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Justicia

El fiscal que investiga a Merrill desmiente un acuerdo con la firma

Merrill Lynch ha encontrado en el fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, un hueso muy duro de roer. La firma estadounidense insinuó la semana pasada que estaba muy cerca de lograr un acuerdo con el fiscal para solucionar fuera de los tribunales los presuntos conflictos de intereses entre sus divisiones de banca de inversión y análisis. Spitzer, por su parte, señaló el domingo que todavía es muy pronto para hablar de un acuerdo y apuntó que las prisas de Merrill se deben a la necesidad del banco por tranquilizar a los inversores.

Todavía tenemos un largo camino que andar, muchos aspectos que considerar, por lo cual no creo que ellos [Merrill Lynch] ya sepan lo que hay que hacer para restaurar la confianza a los mercados financieros', apuntó Eliot Spitzer el domingo en la cadena de televisión ABC.

El fiscal de Nueva York se mostró muy molesto con los comentarios aparecidos la semana pasada en The Wall Street Journal. El diario estadounidense, citando fuentes cercanas a la investigación, señaló que el banco, los reguladores y el fiscal buscaban una fórmula para resolver fuera de los tribunales el presunto fraude cometido por la firma de inversión. Las acciones de Merrill subieron el miércoles un 7,72%, la mayor alza en un año, ante la posibilidad de un pronto acuerdo.

El presidente ejecutivo de Merrill refrendó en cierta manera el artículo aparecido en el rotativo neoyorquino al señalar que estaba seguro de que las partes alcanzarían un acuerdo y quitar hierro así a la posibilidad de un juicio contra el banco. A Merrill Lynch 'le gustaría crear la apariencia de que estamos cerca de un acuerdo', apuntó Spitzer.

A principios de abril, el fiscal de Nueva York hizo públicos una serie de correos electrónicos en los que los analistas de Merrill Lynch se mofaban de algunas compañías a las que previamente habían otorgado recomendaciones favorables. Spitzer investiga si las opiniones favorables de los expertos del banco estadounidense tenían como objetivo hacer subir el precio de las acciones para generar mayores ingresos en la división de banca de inversión de la entidad financiera.

Según apuntaba The Wall Street Journal la semana pasada, Merrill Lynch intenta evitar a toda costa que el escándalo se resuelva en los tribunales para no desprestigiar a la firma, para lo que ha propuesto el nombramiento de un mediador y se ha mostrado abierta a pagar una multa. Asimismo, portavoces de Merrill Lynch han recordado en varias ocasiones que las investigaciones van dirigidas también contra otras seis entidades de Wall Street.

Eliot Spitzer se quejó también de la actitud del regulador estadounidense (SEC en sus siglas inglesas), al que acusó de 'ser poco agresivo' en la lucha contra los conflictos de intereses. El fiscal recordó que las medidas recientemente aprobadas por la SEC para evitar estos escándalos no incluyen que el sueldo de los analistas no esté ligado a los beneficios obtenidos por la división de banca de inversión.

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