La cartera empresarial de las cajas sube un 9%, mientras la banca se repliega
Este crecimiento contrasta con el repliegue de los bancos, sobre todo de los más grandes, que han optado por hacer caja y desprenderse de participaciones consideradas hasta hace poco estratégicas. En las últimas semanas, La Caixa y Santander Central Hispano son los principales exponentes de esta tendencia contraria.
Las cajas de ahorros mantienen su apuesta por ampliar las participaciones empresariales como vía para diversificar el negocio, a pesar del mal comportamiento de los mercados y de las advertencias del Banco de España sobre la concentración de riesgos ajenos a su naturaleza.
En medio del repliegue de los dos grandes (Santander Central Hispano y BBVA), las cajas reforzaron hasta marzo sus inversiones empresariales, con un crecimiento del 9% de las participaciones estables (superiores al 3% en las empresas que cotizan y al 20% en las que no cotizan) respecto a un año antes, de acuerdo con los estados financieros consolidados.
Las participaciones de las cajas sumaban 12.997 millones de euros al finalizar marzo, frente a los 11.919 millones de marzo de 2001, según los datos de CECA. De esta cantidad, más de la mitad corresponde en exclusiva a La Caixa, que acumulaba en esas fechas una cartera industrial de 6.668 millones de euros, superior a la que tenían en esas fechas SCH (6.402 millones) y BBVA (6.192 millones).
Esta cifra todavía no está influida por las operaciones más recientes. Con ellas, la caja catalana ha reforzado su posición estratégica en empresas que le otorgan el dominio en sectores clave como las autopistas de peaje y el gas natural. En cualquier caso, la evolución hasta marzo da idea de las crecientes inversiones de las cajas en contraste con el repliegue de los bancos.
De hecho, en el mismo periodo, SCH y BBVA, que representan en conjunto más del 80% de los activos y los beneficios de los grupos bancarios consolidados, redujeron sus participaciones un 17% y un 15%, respectivamente. Lógicamente, buena parte de este descenso fue motivado por la fuerte caída en Bolsa de los títulos de sus empresas participadas con intereses en Argentina.
La tendencia contraria que anuncian las cifras globales de marzo se ha visto corroborada en las últimas semanas con el Santander Central Hispano y La Caixa como protagonistas. Así, la ofensiva de la caja presidida por Josep Vilarasau ha coincidido con la llamativa retirada del Santander Central Hispano de dos empresas clave, Dragados y Vallehermoso, ventas que le han reportado más de 830 millones de plusvalías.
Los responsables de La Caixa reconocen incluso que sin la salida del SCH de Dragados para vendérselo a ACS, la fusión por absorción de Aurea por Acesa y la contraopa lanzada por esta última sobre Iberpistas, que ha dado como resultado el tercer grupo europeo de autopistas, no hubiera sido posible.
Además, La Caixa ha desplazado a Repsol YPF como accionista mayoritario, con el 26% del capital, operación que también ha dado entrada en la empresa gasística a otra caja, la BBK.
Así, mientras los bancos hacen caja con participaciones que hasta hace dos días consideraban 'estratégicas' y ponen el foco en el negocio típico bancario, las cajas de ahorros se afanan en ampliar su cartera.
Hasta el mes de marzo destaca el crecimiento en entidades medianas como Caixa Galicia, Unicaja, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Ibercaja, Caixanova, Caja Navarra, etc. En todo caso, la mayoría sigue muy volcada en su ámbito regional y todavía sólo cinco cajas (La Caixa, Caja Madrid, Caixa Catalunya, BBK y Kutxa) tienen en participaciones más de 500 millones de euros.
El Banco de España nunca ha visto con buenos ojos el afán inversor de las cajas en empresas con vocación de control. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, ya advirtió en su discurso ante la asamblea anual de estas entidades que 'las inmovilizaciones permanentes en empresas industriales con vocación de control o de influencia notable en la gestión representan compromisos a largo plazo con responsabilidades adicionales, y si sobrepasan ciertos límites o alcanzan proporciones relativas importantes en el balance pueden ser extrañas a naturaleza y objetivos de las cajas'. En ese mismo discurso, Caruana les sugirió que reafirmaran su carácter de entidades de crédito 'por encima de otras consideraciones'.
Y es que estas participaciones demandan abundantes recursos propios para cumplir los límites vigentes a las participaciones industriales y a la concentración de riesgos.
Mayores exigencias de recursos propios
Las cajas de ahorros han sufrido una transformación en sus vías de obtener ingresos, y las participaciones empresariales forman parte de esta alternativa.
Un estudio elaborado por la CECA del 22 de mayo hace referencia a las mayores necesidades de recursos propios por parte de las cajas, consecuencia del cambio de estructura experimentado por sus balances al asumir inversiones de mayor riesgo.
Estos hechos han provocado un continuo descenso del ratio de solvencia de las cajas, aunque todas cumplen con holgura los mínimos exigidos.
Así, desde 1996, año en que alcanzó el máximo, el coeficiente de solvencia o ratio Bis del sector se ha reducido más de 1,68 puntos, al alcanzar un ratio Bis del 13,70%, llegándose a alcanzar en el año 2001 el mínimo histórico, 12,02%. En este periodo sólo ocho cajas, de las 46 existentes, han aumentado su coeficiente de solvencia, mientras que el resto lo ha ido reduciendo en mayor o menor medida. El requerimiento por riesgo de crédito de las cajas se ha multiplicado por 2,4 desde 1996, y el requerimiento por riesgo de la cartera de negociación en el pasado año equivale a 5,5 veces el necesario en 1996.
Los bancos, y sobre todo los dos grandes, han optado por el camino contrario, reducir sus participaciones empresariales bajo la justificación de Basilea II, cuyas exigencias de capital son más estrictas que las actuales, principalmente para ciertas inversiones.
El SCH ha sido el último gran banco que ha protagonizado en el último mes mayores desinversiones, como Dragados, Vallehermoso o Aguas de Valencia. Antes de estas operaciones, es decir, a marzo, su ratio Bis era del 12,16%, al sumar 25.113 millones de euros. Según los requisitos de recursos propios del Banco de España éstos ascendían a 21.015 millones, con un excedente de 4.586 millones, con un ratio de solvencia en el 10,23% (el mínimo exigido es el 8%).