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POLÍTICA

Cascos se enfrenta a Aznar para que el congreso del PP debata la sucesión

El ex secretario general del PP Francisco Álvarez-Cascos, marginado por José María Aznar de los preparativos del XIV congreso del partido, reclamó ayer el derecho de los militantes a opinar sobre el relevo en el cartel electoral, lejos de aceptar la sugerencia que el presidente le hizo públicamente el domingo de zanjar este debate y dejar que el congreso previsto para enero se centre sólo en contenidos programáticos.

La firmeza con la que el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, volvió a reivindicar ayer el derecho de los delegados que acudirán al congreso del PP a opinar sobre quién debe ocupar el cartel electoral en las legislativas de 2004 revela las dificultades que está encontrando José María Aznar para eludir el debate sobre su sucesión a tres años vista y centrar el XIV congreso del PP previsto para enero en la búsqueda de los principales mensajes que el partido expondrá a los ciudadanos en la próxima década.

Álvarez-Cascos realizó el pasado sábado unas declaraciones a Europa Press en las que se mostró partidario de que el congreso del PP vuelva a proclamar a Aznar candidato. El domingo el presidente aprovechó un acto de partido para advertir al ex secretario general y a todos los que en el PP comparten su opinión, de que no ha llegado aún el momento de abrir este debate, animándoles a que se centren en los "objetivos de España", "más importantes que el PP, el barco y su tripulación".

Álvarez-Cascos no figura entre quienes dentro del Gobierno y del PP interpretaron las palabras de Aznar como una confirmación rotunda de que no se presentará a la reelección. De hecho, el ministro de Fomento dijo ayer en Oviedo que la respuesta de Aznar "deja la puerta abierta al debate" y se preguntó si los militantes del PP no tienen derecho a decir al presidente "lo que pensamos colectivamente" por si ello le motiva a "abrir una reflexión personal".

Álvarez Cascos aseguró que desconoce cómo reaccionaría Aznar "si la inmensa mayoría del partido o una mayoría muy cualificada del mismo" opina que no debe cambiarse el cartel electoral. En contra de lo que opina el presidente, Cascos considera que precisamente porque se ha convocado el congreso es el momento idóneo para debatir la sucesión, "el tema más relevante de los próximos tres años después del éxito en la gestión del Gobierno".

El enfrentamiento latente entre el ministro de Fomento y el presidente del Gobierno sobre los tiempos de este debate coincide con el malestar provocado en diferentes sectores del PP por la forma en que su secretario general, Javier Arenas, ha repartido los trabajos preparatorios del XIV congreso, marginando de los mismos al propio Cascos y a quienes, como en el caso del ministro de Presidencia, Juan José Lucas, esperaban tener un protagonismo destacado en esta reunión.

El poder de Arenas

Cascos no sólo se ha mostrado partidario de que Aznar repita en el cartel electoral. También ha defendido que el equipo que forme el futuro secretario general en Génova, 13, debe ser plural y no de estricta obediencia a una sola persona, en clara referencia a Javier Arenas.

Fuentes del PP destacan que esta salida a escena del ministro de Fomento coincide con dos hechos objetivos: el secreto que mantiene Aznar sobre sus planes, sin que haya dado pista alguna durante el reparto de juego precongresual y, en segundo lugar, la desorientación que reina dentro del partido entre quienes consideraban al vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, el mejor colocado para la sucesión y han cambiado de opinión tras analizar el daño político que le ha originado el caso Gescartera.

Arenas se alineó ayer con Aznar, con quien coincide al "cien por cien" en la idea de abortar el debate sucesorio y aislarlo del XIV congreso.

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