_
_
_
_
La enoteca

Un nuevo concepto

Irremediablemente unida a sus claretes, Cigales, tierra del Duero y de cepa, no podía sino ser otra zona que está reorientándose hacia vinos de altísima calidad

La pequeña zona vitivinícola de Cigales abarca una comarca de 30 kilómetros de largo por 15 de ancho, al norte de Valladolid. Recorrida por el río Pisuerga, la denominación se encuentra bajo el influjo del Duero, con un clima continental y grandes oscilaciones térmicas características de las tierras recorridas por este río, todas ellas famosas por la calidad de sus vinos. Los profundos cambios climáticos no preocupan a los viticultores, que alaban el clima de la zona por ser menos frío que el de su vecina Ribera del Duero y menos mediterráneo que el de Toro. El viñedo ocupa unas 3.000 hectáreas y se sitúa entre los 700 y los 900 metros de altitud, un factor clave para dotar a sus caldos de finura y elegancia, y los suelos son profundos y poco ligeros, de arenas, arcillas y calizas.

De manera inexorable, el pasado ha vinculado a Cigales con el vino clarete. Una identidad asumida tras la moda francesa del vino Clairet que llega a esta comarca en el momento más propicio. La fama del clarete, elaborado con mucha uva blanca y poca tinta, hizo prosperar al mercado vinícola de Cigales. Pero años después, cuando los gustos del consumidor derivaron hacia otros destinos, la comarca quedó sumida en un largo sueño del que actualmente ha conseguido despertar. Aun así, este despegue ha sido complicado debido a factores como el limitado mercado de los rosados y también por la dificultad que genera a la hora de elaborar tintos el tener infinidad de parcelas con un puñado de variedades de diferente calidad enológica y dispares ciclos vegetativos.

En ese renacer mucho han tenido que ver bodegueros como Carlos Moro, creador del grupo Matarromera, que puso sus ojos en esta tierra y adquirió una pequeña bodega para elaborar tintos con tanta estructura y futuro como sus propios riberas.

Con la tinta del país (tempranillo) como estandarte, Cigales tiene todos los ases en la mano para conseguir emular a sus compañeros de Ribera del Duero, Toro y Douro. La segunda variedad en importancia es la garnacha tinta. Con ambas, las posibilidades de desarrollo asociadas a la producción de tintos son infinitas. Las posibilidades vinculadas al rosado son menores debido a la competencia de Valencia y Navarra y a la menor demanda del mercado. Con la reconversión de fines ha llegado la renovación tecnológica y del campo, que ha pasado por nuevas plantaciones de viñedo hacia tinto fino y la dotación de infraestructuras modernas de elaboración, con tanques de fermentación con temperatura controlada y utilización de roble en la crianza.

Los viticultores de la zona buscan mejorar las características organolépticas de sus rosados y tintos de una forma paulatina y racional, sin dejarse llevar por las modas. Así, su clarete tradicional, criado en roble, ha dado paso a claretes jóvenes más actuales y a tintos con potencia, estructura y cuerpo. Para la elaboración de rosados el consejo exige un mínimo del 60% de tinto fino y menos de un 20% de las variedades blancas. Se distingue así entre Cigales Nuevo, que es un vino del año; Cigales, que se comercializa un año después de la cosecha, y Cigales Crianza, con un envejecimiento superior a dos años, con seis meses mínimo de barrica. Los tintos deben elaborarse con un mínimo del 85% de tinto fino y garnacha tinta, envejeciendo dos años -uno al menos en barrica- para considerarse crianza.

Si Toro fue el punto de mira de muchos bodegueros hace unos años, Cigales está experimentando el mismo camino, con proyectos tan innovadores como costosos que se consolidan con vinos como los que proponemos a continuación.

César Príncipe Tinto cosecha 2000

 

Ignacio Príncipe, continuador de una saga de viticultores, ha puesto en marcha esta bodega contando con suelos envidiables y climatología propicia. El vino procede de viñedos con una edad media superior a los 60 años. Es una total novedad en el mercado, ya que estará disponible a partir de mayo. Un vino color rojo cereza picota madura con ribete violáceo, muy vivo. Aromáticamente es complejo y muy fragante, destacan notas de frutas negras muy maduras, recuerdos lácticos, especiados y a maderas nobles. En boca es amplio, sabroso, maduro y con gran concentración, con taninos nobles y dulces y un gran peso de fruta madura. Acompañar con lomo de venado y magret de pato a la brasa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bodega: César Príncipe. Crianza: 15 meses en barricas de roble americano y francés. Variedades: tempranillo. Cosecha: 2000 -muy buena-. Temperatura: 17º C. Precio aproximado: 13 euros.

Valdelosfrailes Prestigio Tinto cosecha 1999

 

Valdelosfrailes, de Carlos Moro (artífice de Matarromera), es una coqueta bodega donde el enólogo y propietario elabora sólo con tinta fina de sus propios viñedos, en Cubillas de Santa Marta. El vino ha realizado una larga maceración y una crianza en barrica nueva de roble americano, y presenta un color rojo cereza guinda con ribete granate, vivo y brillante. En nariz nos trae elegantes recuerdos frutales -frutillas del bosque-, notas minerales, recuerdos anisados y suaves ecos tostados. En boca se muestra bien estructurado, armonioso, con un paso de boca amplio y expresivo. Un tinto que acompañará, por ejemplo, un carré de cordero asado con zanahorias glaseadas o un conejo confitado con salsa de ciruelas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bodega: Valdelosfrailes. Crianza: 14 meses en roble nuevo americano. Variedades: tinta fina. Cosecha: 1999 -muy buena-. Temperatura de servicio: 18º C. Precio aproximado en bodega: 11,75 euros.

Traslanzas Tinto cosecha 1999

 

En un pago de 3 hectáreas en Mucientos se cultiva un viñedo de tinta del país, hincado en 1945, cuya baja producción (menos de un kilo por cepa) produce una uva de alta concentración. En su elaboración, largas maceraciones y una estancia cercana al año en barrica bordelesa de roble. Tinto color rojo cereza picota madura con ribete violáceo. En nariz se muestra complejo y elegante, sobresaliendo notas de frutas negras maduras, recuerdos balsámicos y de regaliz. En la fase gustativa es carnoso, sabroso y excelentemente estructurado, mostrando una marcada concentración frutal con un tanino de calidad, aterciopelado y poderoso. Acompañar con carrillera de novillo rellena de hongos y hojaldre de cabrito con trufas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bodega: Traslanzas. Crianza: 12 meses en roble nuevo americano y francés. Variedades: tempranillo. Cosecha: 1999 -muy buena-. Temperatura: 17º C. Precio aproximado en bodega: 18 euros.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_