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Tribuna
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Respirar aire limpio es rentable

A lo largo de la última década se ha generado en EE UU un amplio y polémico debate sobre la calidad del aire que se respira en el interior de los edificios comerciales. En España este debate acaba de empezar, como demuestran la aparición mediática de asuntos relacionados con el aire interior, la creciente incidencia de casos de legionela, la inquietud ante el aire que se respira en las instituciones sanitarias o la evidente vinculación entre la calidad del aire interior y el incremento de las enfermedades profesionales. Todo ello está generando una honda preocupación en las fuerzas sociales y, poco a poco, en las distintas administraciones.

A pesar de ello, la postura que están adoptando las empresas y los dueños de edificios de oficinas es sorprendentemente reactiva, cuando la realidad es que, a poco pro activas que fueran, este problema redundaría en muchas ventas y oportunidades de negocio.

De acuerdo con el National Energy Institute (Nemi), en edificios sanos se puede incrementar la productividad de la plantilla mejorando las condiciones ambientales, como mínimo, en un 1,5%. En edificios con algún tipo de deficiencia, los incrementos pueden alcanzar incluso mejoras de entre el 7% y el 9%. Según el Buildings Owners and Managers Association (Boma), dichas mejoras pueden llegar a representar un incremento en la productividad superior al 10%.

Hacer una aproximación de lo que una empresa pierde o deja de ganar por estas causas no es un ejercicio complejo. Basta con calcular el coste persona-metro cuadrado-año y, utilizando el escenario más conservador (1,5% o 2%), se obtendrá el coste de la productividad perdida.

La estimación más generalizada, la que sostienen la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Medioambiental Americana, apunta que al menos un tercio de los edificios de oficinas no reúnen las condiciones ambientales interiores adecuadas. Mejorar la productividad en un 5% o un 7%, mediante un aire más limpio, supondría para estas empresas una enorme cantidad de dinero que en la actualidad están dejando de percibir.

Hay que tener en cuenta que, según los estudios más recientes de la Boma, los inquilinos de oficinas en EE UU confieren la misma importancia a la renta del alquiler mensual que a la calidad del aire interior del local que ocupan. Aquellas empresas inmobiliarias que ofrezcan un producto limpio obtendrán una mayor fidelidad por parte de sus clientes y se diferenciarán de su competencia.

Las soluciones son varias, ya que los problemas son muchos y complejos. En cualquier caso, lo que resulta evidente, según el Berkeley National Laboratory, es que las ventajas que genera la solución de estos problemas exceden en 14 veces su coste.

En definitiva, disfrutar de un aire interior de calidad no sólo conlleva una mejora en la salud de los ocupantes y aumenta el contento laboral, sino que, como se ha expuesto, impacta de manera directa en la productividad de las empresas.

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