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Automóvil

Fiat desarrolla con expertos y empresas españolas 41 proyectos de innovación

Fiat ha convertido a España en uno de sus principales focos de investigación sobre la automoción del futuro, aunque sus trabajos no se limitan a este sector y se amplían a la aeronáutica, la energía, la electrónica y la informática.

Casi la cuarta parte de la inversión directa del CRF en proyectos europeos, unos seis millones de euros de un total de 25 millones, tiene como destino España, según explica Gian Carlo Michellone, consejero delegado del CRF. Esta sociedad facturó 110 millones de euros el pasado año -una tercera parte con clientes ajenos a Fiat- y se adjudicó 177 programas de la Unión Europea, con lo que ya tiene más de 300 proyectos comunitarios en marcha, la mayoría relacionados con el medio ambiente.

Entre los socios nacionales del CRF figuran compañías como CASA, Indra, Nicolás Correa, Sidenor, Acerinox, GMV y CLH; universidades como la Carlos III, Politécnica de Valencia, de Catalunya, del País Vasco y Pontificia de Comillas, y organismos públicos como el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).

Programas locales

'España se está convirtiendo en un lugar importante' para CRF, asegura Michellone, 'y continuaremos seleccionando aquí a gente que lo hace muy bien'. A la vista del volumen de proyectos en España -que se suma a un acuerdo estable suscrito con la Universidad Rey Juan Carlos-, la filial de Fiat, con sede central en Orbassano (Turín), decidirá en breve si abre una delegación en España para coordinar sus programas locales.

Algunos de estos programas, como tres que se realizan con Indra y GMV, están relacionados con el proyecto Galileo (la alternativa europea al sistema de satélite GPS); otros trabajan en motores de bajo consumo y en sistemas de seguridad y ahorro de energía. A la telemática (transmisión de datos a distancia) se le buscan utilidades en el automóvil como la respuesta automática en casos de emergencia o los controles preventivos de mantenimiento.

Uno de los proyectos estelares en España es el estudio, junto al INTA y el Ciemat, del motor de pila de combustible, una tecnología en la que el grupo Fiat fue pionero. Estos propulsores consumen hidrógeno que, en contacto con el oxígeno del aire, produce energía no contaminante. Pero Michellone no quiere generar demasiadas expectativas a corto plazo: 'Para que fuera la solución final a la contaminación haría falta una fabricación masiva de coches y autobuses, y habría que producir el combustible, el hidrógeno, de una forma segura, ecológica y competitiva en costes'. Nada que vaya a resolverse a corto plazo. Se prevé que en el año 2020 usarán esta tecnología entre un 1% y un 2% del parque automovilístico mundial.

Para este experto, la solución a la contaminación más cercana vendrá por la combinación de tecnologías ya disponibles: en el corto plazo, los motores de gas, y en unos 10 años, los motores híbridos, que combinan motores de combustión interna y eléctricos y resultan un 50% menos contaminantes. 'Los coches híbridos van a ser una revolución social', vaticina.

A ese combate a la contaminación urbana acudirá la telemática, que, como explica Michellone, permitirá ordenar el tráfico y acabar con los atascos con el envío de mensajes a los vehículos.

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