Bruselas rebaja el crecimiento español de 2002 al 2% y el de la zona euro al 1,6%
La zona euro crecerá este año menos de la mitad que en 2000 y el deterioro de la situación económica se agravará en 2002, según las previsiones de la Comisión Europea publicadas ayer en Bruselas. El Ejecutivo comunitario, sin embargo, confía en que Europa esquive la recesión y apuesta por un rebrote de la actividad en 2003. El crecimiento en España se situará, según Bruselas, en torno al 2% en 2002, muy por debajo del 2,9% augurado por el Gobierno de Aznar.
Tras el FMI y la OCDE, las previsiones de la Comisión Europea confirmaron ayer el consenso internacional sobre un batacazo del crecimiento este año y una agónica recuperación para finales del año que viene. El comisario de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, confirmó ayer que "el mundo experimenta una desaceleración sincronizada (...) y la UE y la zona euro no pueden sustraerse a esta desaceleración".
La Comisión prevé para este año un crecimiento del producto interior bruto de la zona euro de sólo 1,6%, muy lejos del 2,8% previsto en primavera, pero mucho más del crecimiento del 3,4% alcanzado en el año 2000. El crecimiento registrará tasas negativas en el último trimestre de este año (del 0,2%), pero Bruselas espera un repunte de la actividad ya desde primeros de 2002. La recuperación definitiva, confía Solbes, debe esperar hasta 2003, siempre en función de una evolución positiva en EE UU.
Pero incluso el alicantino, optimista incorregible, barrunta riesgos en ciernes, y todos apuntan "principalmente a la baja". No es el menor, advierte Solbes, la falta de confianza de consumidores y empresarios, socavada por los acontecimientos del 11 de septiembre. Pero, además, el deterioro de la situación coincide con el afloramiento de desequilibrios importantes en EE UU, donde la tasa de ahorro es insólitamente baja y la economía tardará en digerir más de lo esperado la alegría inversora de los últimos años.
No habrá recesión
Europa, en cambio, afronta el incierto futuro, según la Comisión, con unas finanzas públicas saneadas que deben permitir, a corto plazo, una recuperación basada en la demanda interna. "No habrá recesión", sentencia Solbes.
Para España, estas previsiones de otoño de la CE auguran un crecimiento del 2,7% este año y 2% el que viene. El proyecto de Presupuesto para 2002 del Gobierno español marcaba un objetivo de crecimiento del 2,9%. La aspiración del Gobierno a preservar el equilibrio fiscal parece también inalcanzable. La Comisión prevé un déficit del 0,2% en 2002, aunque, como para el resto de la zona euro, considera que el proceso de consolidación presupuestaria no se encuentra en peligro.
En el caso español, el aumento de la presión fiscal (en IRPF, en IVA y en impuestos indirectos) evitará que el déficit sea mayor.
España puede esperar también un mejor comportamiento de los precios (inflación del 2,3% el próximo año) en línea con la zona euro. La creación de empleo, sin embargo, parece estancada, y el porcentaje de parados se mantendrá hasta 2003 en torno al 13%.
Alemania se estanca y Francia no toma el relevo
"Alemania es el país que ha tenido que corregir más a la baja sus previsiones de crecimiento", destacaba ayer la Comisión al hacer público sus pronósticos para 2002. "Es probable que crezca menos del 1% este año", afirma la Comisión, y la tasa puede repetirse en 2002. La economía alemana, la más expuesta de la zona euro al contagio exterior, no ha cejado de empeorar desde febrero de este año, dada la debilidad creciente de sus exportaciones en un contexto mundial en plena desaceleración. Bruselas tampoco prevé un mejor comportamiento en el consumo interno, y el aumento del desempleo puede reducir la renta de los hogares.
La principal señal de esperanza es que durante 2002 debe notarse ya el efecto de las reducciones en la carga fiscal introducidas por el canciller Gerhard Schröder. En Francia también se espera para el próximo año el alivio fiscal aprobado por el Gobierno de Lionel Jospin.
El consumo privado en Francia mantiene su dinamismo frente a la contracción de la inversión empresarial. La Comisión confía en que la actividad vuelva a su ritmo habitual la próxima primavera, pero sólo después de 15 meses de significativa debilidad.
La creación de empleo deberá esperar hasta mediados de año, y condicionado al restablecimiento del mercado mundial.
Para economías orientadas a la exportación como Francia o Alemania, Bruselas advierte que esta vez la salida de la crisis pasará por la demanda interior.