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Tras Enron

Bush propone medidas para evitar los resultados de empresa falsos

El presidente de EE UU, George W. Bush, propuso hoy duras medidas contra los ejecutivos que falseen los resultados de sus empresas, un intento de frenar el descontento por el "caso Enron" y la actuación de los directivos de esa empresa.

Las 10 propuestas del plan de Bush suponen un cambio importante con respecto a las actual mentalidad de muchos ejecutivos estadounidenses. "La reforma debe comenzar por arriba. El director ejecutivo tiene una responsabilidad diaria de supervisar toda la empresa, y por ello Siene una responsabilidad especial de servir a los intereses de los accionistas", remarcó el presidente.

Las nuevas medidas intentan evitar una amplia serie de abusos de directivos empresariales, todos los cuales parecieron darse cita en el caso de Enron.

Así, propuso hoy que los directivos que hayan recibido grandes salarios y bonificaciones tras emitir declaraciones engañosas sobre beneficios o la salud financiera de las empresas, serán obligados a devolver ese dinero si se descubre algún tipo de fraude o engaño.

En Estados Unidos es muy frecuente que directores ejecutivos y presidentes de las grandes compañías reciban más dinero en función de los resultados inmediatos del año en curso, un incentivo para que algunos a inflen resultados para lograr más bonificaciones.

"Tenemos que garantizar que cuando hay una rectificación de beneficios que puede achacarse a errores de los directivos, esos directivos no puedan beneficiarse", explicó una fuente gubernamental.

Otra medida propuesta señala que, cuando los ejecutivos compren o vendan acciones de sus empresas tendrán que declarar esas operaciones incluso en dos días, mientras que esas prácticas ahora pueden necesitar hasta un año para conocerse. "No se debe permitir a los directivos negociar acciones de su compañía en secreto", afirmó Bush.

La tarea de las empresas de auditoría, también protagonista del escándalo de Enron, no quedó fuera de las medidas. La propuesta señala incluye un mayor escrutinio de la labor de las auditoras, incluyendo nuevas prohibiciones acerca de que esas empresas realicen a la vez trabajos de revisión de cuentas y consulta de negocios a sus clientes si ese trabajo compromete su independencia como auditores.

"Debemos adoptar mejores estándares de divulgación de datos y de prácticas de contabilidad para todas las empresas de EEUU, a fin de notificar a los accionistas y al público inversor", afirmó Bush.

Otras medidas aumentan la capacidad a los accionistas para acceder a las cuentas de las empresas, que la Comisión del Mercado de Valores (SEC) prohíba que los ejecutivos implicados en prácticas fraudulentas vuelvan a ocupar altos puestos en otras empresas o que los auditores exijan a los directivos "los mejores métodos" a la hora de realizar la contabilidad de las empresas.

El presidente no mencionó directamente el caso de Enron, cuyos directivos apoyaron económicamente sus campañas políticas, y en su lugar se refirió repetidamente a la necesidad de mejorar el funcionamiento del capitalismo en defensa de accionistas e

inversores.

Enron, que protagonizó en diciembre la mayor quiebra de la historia de Estados Unidos, tuvo numerosos lazos con Bush y miembros de su gobierno y campaña, y el anuncio de hoy es un nuevo intento de marcar distancias con la discutida empresa.

Mientras tanto, el secretario del Ejército, Thomas White, se encuentra bajo el fuego de un comité del Senado por incumplir sus compromisos con la Oficina de Etica Gubernamental acerca de inversiones privadas que podían constituir un conflicto de

intereses.

White, un ex directivo de Enron, mantuvo sus acciones de Enron y opciones para la compra de más títulos hasta nueve meses después de comprometerse a que se desharía de esas inversiones.

Además, tampoco informó de que había recibido un pago anual en concepto de su jubilación de Enron, y ha reconocido que desde que llegó al cargo se ha reunido en más de 30 ocasiones con directivos de la compañía.

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