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Remuneraciones

Telefónica gasta 48 millones en premios a directivos que carecen de rentabilidad

Los planes de opciones sobre acciones del grupo Telefónica no pasan por su mejor momento. Durante el mes de julio se produjo el segundo vencimiento del programa TOP, que ha repartido 12,65 millones de opciones entre 335 ejecutivos de la operadora, sin que ninguno de ellos pudiera ejecutar sus incentivos. ¿La razón? La caída bursátil de la compañía ha dejado el programa sin ganancias.

Los ejecutivos no pierden nada. Si hay ganancias se realizan, y si no se espera al siguiente vencimiento. Para Telefónica, sin embargo, el plan sí pasa factura. Según reconoce en un documento oficial enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la cobertura de los riesgos y obligaciones económicas derivadas del programa TOP tiene un coste total máximo de 72,12 millones de euros. A junio de este año, Telefónica tenía 23,89 millones de euros pendientes todavía de imputar a resultados, lo que supone que ya ha desembolsado unos 48 millones por un plan que no ha reportado ni una peseta a los beneficiarios.

El plan TOP es, con diferencia, el más caro de los cinco programas de opciones sobre acciones que se pusieron en marcha bajo la presidencia de Juan Villalonga para ejecutivos o empleados de Telefónica o alguna de sus filiales, como Terra o TPI. En total, la operadora se ha gastado o se gastará unos 120 millones de euros en dar cobertura a los sobresueldos con los que pretendía premiar a los trabajadores. Y sólo uno de ellos ha tenido rendimientos.

El 19 de abril de 2000, unos 100 ejecutivos de Telefónica pudieron hacer efectivos más de 505 millones de euros de plusvalías procedentes del plan RISE, el primero que puso en marcha la operadora. El éxito de este programa llevó al equipo de Villalonga a diseñar otro plan de incentivos, que beneficiara a más directivos.

Así nació el plan TOP, lanzado el 28 de junio de 1999 y llamado a primar a unos 500 directivos, de los que ahora quedan 335. Este programa llegó a tener 213,73 millones de euros de plusvalías latentes sólo nueve meses después de su lanzamiento, a razón de 426.000 euros por beneficiario. Pero entonces comenzó la lenta y continuada caída bursátil, que atrapó a unos ejecutivos que tenían que esperar dos años para ejecutar el primer tercio de las opciones concedidas.

Esta fecha llegó en julio de 2001. Y pasó sin que nadie pudiera moverse. En aquel momento, el precio medio de las acciones estaba en 13,8 euros. Para que el plan generara alguna ganancia, hubieran tenido que cotizar por encima de 18,13 euros.

Una caída del 67,8%

La renuncia a ejecutar las opciones no suponía entonces ninguna pérdida. Bastaba con esperar a la siguiente fecha de ejercicio y confiar en que la acción subiera. No ha sido así. El segundo plazo para ejecutar los sobresueldos fue el mes de julio pasado y también se ha cerrado sin que nadie haya podido sacar ganancia alguna. De hecho, los títulos de Telefónica están todavía más lejos que hace un año de alcanzar el umbral de rentabilidad. Una caída del 67,8% desde los máximos de marzo de 2000 ha evaporado toda posibilidad inmediata de plusvalías.

En el horizonte planea, además, otro problema añadido. El plan se diseñó con una duración de cuatro años y tres meses. Ya se han consumido tres años y Telefónica está cada día más lejos de sus máximos. En estos momentos, las acciones tendrían que subir más de un 80% en 15 meses para generar el primer euro de ganancia, lo que lleva a pensar a algunos de los beneficiarios que el plan expirará sin plusvalías y Telefónica se habrá gastado más de 72 millones para nada.

Como en todos los movimientos del mercado, cuando unos pierden otros ganan, y éste es el caso de los bancos que actuaron como contrapartida del programa de opciones. BBV y Argentaria, hoy fusionados, fueron los elegidos y con ellos se formalizaron los contratos de cobertura.

El plan TOP no es el único programa del grupo Telefónica que no tiene plusvalías. Los de TPI y Terra también están en números rojos. La filial de las Páginas Amarillas cotiza a 3,71 euros y el precio de ejercicio de las opciones está fijado en 4,917 euros. Más lejos están las plusvalías de la participada de Internet. El precio mínimo para que los premios comiencen a sumar plusvalías está en 11,81 euros. La acción cerró ayer a 5,64.

Distintos mecanismos y el mismo objetivo

 

En estos momentos, en el mercado existen todo tipo de planes de opciones, de forma que cada compañía puede diseñarse uno a su medida. Lo único que variará será el precio del programa, que dependerá de la clase de cobertura elegida (interna, a través de ampliaciones de capital, o externa, contratando la contrapartida con terceros), el nivel al que se puede ejecutar la opción y otros condicionantes. El objetivo de todos ellos, sin embargo, es el mismo, lograr rentabilidad para los partícipes.

 

 

 

 

 

 

 

El plan TOP le cuesta a Telefónica un máximo de 72,12 millones de euros y con ellos ha podido entregar 12,65 millones de opciones de compra de acciones a lo que ahora son 335 ejecutivos. En un principio, los beneficiarios eran 500, pero la puesta en marcha del programa de sobresueldos de Telefónica Móviles ha obligado a algunos de los directivos que estaban en el TOP a renunciar a él.

 

 

 

En el momento del lanzamiento, cada ejecutivo recibía dos tipos de opciones. La mitad de ellas tenía como precio de ejercicio el de cotización y el resto se incrementaba un 50%. Después de diversas ampliaciones de capital, los precios de ejercicio actuales son de 13,94 y 20,91 euros, respectivamente.

 

 

 

El problema es que las opciones no se pueden ejecutar por separado. En cada vencimiento hay que ejercer el mismo número de unas que de otras, de forma que los títulos de Telefónica tendrían que intercambiarse a 17,425 euros en Bolsa para que el plan fuera rentable. La media de cotización de la operadora durante los 31 días de julio fue de 8,877 euros.

 

 

 

Según las condiciones del plan, a partir del segundo año los ejecutivos pueden ejecutar un tercio de las opciones por ejercicio vencido. Ya han pasado dos periodos de ejecución y la rentabilidad cada vez está más lejos.

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