Recomposición necesaria
La tendencia a medio plazo de los ingresos del sector de las telecomunicaciones es que sus crecimientos se reduzcan, lo que supone un menor diferencial respecto a los incrementos del PIB y significa que gran parte del mismo tiende hacia la madurez.
Los ingresos de las telecomunicaciones fijas aumentan únicamente en los países de desarrollo medio, y tienden a estabilizarse en los países de las tres áreas más desarrolladas, EE UU, Japón y la Unión Europea, que están en este momento, casi en fase de madurez, aunque la introducción de la banda ancha y los contenidos y aplicaciones pueda mejorar algo los resultados.
Los ingresos de móviles y datos seguirán creciendo, aunque a ritmos menores, y la tendencia es también a que se reduzca su diferencial respecto al crecimiento del PIB. Sobre este telón de fondo de un sector con crecimientos mucho más reducidos que los previstos, las hipótesis sobre las que se han forjado las políticas de la mayoría de los gobiernos y organismos reguladores europeos se han caracterizado por su escaso sentido de la realidad, basado en tres supuestos falsos.
Primero, en un crecimiento de los ingresos por encima del 20%, lo que significaba que habría sitio para multitud de empresas y redes. En realidad, el sector está creciendo entre el 5% y el 7%, y hay sitio para muchas menos.
Segundo, en que el sector admitía una detracción impositiva elevada, a través de las subastas del espectro radioeléctrico, lo cual supuso añadir un volumen de endeudamiento muy alto sobre un sector históricamente ya bastante endeudado. Esto le hizo enormemente vulnerable en un ciclo de sobreinversión y endeudamiento, como fue 1992-2000, y significó la desaparición de cantidad de empresas. Y tercero, en que las inversiones del sector no estaban siendo excesivas porque el crecimiento de la demanda era del 20% anual o superior. Pero la realidad es que fueron excesivas, lo que está provocando un exceso de capacidad y por consiguiente un hundimiento de precios.
Todo esto trae consigo la necesaria consolidación del sector, que pasa por fusiones y adquisiciones, justo lo que está sucediendo. En Europa, las empresas van a experimentar la misma evolución que EE UU, donde se ha producido una concentración, empezando por los móviles. Gran parte de las empresas de fabricación de equipos va a desaparecer por el deterioro de su situación económica, y se verán obligadas a fusionarse.
También se observa una evolución similar en las empresas de cable, tanto de EE UU como de Europa. Hay una tendencia a la concentración entre las cinco o seis empresas mas importantes de EE UU. En Europa, tenemos la suspensión de pagos de UPC, NTL o las dificultades de Telewest, y su control por la estadounidense Liberty Media, que trata de rehacer una potente cableoperadora europea, uniendo además operadoras de Alemania y España. O la casi segura unión en España de las dos cableoperadoras, Auna y Ono. Lo mismo podría decirse de las televisiones digitales, la mayoría con enormes dificultades.
Como se ve, el modelo regulatorio de decenas de empresas compitiendo en redes, como suponía el caton sobre el que se ha hecho la liberalización del sector, nada tiene que ver con la realidad, que tiende, como era de prever, hacia un mercado mucho más concentrado. Otra cosa muy diferente es que la cadena de valor se amplíe con muchas empresas de software, y de contenidos y aplicaciones, y sobre todo con la entrada de cantidad de empresas de nicho.