<i>Un Nobel para la economía de la información</i>
Juan Tugores Ques analiza las aportaciones de George Akerlof, Michael Spence y Joseph Stiglitz, galardonados ayer con el Premio Nobel de Economía por sus trabajos sobre el análisis de los mercados con información asimétrica.
La concesión del Nobel de Economía 2001 a los estadounidenses George Akerlof (Universidad de California Berkeley), Michael Spence (Universidad de Stanford) y Joseph Stiglitz (Universidad de Columbia Nueva York) hace justicia a la creciente relevancia en el análisis económico de los problemas asociados a la disponibilidad y uso de la información, esencial para entender algunas instituciones y desarrollos de nuestra sociedad.
Uno de los supuestos más heroicos de la economía tradicional era el de la información completa y simétrica: todas las partes participantes en cualquier transacción lo saben todo de las características, calidad de los productos implicados, así como de su evolución futura. De esta forma, la economía adquiría una dimensión de ciencia o disciplina determinista, lo que la convierte en fácil blanco de críticas.
Por ello, la introducción en el análisis económico de la incertidumbre y la información incompleta, así como de la información asimétrica, ha sido un enriquecimiento notable. La economía del riesgo y la incertidumbre forma parte ya consolidada del saber económico, y la aportación de los tres galardonados se centra especialmente en el campo de la información asimétrica, es decir, aquellas frecuentes situaciones en que una parte de la transacción sabe más de alguno de los ingredientes esenciales de la misma que otra.
Akerlof proporcionó en 1971 un caso básico con el ejemplo de los lemons o artículos defectuosos, para explicar por qué los automóviles de segunda mano, incluso con pocos kilómetros, valían bastante menos que los nuevos. La explicación radicaba en un mecanismo denominado "selección adversa": si alguien compra un coche nuevo y tras un tiempo de uso descubre fallos es más probable que trate de revenderlo que si la experiencia inicial es plenamente satisfactoria.
La naturaleza humana hace difícil creer que va a comunicar esta situación defectuosa al potencial comprador de segunda mano, de modo que estadísticamente es más probable la presencia de artículos defectuosos en mercados de segunda mano, y en consecuencia el precio se resiente. La base de fenómeno es la asimetría de información entre el vendedor que conoce bien el coche y el potencial comprador que sólo lo inspecciona o prueba unos kilómetros. Naturalmente, la emergencia de sistemas de garantías es una forma de evitar que este mecanismo destruya una parte sustancial del precio de artículos de segunda mano... en buen estado.
Spence publicó en 1976 un artículo básico sobre otro mecanismo para afrontar las dificultades derivadas de la información asimétrica, muy relevante para el mercado de trabajo y el debate sobre el papel de la formación. En su formulación la asimetría es acerca de la capacidad o disposición al trabajo (bien hecho) de diferentes personas, bien conocida por los interesados, pero más difícil de detectar a priori por potenciales empleadores. En este caso sería útil un mecanismo de "señalización" de alta calidad o disposición. ¿Cómo? Una provocativa idea es mediante el sistema educativo: sólo las personas realmente capaces asumirían el coste y el esfuerzo de un proceso de estudios, clases... y exámenes para obtener un título que acredite o señalice sus aptitudes. Para las demás el esfuerzo no compensaría. De esta forma las titulaciones académicas tendrían no sólo valor asociado al contenido de la formación, sino además el de señalizar a los potenciales empleadores la capacidad o disposición de las personas a asumir esfuerzos eficientemente.
Stiglitz ha sido el más polivalente. Suyas son las aplicaciones de estos problemas a diversos ámbitos, especialmente el de los mercados financieros. Cuando suben los tipos de interés, ¿podemos estar seguros de que sólo se muestran dispuestos a pagar elevados tipos los proyectos de negocios más solventes o por el contrario podrían ser también los más imprudentemente arriesgados (sabiendo que si salen mal no devuelven el préstamo)? Se trataría de un nuevo caso de selección adversa. La importancia de las garantías o "colaterales", así como la relevancia de los departamentos de evaluación de riesgos, es inmediata.
Otro aspecto de las imperfecciones de la información son los casos de "riesgo moral" en que las actuaciones de las personas pueden afectar a la probabilidad de un resultado. Un caso típico de debate es hasta qué punto los seguros a todo riesgo (contraincendio o del automóvil, etcétera) pueden inducir a actitudes menos prudentes. Figuras como normas de seguridad para ser beneficiario de seguros (llevar el cinturón, equipo contra incendios) o la limitación de la cobertura de los seguros serían las respuestas.
A pesar del énfasis de la Academia en la motivación del Nobel en base a las aportaciones a los problemas de la información, no puede dejar de mencionarse el papel de Akerlof como líder de una de las más fructíferas escuelas neokeynesianas, con aportaciones a la macroeconomía moderna muy significativas.
Incluso más destacado ha sido el amplio influjo de Stiglitz en el mundo de la política económica, con su destacado paso como economista jefe del Banco Mundial hasta hace pocos meses, en que algunas discrepancias no muy aclaradas al parecer provocaron su salida. Sería deseable que las enseñanzas analíticas y de política de este economista de primerísima talla recuperasen un papel central en la respuesta que necesitan la economía y la sociedad mundial en el complejo entorno actual.