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Crédito

Las cajas toman la delantera a la banca en tarjetas para pymes

Bancos y cajas están potenciando el negocio de las tarjetas de crédito para aumentar los ingresos por comisiones. Buscan compensar la caída que se ha producido en las comisiones por compraventa de valores y fondos de inversión. Mientras los bancos tienen más éxito en las tarjetas a particulares, las cajas les están aventajando a la hora de captar a las pymes como clientes, según los expertos en medios de pago.

Y lo hacen con tarjetas especialmente diseñadas para estas empresas. Entre las más activas se encuentran la CAM, la BBK, Caja Duero, El Monte y otras entidades de menor tamaño como Caja Murcia y Caja Badajoz, según datos del sector de medios de pago.

Fidelización

La idea es ofrecer a la empresa ventajas que no le da una tarjeta convencional con el fin de fidelizarla como cliente. Como ejemplo, Europay International -franquiciada europea de Mastercard con la que se fusionará en breve- ha creado para las entidades financieras una tarjeta business que permite poner un gasto límite o suministrar una relación periódica de los pagos, entre otras opciones.

La excepción bancaria es el Popular, que siempre ha dado una relevancia especial a los ingresos por tarjetas y también a las pymes.

El tercer competidor en liza, American Express, también está dando mayor protagonismo a las pymes para arrebatar clientes tanto a Visa como a Europay (tarjetas Mastercard). En octubre pasado, la filial de la compañía estadounidense lanzó en España el servicio business para pymes. La meta es conseguir hasta 300.000 titulares en los próximos cuatro años.

Ahora, el 11% de la clientela son pymes, pero en los planes futuros de esta entidad, 'es uno de los pilares básicos no sólo en el mercado español sino a nivel internacional', según declaraciones de Luis Dupuy, director general comercial de la compañía.

Dentro del segmento de tarjetas para empresas, Visa España cuenta con 283.500 unidades emitidas por las entidades de Servired (BBVA, La Caixa y Caja Madrid son las principales).

Bancos y cajas ven en las tarjetas de pago a plazos (no confundir con las de pago a fin de mes) una de las alternativas con más potencial de crecimiento para sus márgenes de negocio. Los ingresos son más sustanciosos que en el caso de un préstamo personal, ya que el tipo de interés puede llegar hasta el 24%.

Las entidades también están potenciando las tarjetas de crédito de marca compartida con una empresa. Estas últimas tienen como fin fidelizar al cliente, que con el pago va acumulando puntos canjeables por servicios o regalos. Como muestra, la de Repsol (marca Visa) y la de Unión Fenosa (Mastercard).

En torno a 2,4 millones de tarjetas Mastercard son de pago aplazado y unos 3,6 millones de marca compartida, según datos de Europay International. Y más de un millón de tarjetas Visa emitidas por entidades pertenecientes a Servired son de pago a plazos, mientras que las de fidelización superan los tres millones.

Más competidores

La tendencia viene marcada por la personalización de las ofertas. 'En cuestión de pocos años, las entidades financieras se darán cuenta de la importancia de procesar la información sobre cada cliente para ajustar la oferta a cada perfil', señala José Sirvent, director general para el suroeste de Europa de Europay International.

Las entidades financieras se enfrentan a la futura entrada de nuevos competidores especializados en tarjetas de crédito, como los estadounidenses MBNA, Capital One o Household. Esto obligará a la banca española a redoblar esfuerzos para captar y mantener al cliente.

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