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Cetarsa afronta la reestructuración con la mitad de sus reservas

La empresa pública Cetarsa, dedicada a la transformación de tabaco en rama, prepara una profunda reestructuración (que incluye una reducción de centros productivos y de empleo) con casi la mitad de las reservas disponibles para afrontar los costes sociales del proceso.

En junio pasado Patrimonio del Estado cedió su participación mayoritaria (79,18%) a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), un paso previo a su futura privatización. El otro socio es Altadis, con el 20,78% restante.

La empresa pública Cetarsa, dedicada a la transformación de tabaco en rama, prepara una profunda reestructuración (que incluye una reducción de centros productivos y de empleo) con casi la mitad de las reservas disponibles para afrontar los costes sociales del proceso. En junio pasado Patrimonio del Estado cedió su participación mayoritaria (79,18%) a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), un paso previo a su futura privatización. El otro socio es Altadis, con el 20,78% restante.

El traspaso accionarial le ha costado a Cetarsa 5.000 millones de pesetas (30 millones de euros), que han ido a parar a Patrimonio y a Altadis en función de su porcentaje del capital "o como parte correspondiente a los beneficios acumulados por la sociedad desde que se creó en 1987", argumenta el presidente de la empresa, Isidoro Hernández-Sito. "Es una operación normal, porque se trata de un dinero que era suyo, ya que nosotros nunca hemos repartido dividendos", justifica.

Sin embargo, el comité intercentros de Cetarsa cree que se ha producido una descapitalización de la empresa precisamente cuando tiene que afrontar una reestructuración. Además, cree que el único fin de la merma de reservas es "conseguir dinero de donde sea para contribuir al déficit público cero", según el presidente del comité, Ángel Jiménez, que duda, incluso, de la legalidad de la operación.

El presidente de Cetarsa asegura que con las reservas que mantiene la sociedad, unos 5.800 millones, "será suficiente para afrontar los costes de la reestructuración, que aún no está planteada". La empresa, como reconocen tanto dirección como trabajadores, está sobredimensionada. Sus siete centros productivos (seis en la provincia de Cáceres y uno en Granada) procesan menos de la mitad de tabaco que su capacidad le permite: apenas 30.000 toneladas cuando puede transformar más de 70.000.

Cetarsa controla el 70% de la producción nacional de tabaco en origen, un mercado sometido a cupos comunitarios (actualmente de 42.000 toneladas), que no puede crecer, cuestionado por la UE y con una creciente competencia, por lo que está obligada a reducir fábricas y empleo antes de ser privatizada.

La sociedad facturó el año pasado 7.290 millones de pesetas y obtuvo 728 millones de beneficio, un 35% más. Su plantilla está compuesta por casi 400 empleados fijos y otros 700 trabajadores de temporada, que serían los afectados por la reestructuración, que se abordará, previsiblemente, a lo largo del próximo año.

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