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La CEOE exige reforzar el contrato personal frente al convenio colectivo

Gobierno, patronal y sindicatos establecieron ayer el temario para la reforma de la negociación colectiva. El próximo lunes se inician las conversaciones sobre el fondo del asunto, abordando la estructura de los convenios. Paradójicamente, la patronal acude a esta mesa reivindicando más poder para el contrato individual en detrimento del convenio colectivo, aunque sin vaciar de contenido a este último.

Las conversaciones para la reforma del sistema de negociación colectiva avanzan despacio, pero, al menos, ya avanzan. Los negociadores del Ministerio de Trabajo, la patronal y los sindicatos mantuvieron ayer una nueva reunión en la que fijaron el temario de las negociaciones para reformar los convenios.

Las tres partes aportaron sus propios temarios y acordaron respetarlos todos, sin hacer una síntesis de las propuestas para no demorar más las negociaciones. En la reunión del próximo lunes -existe un acuerdo de celebrar un encuentro semanal durante lo que dure el proceso-, los asistentes arrancarán la negociación tratando la estructura, articulación y concurrencia de convenios.

No obstante, y paradójicamente, dentro del temario propuesto por la patronal una de sus reivindicaciones es la necesidad de "otorgar más protagonismo al contrato (de trabajo) individual", de tal forma que dichos contratos personales permitan "resaltar la aportación individual al proceso productivo, dentro del respeto a las condiciones globales".

Esto puede interpretarse como la petición empresarial de sacar de los convenios colectivos y desviar a la negociación individual entre el empresario y trabajador determinadas materias como podrían ser los complementos de productividad u otros que tengan que ver con la aportación del trabajador a los resultados de la empresa.

La patronal resalta, no obstante, que con esto no pretende vaciar de contenido la negociación colectiva. Pese a esta matización, dicha petición contará seguro con reticencias sindicales cuya intención es precisamente la contraria: incluir a más trabajadores y más materias dentro del paraguas de la negociación colectiva.

En cualquier caso, este punto del temario no se abordará inmediatamente, ya que las conversaciones se iniciarán discutiendo el papel que deben tener los convenios sectoriales y los empresariales, así como su articulación con los convenios intermedios (autonómicos, provinciales y locales).

A este respecto, el documento del Gobierno propone establecer por ley los criterios de articulación de los convenios de distinto ámbito, así como establecer o reordenar qué materias están reservadas o encomendadas a un nivel, cuales deben desarrollarse en niveles inferiores.

Si el Gobierno pretende llevar a la ley dicha distribución de materias en la negociación sectorial se encontrará con el rechazo de la patronal; ya que el documento aportado ayer por los empresarios establece como primera consideración su "rechazo a la pretensión de predeterminar desde la norma la estructura de la negociación de los distintos sectores".

Por su parte, el Gobierno ha incluido también como punto a negociar el salario diferido destinado a crear fondos de pensiones.

 

UGT, convencida de que no habrá acuerdo este año

CC OO y UGT acudieron a la reunión de ayer con un temario consensuado previamente. Sin embargo, el talante de los negociadores de ambas centrales no era el mismo a la salida de la reunión.

El secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, criticó férreamente la "falta de concreción" del documento del Gobierno, lo que, a su juicio, hace imposible llegar a un acuerdo y terminar las negociaciones en el último trimestre del año. "La reunión no ha supuesto ningún avance. La contradicción del Gobierno sigue sin resolverse: es incompatible la premura de plazos con la inconcreción que ha manifestado en el encuentro", dijo Ferrer.

Por su parte, el secretario de Acción Sindical de CC OO, Fernando Puig-Sampe, salvo distintas explicaciones técnicas sobre el acuerdo, se limitó a asegurar que las propuestas de los negociadores "tienen partes que encajan con cierta facilidad y otras donde ya se ven intereses distintos, como era de esperar". Añadió que Trabajo nunca ha puesto oficialmente un plazo a estas negociaciones.

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