Blinker se expande en Francia, donde creará un centro logístico en dos años
Blinker, empresa de comercialización de pequeños repuestos para el automóvil y otras industrias, ha dado el salto al mercado francés. Tras romper su alianza en ese país con Mega 6, la alicantina acaba de abrir oficinas propias en Perpiñán para atender el sur del país y proyecta construir un centro logístico en la región central, que será clave para la expansión europea.
Presume de que 'cada mes se incorporan 15 o 20 empleados', pero Luis García Valdecasas, máximo ejecutivo de Blinker, no se inquieta por el ritmo de crecimiento de su empresa, nacida en 1993 de un modesto almacén en Alicante convertido en 'un ejemplo de robotización'. Desde allí la empresa sirve productos químicos y de fijación y montaje a clientes en tres países.
Con el negocio creciendo al 30% anual -este año rozará los 30 millones de euros de ventas- la empresa apuesta por el mercado francés como continuación de una expansión internacional iniciada en Portugal hace dos años y que podría extenderse a más países a partir de 2005.
Blinker se especializó en materiales difíciles de encontrar en plazos breves que demandan los profesionales de talleres del automóvil. Amplió sus actividades a la construcción y el mantenimiento de instalaciones, una rama llamada a ser predominante.
La mitad de esos productos son importados de Europa y Extremo Oriente, pero igual que los españoles se venden bajo la marca Blinker.
La compañía ya estuvo presente en Francia asociada a la empresa local Mega 6, con la que compartió oficinas en Estrasburgo. Pero esa alianza no alcanzó el tamaño deseado y Blinker ha decidido empezar otra vez, ahora en solitario. Desde la oficina en Perpiñán abierta este año, la empresa atiende pedidos en la zona mediterránea francesa, que incluye importantes núcleos urbanos, como Marsella, Toulouse, Niza y Lyón.
Esta limitación geográfica se debe a que por ahora se envía el producto desde Alicante, aprovechando las buenas comunicaciones por autopista. Pero, según el gerente de Blinker, en dos o tres años se habrá dado un 'segundo salto': la construcción de un almacén propio en un lugar céntrico de Francia para cubrir todo su territorio.
La ubicación se decidirá en función de las comunicaciones y de las ayudas públicas para zonas en declive. Por lo pronto, la filial francesa prevé facturar en 2002, su primer año de vida, más de dos millones de euros.
García Valdecasas asegura que la empresa podrá dedicar más esfuerzos a su crecimiento exterior dentro de unos meses, cuando concluya la ampliación iniciada en el almacén central en Alicante, en el que se han invertido tres millones de euros, incluida la reciente compra de 16.000 metros cuadrados de terreno. Blinker cuenta con otro almacén en Las Palmas para el mercado canario y uno menor, de repuestos rápidos, en Sintra, cerca de Lisboa.
En España la empresa facturó 20,4 millones de euros el pasado año, un 30% más que en 2000, y este ejercicio espera alcanzar 24,5 millones. El beneficio neto fue de 1,8 millones, con 500 empleados. En Portugal se facturaron 2,1 millones, que se prevén aumentar hasta tres este año.
Este rápido crecimiento se explica por el aumento del parque de automóviles y por la diversificación. Si todavía el 75% del negocio está vinculado al automóvil y un 25% a otras industrias, la empresa espera invertir esos porcentajes en tres o cuatro años.
El capital de Blinker está en manos de sus fundadores: García Valdecasas, de 38 años, y su socio, José Antonio Ferri, de 40, quien es director de compras. Ninguno quiere aparecer como presidente 'porque ese puesto sería para figurar'. Descartan dar entrada a otros accionistas y su filosofía es crecer en solitario.