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Revista de Prensa

Billones de dólares evaporados

En sólo un año (...) se han evaporado cuatro billones de dólares de las arcas federales estadounidenses, consumidos por el recorte de impuestos del presidente (y del Congreso), el aumento del gasto y la recesión (...).

El año pasado, cuando se debatía el recorte, la Administración dijo que había suficiente dinero para que el Congreso tomara su parte (...). Es decir, que se podían recortar impuestos, incrementar el gasto en defensa (...), pagar la deuda nacional y cubrir las pensiones y la seguridad social para el retiro de la generación del baby boom. Para 2006, estimaba el año pasado la Oficina Presupuestaria (CBO), el Gobierno podrá pagar toda la deuda federal (...).

Ahora la CBO dice que la deuda no se podrá pagar hasta finales de esta década (...). La Administración (...) sólo propone acelerar algunos recortes de impuestos y atacar a quienes se opongan. Pero había razones para cuestionar los primeros recortes y existen más ahora. Cuatro billones.

The Washington Post, Washington

La deuda pesa en la recuperación de EE UU

Los últimos datos sugieren que la recesión de EE UU puede estar a punto de terminar (...). Pero los excesos de los noventa, sobre todo en la deuda de los hogares y las empresas, planean todavía peligrosamente. Como un pájaro que se ha inflado a comer gusanos, la deuda de la economía estadounidense pesa mucho como para airearse totalmente.

Esto podría ser un gran revés para la economía mundial (...). En todo caso, (...) la inflación se elevó sólo un 1,6 % en 12 meses, hasta diciembre, y puede caer en el futuro (...). Por primera vez desde los años treinta, el problema no es demasiada inflación, sino, quizá, demasiado poca inflación (...). Una caída continuada de la inflación implica que los tipos de interés reales subirán si los tipos nominales se mantienen invariables. Esta es la razón por la cual la Reserva Federal debería, de nuevo, recortar tipos.

The Economist, Londres

El mundo después de Enron

Una era post-Enron está comenzando y aquellos directivos y políticos que se pierdan este cambio pueden sufrir mucho. Enron cruzó claramente la línea, pero era una línea sobre la que el país ha estado caminando durante una década (...). Los inversores demandan una nueva integridad de los jefes ejecutivos y las cuentas que presentan.

El próximo impacto puede recaer sobre el mundo político, al cuestionar los votantes la conexión entre las grandes compañías y la política (...). En 1910, Theodore Roosevelt dijo que 'nuestro Gobierno (...) debe librarse de la siniestra influencia o control de intereses particulares'. Tras Enron, el presidente Bush debería tomar de corazón las palabras de Teddy.

Business Week, Nueva York

Una solución para salir del 'corralito'

Si no se sale del corralito [las restricciones bancarias] cuanto antes, la economía y las instituciones argentinas se van a hacer pedazos y las conmociones sociales que pueden ocurrir en nuestro suelo seguramente harían parecer la guerra civil española, en comparación, como una travesura (...).

Habría que llegar a algún arreglo por el cual los bancos paguen a sus depositantes una parte en dólares en efectivo y otra en títulos emitidos en dólares, desde luego a cargo de los bancos y con las garantías que se convengan, con las condiciones de fecha de pago e intereses a que se llegue, partiendo del supuesto de que las actuales anunciadas por el ministro de Economía son inaceptables (...). Los depositantes tendrían títulos en dólares que podrían negociar en plaza, lo que les permitiría hacerse con dinero, ya que serían papeles buenos por la respetabilidad de quienes los emitieron.

Buenos Aires Económico (Juan José Guaresti), Buenos Aires

Stoiber aprende cómo ganar votos

Edmund Stoiber ha aprendido cómo puede ganarse a las masas. [El lunes pasado] apareció en la portada del Bild no hablando de política, sino de la 'preocupación' por su nieto enfermo. Y por la tarde presentó a su coordinador de campaña. No un estratega político, sino el durante años redactor jefe del diario Bild am Sonntag, Michael Spreng. Stoiber quiere alcanzar a sus rivales donde son más fuertes: la relación con los medios de comunicación.

Financial Times Deutschland, Berlín

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