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MEDIO AMBIENTE

AENA contrata la primera central eólica aplicada a un aeropuerto

El aeropuerto palmero de Mazo será el primero de España en autoabastecerse con energía eólica mediante una central que contará con dos aerogeneradores de 1.600 kilovatios de potencia cada uno. Antonio González García-Conde, director de energías renovables del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), asegura que esta iniciativa es "pionera en Europa y probablemente del mundo". El INTA tiene un convenio con Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) para estudiar la viabilidad de dotar a 10 aeropuertos de instalaciones de energías renovables.

La construcción de la central eólica del aeropuerto de Mazo, en la isla de La Palma, tiene un presupuesto de ejecución cercano a los seis millones de euros (1.000 millones de pesetas). Antonio González explica que lo curioso de esta actuación -que AENA aprobó el año pasado- es que, frente al modelo tradicional de apuesta por utilizar las energías renovables como un apoyo puntual para garantizar el suministro eléctrico, los dos molinos constituirán "la principal fuente de energía del aeropuerto, mientras que la red eléctrica servirá de apoyo".

El responsable de la división de energías renovables del INTA reflexiona: "Las aplicaciones de energía eólica son especialmente interesantes en las islas Canarias, porque se dan las condiciones necesarias de viento y carecen de una red eléctrica potente". De hecho, los estudios para instalar parques eólicos para el suministro eléctrico de los aeropuertos de Lanzarote y Tenerife-Sur "están bastante avanzados", afirma el responsable del proyecto INTA-AENA para la implantación de instalaciones de energías renovables, Jesús Maíllas.

La central eólica de La Palma aún no ha comenzado a dar servicio al aeropuerto, pero Maíllas calcula que esto se producirá "dentro de tres o cuatro meses", coincidiendo con la conclusión de las obras de ampliación de la terminal. El responsable del instituto asegura: "Sólo conozco un proyecto parecido de aplicación eólica en la ciudad irlandesa de Cock".

Emplazamiento singular

Uno de los principales motivos que impiden instalar centrales eólicas para garantizar el suministro eléctrico de los aeropuertos es que éstos suelen estar situados en terrenos llanos. De modo que, aunque se construyan a distancia de las pistas, es fácil que los aerogeneradores invadan el espacio aéreo y dificulten las maniobras de despegue o aterrizaje de las aeronaves, debido a su altura y la nueva superficie de reflexión de la luz que generan.

Por este motivo, se buscan emplazamientos singulares, como el caso de La Palma, donde el aeródromo está situado en una ladera, en cuya cota inferior se han levantado los molinos.

En el aeropuerto de Reina Sofía, al sur de Tenerife, se baraja otra aplicación curiosa de la energía eólica. Se pretende utilizar para abastecer una planta desaladora de agua marina. De decidirse finalmente su ejecución, habría que cambiar el emplazamiento de esta planta, que proporciona agua sanitaria al aeropuerto,

En Lanzarote, a pesar de que las mediciones de la potencia y frecuencia del viento son muy favorables, existen indicios de que los aerogeneradores puedan producir reflejos que entorpezcan las maniobras de los pilotos. Maíllas afirma que el informe de viabilidad estará listo "a principios de año".

AENA suscribió el convenio con el INTA para la realización de estos dos últimos estudios para la implantación de aplicaciones de energías renovables en abril de 2001. Además de en Tenerife-Sur y Lanzarote, se estudian actuaciones en los aeropuertos de Barcelona, Jerez de la Frontera, Melilla, Valladolid y en el madrileño de Cuatro Vientos.

Este convenio ha venido a ampliar uno anterior, de noviembre de 1998, por el que el INTA asumía la responsabilidad de estudiar las posibles aplicaciones en las islas de La Palma, Palma de Mallorca e Ibiza. Para ambos convenios, AENA ha destinado 2,12 millones de euros (353 millones de pesetas).

En ambas islas del archipiélago balear se ha descartado la construcción de facilidades eólicas. En Melilla y Jerez de la Frontera también se estudia esta posibilidad, pero Maíllas afirma que las perspectivas de que el proyecto prospere para el aeropuerto de la ciudad gaditana "no son buenas, porque no hay una intensidad constante del viento a lo largo del año que justifique la inversión".

Alternativas eficientes

En los casos en los que el proyecto de facilidades eólicas resulta desaconsejable, se evalúan otras alternativas, por lo general, para mejorar la eficiencia energética. En Palma de Mallorca y Jerez de la Frontera se ha pensado en un sistema de refrigeración del edificio de la terminal mediante energía solar, que, en el caso mallorquín, está pendiente de que AENA decida su instalación.

En Ibiza se ha propuesto construir una planta desaladora del agua de mar. Esta misma propuesta está prosperando en Lanzarote, donde Tecnología Canaria del Agua ha construido una planta con capacidad para desalar 350 metros cúbicos de agua al día, que podría entra en funcionamiento este mes.

Entre los proyectos de eficiencia energética en los 10 aeropuertos destaca el caso de Valladolid, donde se están produciendo evidentes pérdidas de calor en la nueva terminal de pasajeros. "La superficie de la terminal se ha multiplicado por tres, mientras que la factura energética lo ha hecho por seis", explica Jesús Maíllas.

En otros aeropuertos se estudian fundamentalmente aplicaciones de energía solar térmicas y fotovoltaicas.

 

La crisis aérea retrasará los proyectos ambientales

Los proyectos de aplicaciones de energías renovables, bioclimáticas y de ahorro y eficiencia energética en los aeropuertos españoles responden a una política de responsabilidad social de AENA, que, como ente público, pretende dar ejemplo de concienciación medioambiental. Para ello, es prioritario reducir las importantes emisiones contaminantes de las infraestructuras que gestiona. Sin embargo, la reciente crisis del sector aéreo no favorece la toma de decisiones para la ejecución de los proyectos pendientes.

El director de la división de energías renovables del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), Antonio González García-Conde, considera que "las inversiones en aplicaciones de energías renovables corren el riesgo de pasar a un segundo plano, mientras no se recuperen los flujos de navegación aérea". Sin embargo, insiste en que, "de momento, AENA no se está echando atrás en su intención de llevar a cabo los proyectos de que resulten viables en los 10 aeropuertos para los que estamos procurando el soporte técnico".

El convenio del instituto con el ente público está abierto a la adhesión voluntaria de nuevos aeropuertos. Corresponde al INTA el estudio de los posibles impactos de las instalaciones de energías renovables. Las centrales eólicas resultan especialmente complejas. Además de atender a las cuestiones de ruido, impacto paisajístico y posible invasión del espacio aéreo, hay que descartar la posibilidad de interferencias electromagnéticas con los instrumentos de los aviones.

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