El fiscal pide al regulador de EE UU más dureza con los analistas
Insuficientes. No se va lo suficientemente lejos', aseguraba un portavoz de la oficina del fiscal de Nueva York. Eliot Spitzer, quien ha iniciado la campaña decidida a atajar los conflictos de intereses entre los departamentos de análisis y banca de inversión de las entidades de Wall Street, cree que la regulación propuesta por la autoridad bursátil se queda corta.
Spitzer no es el único. Ni desde los asientos demócratas del Senado ni desde el Consejo de Inversores Institucionales se está satisfecho. De acuerdo con la nueva normativa, los analistas no pueden tener vinculado el salario al negocio de banca de inversión, pero pueden ser compensados, de forma genérica, de acuerdo a los beneficios del banco. Según algunos de los críticos, ello perpetúa la relación entre lo que deberían ser departamentos separados. Otras normas que plantea el regulador son las que impiden que la rama de banca de inversión supervise la labor del analistas y la que impide emitir recomendaciones sobre empresas que el banco de inversión ha sacado a Bolsa recientemente.
El regulador ha recibido una triple crítica, porque el anuncio de estas normas coincidió con los reproches de The Wall Street Journal y Financial Times a Pitt por sus propios conflictos de intereses. Pitt, un abogado que ha representado a auditoras, se reunió la semana pasada con el nuevo presidente de KPMG, auditora de Xerox, una empresa investigada.
También está quien opina que el regulador ha tardado mucho en actuar. La reunión entre Pitt y Spitzer, la semana pasada, ha sido la que ha acelerado un proceso que no terminaba de dar frutos.
Mientras, el acuerdo pendiente entre Spitzer y Merrill Lynch que evite una querella por parte de la fiscalía por los conflictos de intereses de la firma puede llegar la semana que viene. El consejero delegado de Merrill Lynch, David Komansky, dijo ayer a Bloomberg que su firma ha sido perjudicada por las acusaciones de Spitzer. Komansky dijo también que se van a reforzar los controles pero insistió que la actitud censurable de unos analistas no podía ser extrapolable al resto. Algunos ejecutivos de Merrill creen que no se ha hecho lo suficiente para defender al banco de las acusaciones de la fiscalía.
La renovación se produce también en alguna de las compañías de calificación de deuda. Standard & Poor's hará un listado de compañías ordenadas por la calidad de su información al inversor, la independencia del consejo y el trato a los accionistas minoritarios entre los 125 nuevos criterios a incorporar a sus estudios. Ni Standard & Poor's ni otras agencias han sabido ver la situación de compañías como Enron, que han terminado en suspensión de pagos.