Una manera de formar líderes

Dirigir equipos profesionales de baloncesto me ha permitido adquirir una visión muy particular de cómo se ha de trabajar en equipo y cómo se puede trabajar la figura de un buen líder, para conseguir unos objetivos definidos y alcanzar el éxito. Habitualmente colaboro con Strategic Company en la traslación de estas estrategias al terreno empresarial. The High Experience Session es un sistema de formación dirigido a empresas y basado en una experiencia de éxito en el deporte de alta competición aplicado al entorno empresarial, todo ello a través de sesiones de alto impacto orientadas al equipo y al líder, que nos permiten encontrar los puntos clave.

Desde mi punto de vista particular, un equipo se puede definir como un conjunto de personas que se perciben a sí mismas como una unidad y con aptitudes complementarias, que se reúnen para conseguir un objetivo común y el desarrollo de metas, cuyos estándares de rendimiento deben ser superiores a la suma de sus integrantes. Partiendo de esta premisa y aplicándola al entorno empresarial, el trabajo en equipo es la clave para cohesionar a un grupo de personas que han de pensar, sentir y actuar como un todo, algo fundamental tanto en el mundo de la competición deportiva como en el mundo de la empresa. Por otro lado, el deporte de competición y en equipo es un excelente vehículo para ilustrar cómo ha de ser el rol del líder de cualquier organización, y éste es un gran ejemplo de cómo dirigir, implicar y motivar a las personas dentro de una compañía para garantizar el éxito.

Actualmente se está aludiendo a la necesidad que tienen las empresas de que el rol del líder evolucione hacia el de facilitador, un rol orientado a resultados pero también a personas. Para trabajar en profundidad estas sesiones, utilizamos un proceso de orientación y entrenamiento individualizado conocido como coaching, el cual nos permite facilitar este cambio de rol en las organizaciones. Principalmente se centra en el potencial de las personas sobre la base de una relación de confianza y confidencialidad, además de en el aprendizaje estimulado por el coach a través de la experiencia, consiguiendo mejorar el rendimiento de los colaboradores, desarrollar su potencial, mejorar las relaciones directivo-colaborador, fomentar el liderazgo, facilitar la motivación, aumentar la implicación y reforzar la autoestima. Así pues, por un lado los directivos se enfrentan a retos para los que sus habilidades y competencias no han sido entrenadas, y una metodología como el coaching aporta los ingredientes necesarios para superar estas situaciones con garantías de éxito. Y por otro lado, alcanzar el éxito profesional no es sólo cuestión de talento, sino de trabajo en equipo, lo que no significa que a un grupo de personas podamos llamarlo equipo ni que sea una situación que aparezca automáticamente. Mi experiencia me ha enseñado que todo esto se alcanza con el tiempo y a través de la cooperación, el sacrificio y el trabajo duro de los integrantes.