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Las peticiones de subsidio de paro reflejan la crisis de EE UU

Los datos que ofrece la economía estadounidense arrojan unas perspectivas negativas y con síntomas de prolongarse. Las peticiones de subsidio de paro alcanzaron hace dos semanas su mayor nivel en 18 años, al situarse en 3,6 millones. La venta de bienes duraderos cayó en septiembre un 8,5% y, pese a todo, los costes laborales crecieron un 4,1% en el tercer trimestre.

El mercado laboral estadounidense experimenta un grave deterioro que, de prolongarse, corre el riesgo de retrasar aún más la esperada reactivación de la primera economía del mundo. Las dificultades para encontrar empleo reducen de inmediato las decisiones de compra y, con ello, la producción empresarial y la actividad de las industrias. Todo un panorama abocado a una recesión prolongada.

El Departamento de Trabajo informó ayer que 8.000 estadounidenses solicitaron por primera vez subsidio de paro la semana pasada, hasta situar este indicador en 504.000 solicitudes iniciales. Estos niveles son similares a los registrados en marzo de 1991, cuando el país empezaba a abandonar su última recesión.

Lo más significativo es que las solicitudes continuas de subsidio de paro se sitúan ya en 3,65 millones, el mayor nivel de los últimos años y prácticamente desconocido en una economía caracterizada por su gran dinamismo laboral. La tasa de paro se situó en septiembre en el 4,9%, la más alta en los últimos cuatro años.

Como consecuencia directa de este deterioro, las ventas de bienes duraderos cayeron en septiembre, por cuarto mes consecutivo, un 8,5%, según informó el Departamento de Comercio. "La caída de los pedidos sugiere que los gastos de capital de las empresas seguirán cayendo en picado", aseguró a Reuters un economista del HSBC en Nueva York.

Más rebajas de tipos

La Reserva Federal, en su Libro Beige, ya mostró el miércoles su preocupación por los efectos sobre el empleo de la brusca caída de la actividad en toda la economía. Y su presidente, Alan Greenspan, sigue ahora muy de cerca los datos de empleo y compra de bienes duraderos como indicadores del impacto sobre la economía de los atentados del pasado septiembre.

La autoridad monetaria se reúne el próximo 6 de noviembre para discutir de nuevo sobre los tipos de interés, actualmente en el 2,5%, su nivel más bajo en los últimos 40 años.

Con la inflación aparentemente bajo control, los analistas consideran que la Reserva Federal tiene margen suficiente para volver a reducir los tipos e impulsar así la deprimida economía estadounidense.

Pero estos argumentos tienen su excepción. El Departamento de Trabajo informó ayer que los costes laborales crecieron en el tercer trimestre un 4,1% en tasa interanual, debido principalmente al alza de los seguros médicos.

El mercado, sin embargo, considera que Greenspan no va a prestar ahora mucha atención a las tensiones en los precios. "La preocupación ahora es cómo reanimar la economía", señaló un economista del Northern Trust en Chicago.

æpermil;se es el objetivo único en EE UU. El miércoles el presidente George Bush llegó a decir incluso que la economía resulta una parte esencial de la seguridad nacional y como tal ha vendido su plan de estímulo económico. Las discrepancias surgidas entre el Congreso y el Senado pueden retrasar, sin embargo, su puesta en marcha.

 

Cae un 11,7% la venta de viviendas usadas

Las ventas de viviendas de segunda mano en EE UU cayeron en septiembre un 11,7%, según informó ayer la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios, que asegura que tras los atentados de Nueva York y Washington la venta de estas casas se frenó en seco durante una semana.

La caída de la venta de viviendas es la mayor desde abril de 1995, cuando se registró un descenso del 12,5%. El ritmo de ventas de viviendas anualizado fue de 4,89 millones de unidades, frente a los 5,2 millones previstos por los analistas.

La asociación, sin embargo, no se mostró demasiado pesimista por la evolución de estos datos y su impacto sobre el futuro del sector.

"Esto no es sorprendente, dado el impacto del ataque terrorista de la semana del 11 de septiembre", señalaron desde la organización. Los contratos y los cierres de transacciones inmobiliarias se detuvieron entonces casi por completo en todo el país.

La fuerte desaceleración que experimenta el sector de la construcción en general tras el 11 de septiembre se ha traducido en un descenso de los precios de las viviendas, aunque todavía se mantienen un 4,6% por encima de los niveles registrados en septiembre de 2000. El precio medio se sitúa en 148.100 dólares (177.720 euros).

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