenso es más del doble que el experimentado por los contratos temporales, que disminuyeron en agosto un 3,6%, al registrarse 35.509 contratos eventuales menos que hace un año.
Este peor comportamiento de los contratos indefinidos en agosto con respecto al mismo mes veraniego de hace un año desbarata la tesis del secretario general de Empleo, Juan Chozas, quien justificaba ayer la caída de los contratos fijos por la temporada estival.
Por lo que se refiere a la contratación acumulada en los ocho primeros meses del año, los temporales siguen creciendo más que los indefinidos, que permanecieron prácticamente estancados. Entre enero y agosto se registraron 8.465.020 contratos eventuales, 148.191 más que en el mismo periodo del año anterior, lo que supuso un crecimiento de casi el 2%, mientras que hubo 849.374 contratos fijos, 1.768 más, lo que representó un avance del 0,2%.
A la luz de estos datos, la ineficacia de la lucha contra la temporalidad de la última reforma laboral fue una de las principales críticas vertidas ayer desde las filas sindicales y de la oposición.
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, admitió ayer que los Gobiernos del PP 'aún no han dominado' el problema de la temporalidad, si bien antes de reconocer este punto eludió responsabilidades al indicar que dicho problema es 'una herencia socialista'.