Botín reclama al Gobierno de Duhalde "un plan creíble"
El presidente del Santander Central Hispano, Emilio Botín, reconoció ayer su "pesimismo" ante el futuro de Argentina y reclamó al Gobierno de Duhalde "un plan creíble, que permita un sistema financiero eficiente". El ministro de Economía, Rodrigo Rato, por su parte, dejó claro su apoyo a las "decisiones de solvencia" de la banca.
El presidente del Santander Central Hispano, Emilio Botín expresó ayer su "pesimismo" por la situación que atraviesa Argentina y reclamó "un plan creíble que permita un sistema financiero eficiente". Aunque eludió concretar si el banco tiene previsto abandonar el país, Botín aseguró que se muestra "pesimista porque la situación es muy delicada".
Botín, que realizó estas declaraciones en Logroño, donde firmó un convenio de colaboración con la Universidad de La Rioja, recordó que "es muy importante lo que la banca española ha hecho en Suramérica, porque para un país contar con un sistema financiero es lo más importante". Insistió en que pese al camino recorrido, éste no es el mejor momento. "Yo, desde luego, estoy pesimista, porque para un país contar con un sistema financiero es lo más importante" .
Los bancos españoles no están dispuestos a inyectar más fondos en Argentina ni a respaldar a este país si su presidente, Eduardo Duhalde, no cambia el plan económico de emergencia, que amenaza con llevar a la quiebra el sistema financiero. Los dos grupos han repetido hasta la saciedad que la apuesta por Latinoamérica, en general, y por Argentina, en particular, era una apuesta a largo plazo y han reafirmado en numerosas ocasiones su compromiso de permanencia en el país.
Pero el gravísimo deterioro de la situación puede modificar los planes, y se plantean abandonar el país si la situación financiera sigue deteriorándose y los bancos argentinos van a la quiebra. Esta posibilidad es conocida por el Ejecutivo español.
En el caso de que quiebre el sistema financiero y la crisis consuma los activos de los bancos, la única posibilidad es el cese de la actividad, ya que se ha descartado tajantemente la inyección de más capital por ambas entidades.
El Santander ha invertido en la banca argentina 1.900 millones de euros, y el BBVA, 784 millones, que pueden perder si el sistema financiero del país va a la quiebra. A pesar de la situación, ambos bancos han provisionado ya, con cargo al ejercicio de 2001, la inversión en Banco Río de la Plata del Santander (1.456 millones de euros) y el Banco Francés del BBVA. Además, ambas entidades son las más solventes de Argentina, con ratios BIS del 16% y del 20%, respectivamente.
El ministro de Economía, Rodrigo Rato, que mantiene contactos con ambos bancos, respaldó ayer "cualquier decisión que tomen para garantizar su solvencia", lo que incluye la posibilidad de abandonar el país. Y añadió que las decisiones que tomen no deben ser interpretadas como algo que va contra los intereses de ese país.
No obstante, Rato dudó de que los bancos españoles se vayan a retirar de Argentina, al considerar que han provisionado lo necesario para garantizar su estabilidad y sus inversiones. "Lo que necesita Argentina son inversores internacionales sólidos y solventes y, desde luego, los bancos españoles lo son", dijo el ministro.
Tampoco olvidó indicar que tanto el Gobierno español, como la Unión Europea y Estados Unidos están dispuestos a ayudar a Argentina, pero para ello es necesario que el Gobierno del país apruebe un programa económico "sólido, creíble y estable", que recupere la confianza en Argentina.
Turquía logra firmar un nuevo acuerdo con el FMI tras la reunión de Ecevit y Bush
El Fondo observa una mejoría en el diálogo con las autoridades argentinas
El ministro turco de Economía, Kemal Dervis, anunció ayer que su Gobierno firmará hoy la carta de intenciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un paso previo para que la institución internacional conceda al país un crédito extra de 10.000 millones de dólares (11.365 millones de euros).
Dervis se encuentra en Washington acompañando al primer ministro, Bulent Ecevit, en su gira por EE UU. La visita oficial concluyó ayer con una entrevista con el presidente de EE UU, George Bush. Ambos líderes se felicitaron por la mejora de las relaciones entre los dos países. Turquía ha jugado un papel clave en la ofensiva antiterrorista liderada por EE UU y el Gobierno de Ankara esperaba rentabilizar esa ayuda con el soporte económico estadounidense, como así ha sido.
Turquía sufrió en 2001 la mayor crisis económica en 50 años: la economía entró en recesión, la inflación se disparó, la fuga de divisas hundió al sistema bancario y la lira se depreció un 52%. El FMI tuvo que revisar dos veces sus programas de ayuda, elevando el crédito total a 19.000 millones de dólares (21.370 millones de euros). Si no surge ningún problema, cuando se apruebe el nuevo préstamo el país se convertiría en el primer deudor del Fondo.
Ecevit ha reclamado también que EE UU levante sus restricciones a las exportaciones textiles turcas y le ha propuesto firmar un acuerdo de libre comercio. Bush ha recibido favorablemente todas las sugerencias, al tiempo que ha solicitado al país asiático que juegue un papel clave en la pacificación de Afganistán.
En una situación muy diferente está Argentina. El FMI mantiene congelado desde diciembre su programa de ayuda para el país, ya que considera que las autoridades son incapaces de cumplir con los compromisos pactados.
No obstante, el portavoz del Fondo, Thomas Dawson, señaló ayer que la "calidad y la intensidad del diálogo" con el Gobierno argentino "ha mejorado" en las últimos contactos. Dawson afirmó que el FMI está prestando asistencia técnica al país, pero rechazó pronunciarse sobre la posibilidad de aumentar la ayuda.