La esperanza retorna a EE UU
La confirmación de la recuperación económica devuelve el optimismo a los mercados estadounidenses. Los gestores, aun así, no esperan revalorizaciones superiores al 10%
La esperanza ha regresado a las Bolsas. Los últimos datos económicos y las recientes palabras de Alan Greenspan parecen confirmar que Estados Unidos ha salido de la recesión y que la economía ha reiniciado el crecimiento que perdiera a finales del año pasado. Las Bolsas estadounidenses ya se han hecho eco de los últimos acontecimientos con revalorizaciones interesantes. En lo que va de año, por ejemplo, el índice S&P 500 acumula una revalorización que ronda el 5%. Los fondos que invierten en Estados Unidos también han reaccionado al alza, con revalorizaciones desde enero cercanas al 4%. 'Las señales macroeconómicas siguen indicando una recuperación', apuntan en Pioneer Investments. 'El rally reciente en los mercados ha paliado las pérdidas de enero y refleja el optimismo en torno a que la recuperación será rápida', añaden.
Los analistas de Merrill Lynch coinciden en esto último: 'El crecimiento de la productividad es asombroso y significa que los márgenes de beneficio han empezado a aumentar y que los beneficios están iniciando una aceleración'. En el cuarto trimestre de 2001, la productividad en Estados Unidos se revisó al alza, hasta el 5,2%, con lo que los costes laborales unitarios descendieron al 2,7%. Paralelamente, el gasto de los consumidores está creciendo gracias a la fortaleza de las ventas de los grandes almacenes y de automóviles, y el paro registró una caída desde el 5,6% al 5,5% en febrero. Gestores y analistas han recibido con optimismo todos estos datos, aunque sus perspectivas para los próximos meses no están exentas de cierta cautela. No en vano, aseguran, la economía estadounidense ha experimentado una recesión leve, con lo que la recuperación será del mismo cariz. 'Los beneficios empresariales en Estados Unidos podrían crecer entre un 5% y un 8% en 2002, aunque con mayor fuerza en el segundo semestre', explica John Stainsby, director de carteras norteamericanas de JP Morgan Fleming. Este experto, como muchos otros, tiene sus dudas en torno a la envergadura de las revalorizaciones de los mercados en los próximos meses. Son muchas las gestoras que descartan subidas de los índices de dos dígitos, como en el pasado. 'Las valoraciones del mercado ya están descontando una recuperación en el segundo semestre de 2002. Los valores estadounidenses de Estados Unidos permanecerán volátiles, pero crecerán este año entre el 5% y el 10%', añade Stainsby. 'La reciente volatilidad puede crear oportunidades significativas de inversión para el inversor paciente y riguroso'.
La sensación entre la mayoría de los gestores es de que la renta variable estadounidense está cara con respecto a otros mercados y dadas las perspectivas de crecimiento de beneficio de las compañías. De ahí la sensación de que el margen de crecimiento bursátil es bastante limitado, aunque interesante. 'Mantenemos la posición neutral en renta variable norteamericana', aseguran en BNP Paribas Private Bank. 'La persistente incógnita en la calidad y nivel de beneficios empresariales hace que, de momento, consideremos prematuro un mayor aumento de nuestra posición en renta variable', continúan.
Paralelamente, existe un acontecimiento que no ha pasado desapercibido a ningún gestor, como es el de la quiebra de Enron, la mayor de la historia. Aun así, y aunque los expertos reconocen que ha creado incertidumbre en el mercado, muchos de ellos consideran este episodio un hecho aislado, que no debiera afectar la evolución de las Bolsas a medio y largo plazo. 'La reciente confusión en torno a las prácticas contables de algunas empresas crea incertidumbre sobre los beneficios pasados y sobre los futuros. Por el momento, pensamos que estos sucesos no suponen un riesgo sistemático, sino una sucesión de hechos', subrayan en ING Investment Management. Para los analistas de BNP Paribas, no obstante, el efecto Enron parece necesitar más tiempo para borrar el síndrome provocado.
John Stainsby, gestor de JP Morgan Fleming, reconoce que la contabilidad estadounidense es compleja y frecuentemente poco transparente. 'Pero las acusaciones de que las empresas venden humo son muy exageradas', matiza.
El entorno de recuperación estadounidense es positivo para la Bolsa. La coyuntura es propicia para las revalorizaciones, pero dentro de un orden, sin las subidas que experimentaron los índices en 1999, cuando se formó la burbuja tecnológica. Por esa razón, muchos gestores están fijando sus objetivos de inversión en compañías de elevada capitalización con beneficios estables y recurrentes. Los expertos ya han comenzado a rotar sus carteras desde los valores defensivos que han predominado en los últimos meses hacia otros de corte más cíclico y de crecimiento. 'Creemos que hay que mantener la diversificación entre clases de activos (acciones, bonos y activos de alta liquidez), poniendo énfasis en las acciones de compañías con sólidas perspectivas de beneficios y valoraciones razonables, y manteniendo suficiente liquidez como para sacar provecho de los nuevos líderes que probablemente surgirán en los próximos meses', explica en un informe Steven R. Narker, director de análisis de clientes privados de Merrill Lynch. 'Aunque estos consejos pueden resultar conocidos, creemos que sitúan a los inversores en la dirección correcta: la de subida'.