Competitividad en la era del euro
La presidencia española de la UE impulsará una reforma de los instrumentos de apoyo a la actividad y el negocio de la pyme, orientada hacia la globalización y el desarrollo tecnológico
El nuevo entorno económico y social que se deriva de la plena entrada en vigor de la unión monetaria europea y la circulación física del euro, además de las exigencias que impone la imparable globalización, abren un nuevo escenario competitivo para las empresas europeas, en especial para las pymes, cuyos retos y amenazas exigen un replanteamiento de las estrategias empresariales y de los instrumentos específicos de apoyo de las Administraciones a nivel local, nacional y comunitario.
Consciente de que la Unión Europea es 'esencialmente un territorio de pymes', como la define el profesor José Antonio Maroto Acín en un reciente estudio publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), en el que el 99,8% de su tejido empresarial (más de 19 millones de empresas) son pequeñas y medianas, la presidencia española de la Unión Europea ha hecho de la mejora de la competitividad de las pequeñas y medianas empresas europeas, en general, y de la españolas, en particular, uno de sus objetivos prioritarios para este semestre.
Con este fin, el Ministerio de Economía español ha elaborado un documento para su debate en el encuentro previo a la Conferencia de Ministros de la UE que se celebrará entre los próximos días 22 al 25 de este mes, en el que se propone una serie de actuaciones orientadas a mejorar la posición en el mercado de las pymes a través de la formación, la información, el desarrollo de nuevos productos y servicios, la simplificación administrativa, la dimensión empresarial y la cooperación y la internacionalización.
En el capítulo de la formación, la propuesta española parte de la base de que los recursos humanos constituyen 'uno de los activos más importantes de la empresa', a pesar de que en España sólo una de cada tres pymes reconoce la trascendencia de la capacitación de los trabajadores y del propio empresario como gestor en el éxito de su negocio.
Para superar esta carencia, el documento propone, entre otras medidas, el diseño de planes específicos de formación para cada sector de actividad, impulsar una formación gerencial básica para cualquier empresa, con independencia de su sector de actividad, desarrollar experiencias piloto que permitan disponer de resultados trasladables a otros ámbitos empresariales, fomentar el acceso a las nuevas tecnologías de la información y acercar a los estudiantes de colegios, institutos y universidades a la cultura empresarial.
Con esta última medida se pretende potenciar el espíritu empresarial, 'en general débil en Europa', y prestigiar, al mismo tiempo, la figura y la condición del empresario.
El importante déficit de información que tienen la inmensa mayoría de las pequeña y medianas empresas españolas es el segundo gran objeto de debate del los empresarios y los ministro europeos y en el Consejo de Toledo.
A este respecto, el documento elaborado por la Secretaría de Estado de Economía, que dirige José Folgado, hace especial énfasis en las posibilidades que ofrece la información electrónica y en la necesidad de que la telemática (la informática combinada con las telecomunicaciones) se configure como un elemento estratégico en el desarrollo de las inicitivas empresariales. Para ello se insiste en el desarrollo de redes de centros de información que faciliten el acceso electrónico de las pequeñas y medianas empresas a temas de interés para su actividad, impulsando la conexión de la pyme con organismos y asociaciones que trabajen en su beneficio.
Algunas de las medidas propuestas son: integración de los diversos servicios de apoyo a la pyme, como la financiación, la legislación laboral, mercantil y fiscal, las ayudas y subvenciones, las oportunidades en los mercados exteriores, la elaboración de un plan de empresa o la gestión de los trámites administrativos. Creación de una red de oficinas distribuidas por todo el territorio desde la que prestar los servicios adaptados a los emprendedores y a las pyme. Y el desarrollo de productos de información adaptados a los nuevos emprendedores de la pyme.
Para el Gobierno español el comercio electrónico representa también un factor esencial en el ámbito de la competitividad de las empresas y 'la puerta de acceso de la pyme al comercio y los mercados mundiales', puesto que al favorecer la difusión del producto y servicios da valor a la diversidad del tejido productivo. Se considera, así, fundamental que las pyme puedan tener acceso al comercio electrónico con el fin de poder explotar más globalmente los nichos de mercado tradicionales y beneficarse de la supresión de los obstáculos para el acceso a los mercados que ofrece esta actividad.
Internacionalización y tamaño empresarial
Para ser competitivas, las empresas deben estar en condiciones de abordar nuevas técnicas, pero también dispuestas a renovar sus estructuras y a reorganizar sus recursos humanos y sus métodos de gestión. Bajo esta premisa y reconociendo que en este campo 'Europa se encuentra por detrás de sus principales competidores, especialmente de EE UU', las prioridades de la UE se dirigen a impulsar la coherencia de las políticas de innovación y la definición de un marco normativo que propicie la innovación, el fomento de la creación y el crecimiento de empresas innovadoras, la mejora de interfaces clave en el sistema de innovación y el estímulo del diálogo entre investigación, empresa, Gobierno, grupos de interés y ciudadanía.
Más allá de la innovación, la escasa dimensión de las pymes europeas es otra de las debilidades a superar en un mercado global, cuyos problemas se ponen especialmente de manifiesto en la figura del empresario autónomo. En este sentido, la presidencia española considera que una estrategia especialmene adecuada para paliar las dificultades derivadas de la escasa dimensión empresarial es la cooperación, para cuyo desarrollo se plantean actuaciones dirigidas al desarrollo conjunto de programas de colaboración entre la Administración y las organizaciones empresariales, impulso a las líneas de apoyo para proyectos de cooperación y la canalización de ofertas y demandas de cooperación.
Finalmente, la presidencia española da una relevancia especial a las políticas de internacionalización empresarial. Históricamente, recuerda el documento de Economía, 'las empresas españolas no se han caracterizado por alcanzar unas tasas de exportación similares a las de sus homónimas comunitarias. Por ello, se proponen actuaciones dirigidas a difundir los instrumentos existentes de apoyo a la salida al exterior de las empresas, adecuación de los programas actuales, fomentar los foros de cooperación para búsqueda de socios extranjeros y una gestión adecuada de las demandas y oportunidades de negocio en los mercados internacionales.
La exportación, asignatura pendiente
A pesar del esfuerzo realizado en los últimos años, la internacionalización sigue siendo la asignatura pendiente de las pequeñas y medianas empresas españolas. Los datos de la última encuesta realizada por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) muestran cómo a final de 2001 tan sólo el 9% de las pymes se consideran totalmente internacionalizadas.
Abundando en esta carencia, el Estudio Empresarial Europeo sitúa a España en el último lugar entre los Quince en proporción de pymes exportadoras, con sólo el 41% del total. Una tasa inferior en nueve puntos a la media europea y por debajo de países como Alemania (42%), Portugal (46%) y Francia, Suecia y Reino Unido (49%), que son los inmediatos predecesores.
A pesar de esta precaria situación en número, las pymes españolas figuran entre las primeras de la Unión en cuanto al peso de sus ventas exteriores sobre la facturación total. En concreto, para el 22% de las empresas que exportan en España su facturación exterior supera el 25% de su facturación total. En este apartado, sólo Luxemburgo y Suecia superan con el 25% de sus pymes cada uno la tasa española.
En coincidencia con sus homólogas del resto de la UE, las pymes españolas hacen de los mercados comunitarios su principal destino exportador, seguido por el norte de África y América Latina. La cercanía geográfica y cultural son factores esenciales en las estrategias de diversificación de mercados de las empresas europeas.