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Artur Mas

'Nos ofrecemos a ayudar a recomponer el diálogo social'

Tiene 46 años y es el candidato de CiU a suceder a Jordi Pujol. Su intención es agotar la actual legislatura pese a la tensión con el Gobierno central. Advierte, sin embargo, que una 'pinza' del PP con la izquierda para resucitar la Corporación Metropolitana como contrapoder a la Generalitat acabaría en adelanto electoral

Las relaciones entre Convergència i Unió y el Partido Popular están atravesando un periodo de desencuentro que puede acabar con el acuerdo que ambas formaciones mantienen para gobernar Cataluña. Ante esta situación, el sucesor de Jordi Pujol en la formación nacionalista, Artur Mas, se muestra pragmático y nada entusiasta del dramatismo. La posible ruptura con el Ejecutivo de José María Aznar, más próxima desde la aprobación del decretazo, puede obligar a CiU a prorrogar los presupuestos catalanes para el año 2003. Frente a esta coyuntura, Mas se está encargando en los últimos días de la paradójica tarea de alejar el fantasma de un adelanto electoral y, al mismo tiempo, de preparar a CiU ante la eventualidad de que éste se acabe produciendo.

Pregunta. En las últimas semanas se ha acrecentado la tensión con el Partido Popular y usted ha llegado a advertir a los militantes de CiU que hay que estar preparado para un adelanto electoral. ¿Qué puede desencadenar una decisión de estas características?

'Llevar el AVE al aeropuerto de El Prat costará bastante más de lo que estaba previsto y puede tener alguna incidencia medioambiental fuerte ''No podemos estar 15 o 20 años negociando tema a tema el modelo autonómico. Debemos negociar en bloque''Llevar el AVE al aeropuerto de El Prat costará bastante más de lo que estaba previsto y puede tener alguna incidencia medioambiental fuerte ''No podemos estar 15 o 20 años negociando tema a tema el modelo autonómico. Debemos negociar en bloque'

Respuesta. De elecciones quiero hablar poco, no quiero convertir la fecha electoral en el tema principal de los próximos meses, precisamente porque es algo secundario. Sean cuando sean, el objetivo, como siempre, es intentar llegar hasta el final del mandato. Pero no hay ningún impedimento en hacerlas antes si no hay más remedio. Depende del clima general, del grado de obstruccionismo y de confrontación que nos hagan. Depende de si la pinza que el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el PP pusieron en marcha hace 10 días se mantiene de cara al futuro. Depende de los temas que planteen en el Parlament estos grupos políticos. Si tocan algún tema sensible para nosotros lógicamente no podríamos seguir la legislatura, tendríamos que convocar elecciones. Pero la fecha de las elecciones no es nuestro principal objetivo, sino gobernar bien de acuerdo con nuestro programa y que no se resienta nuestro proyecto político, de país. Si podemos conseguir las dos cosas, aguantaremos hasta otoño de 2003.

P. Cuando afirma que sólo adelantarían las elecciones si el PP se alía con la izquierda para tocar temas sensibles, ¿se refiere, por ejemplo, a la posibilidad de que se lleve al Parlament la recuperación de la Corporación Metropolitana de Barcelona? ¿Sería un motivo para disolver el Parlamento?

R. Sí. Es un tema que si se plantea por parte de todos contra nosotros puede suponer la disolución anticipada de la cámara. Si se resucita la Corporación habrá adelanto electoral. El objetivo de resucitar políticamente la Corporación es descabezar a la Generalitat y convertir al Govern en una cosa residual. Esto, evidentemente, atenta contra la línea de flotación de nuestro proyecto político, del mismo modo que no podríamos aceptar jamás que se cuestionase el catalán como lengua vehicular de nuestro sistema educativo. Es evidente que no estamos en contra del hecho metropolitano sino de disminuir el poder político del Govern, que es lo que siempre han pretendido los socialistas y tal vez también ahora el PP. No queremos contrapoderes.

P. ¿Qué ha pasado exactamente, cuál ha sido el verdadero detonante de la crisis entre CiU y el PP?

R. No hay un punto concreto de ruptura, hay puntos de distanciamiento frecuentes en los últimos dos años. Hay quien, interesadamente, puede tener la impresión de que ahora, por primera vez, nos estamos distanciando de verdad del Partido Popular y no es así. Las primeras medidas que tomó el Gobierno de Aznar, en julio de 2000, sobre liberalización, no contaron todas con el apoyo de CiU, y era el comienzo de la legislatura. Luego vino la Ley del Déficit Cero, el pacto antiterrorista y la Ley de Formación Profesional, que hemos llevado, como la del déficit cero, al Constitucional. No hemos tenido una política de acuerdos sistemáticos, nos hemos puesto de acuerdo en algunas cosas y en otras no. En función de si eran asumibles o podíamos mejorarlas. Ahora, lo que ha pasado es que en un tema central, la reforma del subsidio del paro, no tanto por el contenido como por la forma en que se ha producido, nos ha dejado insatisfechos. No hay un distanciamiento nuevo, hay un episodio más.

P. Pero el decretazo ha sido la gota que colmaba el vaso...

R. No, no, ha sido todo en su conjunto. Es evidente que la tensión más fuerte en las últimas semanas ha venido por el subsidio de paro y la huelga general, pero no es la primera vez que nos distanciamos de la política del Partido Popular.

P. Pero sí es la primera vez que no cuentan con CiU para muchas cosas. Como la nueva Ley de Educación o la Ley Financiera, que merma las competencias sobre las cajas catalanas...

R. Haremos lo mismo que siempre, intentar negociar con el PP, que tiene mayoría absoluta, para que nosotros no perdamos las competencias. A veces lo conseguimos y a veces no. Cuando no es posible, ¿qué camino nos queda? Ninguno, porque cuando tienes una mayoría absoluta delante, aunque quieras, no la puedes cambiar hasta que haya elecciones. Si la vía parlamentaria queda bloqueada como consecuencia de la mayoría absoluta, la única vía para defender tus planteamientos son los tribunales, en este caso, el Constitucional. Hemos ido varias veces en esta legislatura, cosa que demuestra la absoluta independencia de criterio de CiU y del Gobierno de Cataluña, aunque a alguna gente le interese hacer ver lo contrario.

P. ¿El decreto de la reforma del desempleo podría ser también recurrido cuando se convierta en ley?

R. Tenemos que ver si afecta a nuestras competencias, pero creemos que no. Otra cosa es que estemos de acuerdo con su contenido, pero por lo que sabemos no toca competencias propias. Sí que existe el peligro de que la Ley de Empleo, que se tramitará en paralelo, acabe perjudicando a las competencias autonómicas. Como siempre, intentaremos agotar la negociación y sólo iremos al Tribunal Constitucional si esta fase no nos da resultados. No recurrimos por gusto, para ponernos una medalla de una actuación enérgica, sólo acudiremos para defender una competencia que hemos perdido en un momento de mayoría absoluta. Nos hartamos de recurrir al Constitucional cuando el PSOE tenía mayoría absoluta.

P. ¿Cómo valora el nuevo Gobierno nombrado por José María Aznar?

R. Todavía es pronto para ver si estos cambios significarán una variación de las políticas tradicionales del Gobierno del Partido Popular desde su posición de mayoría absoluta. Yo creo que, más que los ministros, a nosotros lo que nos interesa comprobar es cuáles son las políticas que se aplican en relación a Cataluña y, como el presidente sigue siendo el mismo, nos tememos que no habrá ningún cambio. Desearíamos que volviese a las actitudes que adoptaba cuando estaba más condicionado por nuestro apoyo, porque eran más positivas hacia el nacionalismo que en este momento.

P. En cualquier caso, el nombramiento de Eduardo Zaplana como ministro de Trabajo, ¿puede ayudar a mejorar las relaciones con CiU, al facilitar la introducción de enmiendas en la tramitación del decretazo?

R. Su invitación al diálogo es positiva. Ignoro qué margen de maniobra tiene en este tema, pero nosotros reiteramos nuestra disponibilidad para ayudar y recomponer el diálogo social.

P. ¿Qué postura mantendrá CiU en el debate sobre el estado de la nación?

R. Vamos con total libertad de movimientos que, para nosotros, no quiere decir hacer de oposición radical y decir que no a todo. Significa decir que no a lo que no nos guste y sí a lo que consideramos que es interesante para Cataluña o el conjunto de España. Hay gente que interpreta que nuestro distanciamiento con el PP tiene que conducirnos a hacer oposición radical y nosotros no somos de esta manera. Esto ya lo hacen el PSOE y otras formaciones políticas. Nosotros somos un partido con mentalidad de Gobierno y no de oposición y menos de oposición radical. Por eso a veces dices que sí y a veces que no. Eso es la libertad de movimientos auténtica. Si siempre dices que no, se te ve el plumero, y sólo haces de oposición y eso es muy fácil.

P. Si finalmente el PP decide no apoyar el presupuesto catalán para el próximo año, ¿lo hará ERC?

R. Son ellos los que no quieren ningún acuerdo con nosotros. Una cosa es lo que proponen públicamente, el discurso, y otra la realidad. Los que no tienen ganas de acercarse a nosotros son ellos.

P. Entonces, ¿se resignan a prorrogar el presupuesto?

R. Nuestro objetivo es poder gobernar el país hasta el final de la legislatura y eso en principio pasa por tener unos presupuestos en 2003. Pero éste no es un objetivo por el cual nosotros lo sacrificaremos todo. Si no hay más remedio, prorrogaremos.

P. Una prórroga implicaría frenar muchos proyectos que no se podrán llevar a cabo...

R. Pero muchos otros sí. Lo importante es que tenemos en marcha el Cataluña Futuro [un proyecto que determina las necesidades económicas de la comunidad, de acuerdo con los agentes sociales], la Administración Abierta de Cataluña, la ampliación de las ayudas a la familia, el plan de la vivienda, el plan de la FP... Eso es lo importante, no si se prorrogan los presupuestos.

P. La existencia de inversiones pendientes por parte del Gobierno, ¿hasta qué punto les resta margen de maniobra?

R. ¿Si no lo tenemos, por qué nos desmarcamos del Gobierno? Lo importante es ver qué está dispuesta a arriesgar CiU, y yo mismo, a cambio de mantener su proyecto político. Todo. Todo incluye adelantar las elecciones. No es nuestro deseo pero estamos dispuestos a arriesgarnos.

P. Pero un precio si están pagando...

R. Tenemos una situación en el Parlament que nos obliga a sumar diputados de otras formaciones políticas porque tenemos 56 diputados y necesitamos 68, como le pasa a cualquier Gobierno que tiene mayoría relativa. Los socialistas necesitaron a CiU, el PP a CiU y al PNV, y la UCD, cuando no tenía mayoría absoluta, también necesitaba el apoyo de alguien. No pasa nada, en democracia el pacto es absolutamente legítimo y muchas veces imprescindible. Lo importante es saber cuál es el precio del pacto. Siempre que hay una negociación nadie se sale con la suya al 100%. No estamos dispuestos a pagar cualquier precio. Sólo lo razonable en una negociación en la que todo el mundo gana y pierde algo.

P. Pero lo cierto es que hay muchas inversiones pendientes, como el AVE, que podrían verse afectadas por una ruptura con el PP.

R. El Gobierno central no está en disposición de pararlas. Cuando se pone la primera piedra, el calendario se ejecuta porque hay unos contratos. Sí que se podrían retrasar los temas territoriales que aún no se han resuelto pero no por el hecho de estar más cerca o más lejos del Partido Popular. Se podrían retrasar, en todo caso, nuevas inversiones, pero eso ya lo veremos en el momento de pactar los presupuestos para el próximo año. Nosotros somos una formación política que hace de lo que se puede conseguir del pacto nuestra razón principal de ser. A veces esto no queda bien porque se te puede acusar de que no has obtenido todo lo que querías, pero siempre obtendrás más que los que dicen siempre que no por estética.

P. Entre los temas pendientes del AVE se encuentra el desarrollo del proyecto para llevarlo al aeropuerto de El Prat. ¿A qué se debe el retraso que acumula el proyecto?

R. Está en periodo de reflexión con el Gobierno central. Costará bastante más de lo que se había previsto y puede ser que tenga alguna incidencia de tipo medioambiental fuerte, en los humedales de El Prat. Esto podría complicarlo un poco. De momento, se están realizando los estudios para conocer con precisión el impacto medioambiental y se ha abierto un periodo de reflexión sobre posibles alternativas. Pero no se cuestiona si pasa o no por el aeropuerto, eso es imprescindible.

P. ¿Plantearán finalmente el trasvase del Ródano?

R. Lo plantearemos en los próximos meses, porque la Ley del Plan Hidrológico incluye, tras nuestra negociación, un artículo que dice que además del Ebro se pueden plantear trasvases complementarios. Ahora estamos elaborando un estudio a fondo que presentaremos en Madrid sobre la base de este artículo, que nos permite legalmente plantear alternativas.

Pregunta. ¿Qué le parece la propuesta del PNV de asumir unilateralmente las competencias pendientes si el Gobierno no las traspasa?

Respuesta. Nosotros hemos dicho lo mismo pero de otra manera. Si las competencias pendientes no se transfieren, iremos al Constitucional. Es una opción que tenemos en reserva. Lo que pasa es que en el futuro esta propuesta de autogobierno la quiero negociar como un bloque, no tema a tema. No nos podemos pasar 15 o 20 años más negociando tema por tema nuestro modelo autonómico. Ha llegado un momento en el que la negociación sobre el autogobierno hay que hacerla en bloque y de una sola vez. Si no hay más remedio y tenemos que volver al tema por tema, ya volveremos, pero nuestra estrategia debe ser en bloque.

P. Usted ha manifestado también su intención de actuar de manera unilateral, sin contar con el Gobierno central, pero no todo el mundo dentro de Convergència i Unió está convencido de la utilidad de este tipo de planteamientos...

R. No existen filosofías diferentes entre nosotros. Cuando hablo de actuar por nuestra cuenta, me refiero a cosas que ya hemos hecho porque eran necesarias y positivas para Cataluña. En los años ochenta tuvimos muchos problemas con el Gobierno socialista para poder abrir las oficinas del Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca) y a pesar de ello lo hicimos. Ahora tenemos este mismo problema con las oficinas de orientación de la inmigración. Si el Gobierno nos continúa poniendo obstáculos, finalmente actuaremos unilateralmente y las abriremos, porque desde el Gobierno de la Generalitat consideramos que son un instrumento necesario para reconducir, asesorar y controlar, en cierta manera, la inmigración que nos llega.

P. Por lo tanto, en cierta manera, tienen la intención de radicalizar su postura soberanista...

R. En nuestro espíritu fundacional el principal objetivo es reforzar el peso de Cataluña en todos los sentidos. Uno de ellos es nuestra capacidad de gobernarnos a nosotros mismos; es decir, soberanía, aunque sea compartida, autogobierno. Que ahora hagamos un planteamiento de mayor autogobierno no significa que radicalicemos las posturas nacionalistas o soberanistas, quiere decir que somos coherentes y fieles con nuestros principios fundacionales.

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